DE LA VIDA COTIDIANA: ¡Uy, uy, qué calor, qué calor!
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Al margen de otros temas de la vida cotidiana, el calor es un tema recurrente por estos días, pues las altas temperaturas van en aumento y, según los especialistas en Meteorología, los niveles de humedad —en combinación con otros factores atmosféricos— propician que se eleve la sensación térmica.
Ciertamente, el que tiene aire acondicionado «está salvado», me comentó una amiga, quien hace unos días, mientras visitaba a sus familiares en una zona de campo, se vio obligada —luego de darse seis baños en 24 horas— a frotarse el cuerpo con un frasco de agua congelada.
Y no piensen ustedes que es una exageración; es que, por si fuera poco, allí se hace necesario dormir con mosquiteros, una costumbre antigua que —por lo que veo— todavía no ha desaparecido.
Frases como «el calor tiene a la gente desmayada», «esto no hay quien lo aguante», «lo que nos espera en los próximos meses», resultan habituales por estos días.
Pero para consuelo —y también asombro— de quienes habitamos esta área del Caribe, el calor no solo hace de las suyas por acá. Noticias recientes provenientes de Europa revelan sobre las olas de calor que, por ejemplo, han propiciado que Francia (específicamente en París y en departamentos vecinos) haya decretado alerta naranja por esta razón.
El titular encontrado en las redes afirmaba: «Francia enfrenta una ola de calor sin precedentes para un mes de junio», con temperaturas que podrían superar los 40°C.
La nota comenta que los franceses tienen el recuerdo de la ola de calor de agosto de 2003, que provocó la muerte de unas 15 mil personas; adultos mayores, una gran mayoría.
Esta vez, el gobierno francés asegura haber tomado los recaudos para evitar una nueva tragedia, en tanto se han «disparado» las ventas de equipos como ventiladores, aires acondicionados y refrigeradores.
En el caso de los ventiladores, las ventas aumentaron un 600%, un récord en los últimos 20 años, según las tiendas Darty y Fnac.
Así que ya no somos los de esta parte del mundo quienes más «sufrimos» las consecuencias del verano. Francia, España, Grecia y, en otros años, ¡hasta Rusia!, se han visto alarmados por tal situación climatológica, provocada por la actividad depredadora de los propios seres humanos.
Hoy el calor abruma a una buena parte de la población mundial, en tanto en Chile, por citar un caso, las bajas temperaturas —por debajo de 0°C— hacen «chillar» a sus habitantes y desempolvar armarios en busca de abrigos, bufandas y otros atuendos necesarios.
Por lo pronto, a nosotros solo nos queda soñar con un poquito de frío, aunque, cuando en Cuba sopla un airecito, muchos —poco acostumbrados a ello— empiezan a anhelar un rayito de sol.
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