Joven y artista: la música “A color” de Leonardo Gil Milián
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“Los músicos entre nosotros nos comunicamos, los maestros le enseñan a los alumnos: mira, trata de visualizar en esta melodía que hay cierta melancolía o alegría, entonces todo eso uno lo refleja como si fueran colores, tienes que interpretar esos sentimientos y llevarlos al plano musical, entonces por eso, por los colores de la música…”
El disco será licenciado por la Egrem y debe estar listo para su comercialización el año próximo, pero ¿nos adelantas qué podremos encontrar en los tracks de “A color”?
“Es un disco básicamente de música instrumental, que va narrando un poco la pianística cubana, del jazz, del danzón, de la rumba, un poco de la mezcla de todas estas cosas con el piano moderno. Son nueve temas, ocho composiciones mías y una versión de Si llego a besarte, que es de Luis Casas Romero, en un formato pequeño, donde está invitado Alain Pérez en la voz. También tengo invitados a Lioni Torres, Horacio el Negro, que es un baterista cubano muy importante, además a Julito Padrón, Oliver Valdés, que son músicos de punta, excelentes instrumentistas.”
¿Cómo te sientes con el resultado?
“Estoy muy contento, súper contento con el disco, realmente superó las expectativas mías, porque todo comenzó como un juego de que yo iba primero a ver cómo sonaba mi tema y le fui poniendo instrumentos y después dije, espera, déjame hacer esto serio y comencé de cero, fui experimentando un poco con mi música y salió el disco. Mis amigos y muchos músicos que han tenido la oportunidad de escucharlo me han dado la mejor opinión.”
¿Es básicamente instrumental?
“La voz está, pero el protagonismo es para los instrumentos…”
Eres graduado de piano, pero el interés por componer ¿Cuándo apareció?
“Siempre me había gustado mucho la música clásica, la he estudiado bastante, y me había llamado la atención sentarme en el piano e intentar hacer algo, no exactamente con esa sonoridad, lógicamente, estamos viviendo en una era nueva, pero llevarla a los sonidos de ahora. Me presenté al Jojazz en 2010 con dos composiciones, gané el primer premio en esa categoría y esto me despertó un poco las ganas de componer. Uno de esos temas que componen el disco, Contradanza, fue el que ganó el jojazz, pero ya con nuevos arreglos, imagínate, pasaron siete años.”
A pesar de la formación clásica, has trabajado con éxito en varias agrupaciones de música popular cubana ¿Cuánto te ha aportado esa experiencia?
“Una cosa es estudiar en la escuela, metódicamente, con libros, hacer programas y rendir exámenes y otra cosa es salir a tocar a la calle en bares, clubes, teatros, en locales de jazz, esto te da una visión diferente totalmente, porque tienes que hacer música que te guste a ti, que te funcione a ti, pero principalmente que le guste al público y que le funcione al público, entonces hay que buscar una medida. Tú puedes ser un músico que toca jazz, que toca música clásica, pero limitarte a eso puede ser un error, entonces yo decidí también participar con algunos artistas. Tuve el placer de tocar con Laritza Bacallao, Carlos Varela, Descemer Bueno, Alain Pérez, incluso en grabaciones, en producciones y esto me abre las puertas para ver hasta qué punto puedes tú tocar en diferentes géneros.”
“A mí, particularmente, la música popular me gusta y en Cuba me parece que hay muy buena música, muy buenos músicos y es una labor de nosotros que tenemos el conocimiento y la formación académica dar nuestra opinión, poner nuestro granito de arena en esos proyectos para hacer, lo más profesionalmente posible, ese tipo de música que es más comercial, más ligera aparentemente, pero hacerla lo más profesionalmente posible es lo difícil.”
Entonces ¿te parecen bien los caminos que sigue la música popular cubana de hoy?
“Hay muy buena música cubana, hay muy buenos músicos cubanos y también hay muy mala música actual, chabacana, con malas letras, pero hay artistas que están trabajando muy duro en hacer una música que llegue a la gente, pero donde se ve que hay producción, que hay música, donde se ve que hay una letra, un arreglo.”
Actualmente eres el director musical en el grupo que lidera Lioni Torres ¿Cómo llevas esa responsabilidad siendo tan joven?
“Trabajar con Lioni para mí es un tremendo placer, primero porque es un músico muy versátil, que no le dice que no a ninguna idea, escucha todo lo que se le propone, está totalmente abierto a todas las opiniones, por lo tanto es muy fácil trabajar con él. No es músico de academia, pero tiene muy buen gusto musical y sabe lo que quiere, entonces él viene con una idea y es el trabajo ya de nosotros llevar esto al plano musical, decirle a cada instrumento lo que debe hacer para respetar su tema, que no se desvíe de la idea que él tiene pero enriquecer de cierta manera ese trabajo para una grabación, para tocarlo en vivo, para saber con qué instrumentos se va a hacer, cómo se debe interpretar. En mi caso yo llevo ya casi cinco años con Lioni trabajando y llevo dos en la dirección musical.
La música la traes en la sangre ¿Cuánto hay de tu herencia familiar en lo que haces?
“A mí de niño nunca me dijeron vas a estudiar música, siempre me inculcaron la música, crecí en los teatros, mi abuela es mesosoprano del lírico, mi madre es soprano lírica, solista igual, mi abuelo también estuvo en el lírico de Matanzas, en las cantorías, mi papá es percusionista; era prácticamente imposible no hablar de música en la casa y que hubieran, no sé, dos o tres instrumentos de percusión regados por ahí y yo de niño jugaba con eso, mi papá me los ponía en la mano y mi mamá siempre estaba cantando y me enseñaron…. Pero creo que la mayor herencia es precisamente el gusto por la música clásica, ahí está la base de todo."
¿Proyectos?
"Estoy trabajando en mi segundo disco y quisiera armar mi proyecto, un quinteto, un sexteto quizás y empezar a tocar esto que estoy haciendo, mi música…"
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