Más de tres mil mujeres son asesinadas cada año en Europa
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De acuerdo con la Agencia Europea para los Derechos Fundamentales (FRA, por sus siglas en inglés), lo anterior se traduce en la muerte de alrededor de siete féminas por día en la región, pese a las multitudinarias marchas realizadas en varias naciones y a las constantes denuncias de organizaciones no gubernamentales.
Esta jornada miles de personas se manifestaron en España, Bélgica y Turquía, entre otros Estados, para condenar los crímenes, la discriminación y la desigualdad de género, como parte de iniciativas realizadas en todo el mundo por el Día Internacional de la Mujer.
En Portugal, las actividades comenzaron la víspera con la declaración de luto nacional por las consecuencias de la violencia doméstica, que se llevó la vida de 503 mujeres de esta nación desde 2004 hasta finales de 2018.
Sin embargo, pese a los reclamos de grandes multitudes cada año, el hogar sigue siendo un lugar inseguro para las féminas, quienes se encuentran allí con las agresiones denunciadas en las calles.
De acuerdo con un reporte de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, un promedio de 140 mujeres mueren cada día en el mundo debido a ataques de sus compañeros sentimentales o personas de su propia sangre.
En total, en 2017 se registraron 87 mil feminicidios en el orbe, el 58 por ciento de ellos a manos de integrantes de los círculos más cercanos a ellas.
Aunque la mayor cantidad de casos de ese tipo fueron registrados en Asia (20 mil) y África (19 mil), las cifras también son alarmantes en Europa (tres mil), donde numerosas organizaciones no gubernamentales lamentan el mutismo de las víctimas y la prensa y denuncian la falta de acciones efectivas por parte de los gobiernos.
Según un informe de la FRA, una de cada tres féminas europeas ha sufrido agresiones físicas o sexuales al menos una vez en su vida y una de cada cinco es agredida de esa forma por su actual o antigua pareja.
Lo anterior se traduce en millones de ciudadanas aterrorizadas y violentadas, de las cuales solo un 14 por ciento acude a las autoridades, por lo que los reportes sobre esos incidentes suelen estar muy por debajo de la realidad.
De acuerdo con los expertos, la escasa denuncia de los ataques se debe al trauma psicológico sufrido por las víctimas o sus familias, el temor a que el hecho se repita y a exponerse a un proceso judicial muchas veces extenso y doloroso.
La ausencia de datos certeros atenta contra la lucha efectiva contra ese fenómeno y significa que muchos agresores queden impunes.
A todo esto se suman otros tipos de violencia contra las mujeres como la discriminación, la exclusión y la brecha salarial.
De acuerdo con un estudio de la Red Europea contra la Pobreza, 'la desigualdad de género sigue siendo elevada en la región y en comparación con la situación de hace diez años ha habido escasos avances'.
Para Ruth Rubio, catedrática de Derecho Constitucional Comparado del Instituto Universitario Europeo de Florencia, el llamado viejo continente debe 'renovar su compromiso con la justicia social para lograr, de una vez por todas, la igual ciudadanía de la mujer'.
'Las agendas de la justicia social y justicia de género deben avanzar conjuntamente porque están íntimamente relacionadas. El desempleo, el empleo precario y la pobreza son males que afectan no sólo, pero si más a mujeres que a hombres', señaló.
Las marchas celebradas hoy en todo el mundo nos recuerdan los crímenes cometidos contra las féminas y lo mucho que falta por hacer para lograr un mundo seguro para ellas.
No obstante, un día no es suficiente y la erradicación de la violencia requiere acciones urgentes y efectivas.
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