Alas

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Alas
Fecha de publicación: 
2 Diciembre 2018
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Esperaba ser llamada a la consulta del médico justo frente a un local encristalado. Tras la gran puerta transparente se veían estantes, mesas, útiles de laboratorio...

Todo perfectamente inmóvil, como en una foto. Pero, de momento, por una de las persianas de vidrio entró, como brisa diferente, un pájaro.

Revoloteó perdido algunos segundos, sobrevolando microscopios, tubos de ensayo, muestras de vida y muerte que aguardaban por ser analizadas.

El pájaro no sabía cómo había llegado allí ni dónde estaba, pero era evidente que aquella frialdad con sus metales, sus ángulos agudos, sus filos y el olor a cloroformo nada tenían en común con la copa del árbol que solo un instante antes había abandonado.

Lo peor, no sabía cómo salir.

Confundido, creyendo que el ventanal de la izquierda era el camino, fue hacia allí y tropezó contra el cristal. El golpe le hizo perder estabilidad y voló errático de una pared a otra, remontando al techo y volviendo a la ventana.

Enrumbó luego hacia la claridad del otro ventanal, esa vez más decidido, y fue mayor el topetazo con el vidrio.

Mientras más tropezaba el pajarito, más tenazmente volvía a emprenderla contra los cristales buscando a toda costa una salida. Y más me angustiaba yo pensando cómo ayudarlo; pero todo estaba cerrado, no había nadie.

Cuando se estrelló contra la puerta encristalada pude ver las plumas de su pecho moteado golpear contra la transparencia.

Fue justo en ese momento cuando una trabajadora del hospital hizo su aparición. Vi los cielos abiertos... para el pajarito. Me levanté rápida y fui a su encuentro para pedirle que abriera todas las ventanas, la puerta, así él podría escapar.

Se me hace difícil describir la forma en que me miró la señora después de escucharme. Me hizo sentir alternativamente cucaracha, loca, una ínfima y despreciable mota de polvo, de nada.

Luego, continuó decidida su camino mientras me respondía sin dejar de alejarse:

«Yo ahora no puedo ir para allá, mi’jita. A cada rato pasa. Ese seguro se muere ahorita».

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