EE.UU.: 66 muertos y 631 desaparecidos por incendios en California
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El Camp Fire, que es desde hace días el siniestro más mortal y destructivo en la historia de ese territorio, provocó 63 decesos en el condado de Butte, en el norte del estado, fundamentalmente en la localidad de Paradise, que quedó completamente quemada.
Thom Porter, jefe de planificación estratégica del Departamento de Silvicultura y Protección contra Incendios de California, también conocido como Cal Fire, dijo que se espera que el número de muertos aumente a medida que los equipos de búsqueda continúen sus labores entre cenizas y escombros.
Del total de fallecidos en ese fuego, 52 fueron encontrados en Paradise, mientras ocho fueron descubiertos en el poblado de Concow y los otros tres en el de Magalia.
En esta última localidad, ubicada en las faldas de la Sierra Nevada y donde viven unas 11 mil personas, se hallaron tres cuerpos ayer, y muchos ancianos están en paradero desconocido.
Kory Honea, alguacil del condado de Butte, dijo anoche que los desaparecidos aumentaron a 631, un incremento significativo con relación a los 130 que se informaron el día anterior, aunque reconoció que muchos de ellos probablemente no saben que están siendo buscados por encontrarse sin comunicación con sus familiares.
También se elevó el número de estructuras destruidas por las llamas, que ahora es de 11 mil 862, incluyendo nueve mil 700 viviendas.
El Camp Fire, que estalló el 8 de noviembre y cuyas causas aún se investigan, quemó hasta el momento 570 kilómetros cuadrados y se encuentra contenido en un 40 por ciento, gracias a la labor de casi cinco mil 600 miembros del cuerpo de bomberos y otras fuerzas.
A las 63 muertes de ese incendio se suman las tres provocadas por el Woolsey Fire, que afecta a los condados de Los Ángeles y Ventura, en el sur del estado.
Ese siniestro destruyó unas 550 estructuras en ciudades como Malibú y Calabasas, donde tienen su residencia conocidas figuras del mundo del espectáculo.
Más de tres mil 300 personas luchan contra ese incendio, que quemó 400 kilómetros cuadrados y se encuentra controlado al 62 por ciento.
El director de Cal Fire, Ken Pimlott, dijo que las condiciones climáticas en ambos fuegos han mejorado y que los fuertes vientos enfrentados por los bomberos durante los últimos tres días comenzaron a disiparse.
Sin embargo, advirtió que las 'condiciones críticas de incendio' todavía existen debido a la abundancia de vegetación seca en ambas zonas, la cual podría encenderse con la más mínima chispa.
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