Puños cubanos en Ekaterimburgo: ¿Diluidos?

Para el país máximo ganador de preseas en mundiales de boxeo, llegar con solo dos finalistas en una edición, resulta algo chocante y más si se trata de la versión previa a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.

De esos dos finalistas, Andy Cruz obtuvo el título en la división de los 64 kilogramos derrotando 5-0 al estadounidense Keyshawn Davis, remake de lo acontecido en Lima; mientras que, Lázaro Álvarez cayó en la final de la división de 57 kilogramos ante el uzbeco Mirazizbek Mirzakhalilov.

Hablamos de un palmarés de 76 oros, 34 platas y 26 bronces. Pero lo preocupante no es solo eso. Si bien es cierto que nuestra escuadra desembarcó en desventaja de inicio en los cuadriláteros rusos, con solo siete efectivos de ocho divisiones en pugna, también lo es el hecho de que figuras como Julio César la Cruz (81 kg), Erislandy Savón (91), Yosbany Veitía (52), Arlen López (75), y Roniel iglesias (69), quedaron en el “andén” con demostraciones no del todo convincentes.

Para tener una idea, desde la cita de Milán 2009 Cuba no accedía a instancias decisivas con solo dos efectivos. Incluso entonces, el palmarés fue de 1-1-4, por lo que otros cuatro hombres se vistieron de bronce y acá solo La Cruz pudo hacerlo entre los restantes cinco púgiles.

Sucedieron por ese orden performances de (2-1-0) en Bakú 2011. En lo adelante el botín fue creciendo: (2-2-1) en Almaty 2013; cetro y contundentes (4-2-1) en Doha 2015; y el recuerdo más reciente: rodillo de chocolate en Hamburgo, Alemania hace dos años (5-2-0).

Desafortunadamente ni Veitía, La Cruz y Savón, pudieron defender su reinado de entonces.

Una de las causas de lo vivido hasta ahora puede estar asociada a una especie de desgaste físico, pues hace exactamente un mes se enfrentaron al rigor del certamen de los Panamericanos de Lima, que si bien no fue igual de cruento para todos, encerró niveles de exigencia y demandó seria preparación como el principal compromiso competitivo del año para ellos.

Para nadie es secreto que mantener un pico óptimo en materia de rendimiento deportivo por un espacio prolongado de tiempo es harto difícil, máxime en las disciplinas de combate, y en este caso 30 días de diferencia hicieron mella en algunos de nuestros exponentes.

Exclusivamente Andy, considerado uno de los mejores púgiles libra por libra del panorama boxístico universal, y el propio Álvarez, quien cedió en un veredicto controversial, pudieron enfrentar con todas las de la ley el reto mayúsculo mundialista. En el caso del pinareño Álvarez accediendo a su quinta final del orbe en línea.

De cualquier manera en algunos casos, el nivel boxístico exhibido no estuvo a tono con su calidad real, y específicamente Savón, continuó arrastrando problemas de lesiones, por lo que es muy probable de que a su regreso, lo lleven al quirófano.

Variables de incidencia aparte, tocará hacer los análisis pertinentes en aras de buscar la escuadra más sólida, esa capaz de encarar el reto mayúsculo que supone el certamen boxístico de los Juegos olímpicos de Tokio a la vuelta de 11 meses.

Emular los tres vellocinos y tres bronces materializados en Río de Janeiro 2016, no será nada fácil.