Felicidades con nombre de mujer

Felicidades con nombre de mujer
Fecha de publicación: 
8 Marzo 2019
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Dagmary Ortiz es una de las 5 millones 636 mil 175 cubanas que alientan en esta Isla. Cumplió 50 años en enero último anotándose así entre la mayoría de los cubanos - lo mismos mujeres que hombres-, que tiene entre 50 y 54 años. Por algo estamos entre las poblaciones más envejecidas de la región.

Pero eso no le preocupa todavía a esta habanera. Con sus cinco décadas se llena de fuerza y vida para compartir con el hijo de 21 años- que cursa el cuarto año de la universidad-, el esposo, y atender a su suegra, postrada por el Alzheimer.

Si usted está leyendo esto tempranito en la mañana, puede poner el cuño que Dagmary anda camino del trabajo. Ya coló el café, bañó a la suegra, le dio el desayuno, le explicó a la señora que la cuida lo que había para el almuerzo, y ahora; ella que es bajita, anda enredada en una guagua, intentando llegar lo menos apolismada posible al trabajo.

Como parte del 41,8 % de las mujeres que conforman la fuerza técnica calificada en el país, es técnico medio en contabilidad. Desde que se graduó trabaja en eso, sin demasiadas angustias ni demasiadas alegrías, sumándose a ese 49% de la fuerza laboral del sector estatal civil integrado por mujeres.

Ella no sobresale de la media por ninguna característica peculiar, en su currículo no aparece ninguna medalla o condecoración. Pero cada noche, cuando pone su cabeza en la almohada, duerme tranquila, satisfecha con ella misma por ser honesta, decente, por darle el mejor ejemplo a su hijo junto a lo más genuino y más grande amor, por no vivir para su esposo sino junto a él, ayudándose ambos mutuamente a crecer.

Claro que cuando por fin pone la cabeza en la almohada a veces no tiene chance ni de soñar por lo cansada que está. Como poco se diferencia de la mayoría de las mujeres cubanas, Dagmary es también víctima de la llamada doble jornada, la que le sigue a la laboral, a la remunerada, y que comienza al abrir la puerta del hogar.

Se trata de las tareas domésticas y de cuidadora, que recaen mayoritaria o absolutamente sobre Ellas a partir de concepciones patriarcales, machistas, de una inequidad de géneros que continúa aferrada a la silla turca de muchos aunque la voluntad institucional luche por desdibujarlas.

A veces la protagonista de estas líneas tampoco puede dormir tranquila porque con dolor y también furia ha escuchado, otra vez, a su mejor amiga mostrándole y contándole entre lágrimas lo que le hizo su marido.

El de esa amiga constituye un caso más entre aproximadamente la cuarta parte de las mujeres entre 15 y 74 que han sido victimas de algún tipo de violencia en los últimos doce meses, según Encuesta Nacional sobre Igualdad de Género (con datos de 2016).

También hay otras razones por las que Dagmary en ocasiones no logra conciliar el sueño. Pero en vísperas de este viernes 8 de marzo, durmió relajada y con un boceto de sonrisa prendido a la comisura del labio.

El día anterior, el presidente cubano, anticipándose a la celebración del Día Internacional de la Mujer, había apuntado en su cuenta de Twitter: "Quiero adelantarme al Día y felicitarte mujer cubana: abuela, madre, hija, hermana, amiga, compañera, CUBANA, CUBANÍSIMA HEROÍNA DE LA RESISTENCIA, CREADORA E ILUMINADORA DE LA VIDA. Felicidades y gracias".

Ella, entre aquellas que miran de frente y no bajan la mirada, entre las tantas orgullosas de haber nacido en esta Isla, se había sentido merecedora de esa felicitación. Y hoy, antes de salir de casa, se había rociado el perfume de las salidas especiales porque especial es este día en que todas junto a Dagmary nos felicitamos.

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