La gira euroasiática de Díaz-Canel (I)
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El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, ha concluido un exitoso periplo que lo llevó a Rusia, República Democrática Popular de Corea (RPDC), China, Vietnam y Laos con escalas técnicas de trabajo en Francia y Reino Unido.
Es su primera visita a esos países, cuando su prestigio y arraigo popular crece en Cuba pero arrecia el bloqueo y la agresividad de Estados Unidos y surge un gobierno hostil de extrema derecha nada menos que en Brasil. La isla necesita más que nunca solidaridad y, en este caso, ampliar y afianzar los estrechos lazos políticos y económicos que sostiene con esos países. Aparte de Rusia y los países socialistas asiáticos visitados, Francia ha mostrado interés en las relaciones con Cuba, donde alrededor de 30 de sus compañías están presentes. Tanto ella como Reino Unido se han opuesto siempre al bloqueo. Sin contar la próxima visita a la isla del presidente del gobierno español Pedro Sánchez, donde trabajan numerosas compañías del país ibérico y otras están deseosas de iniciar negocios.
No es ningún secreto que a Cuba no le basta con el ahorro nacional para desarrollase económicamente y alcanzar el socialismo próspero que se propone. De modo que mucho más que otros países no sometidos a una despiadada asfixia económica, necesita créditos e inversión extranjeros procedentes de los países amigos y socios.
Las relaciones ruso-cubanas han experimentado una importante reanimación durante la presidencia de Vladimir Putin, periodo en que Moscú virtualmente borró la deuda que La Habana arrastraba del período soviético y en que se ha observado una creciente coincidencia de los dos lados en los temas de la agenda internacional.
Pero el objetivo ahora, por ambas partes, es llevar las relaciones económicas a la altura alcanzada por las políticas, lo que es válido también en los casos de China, Vietnam y Laos.
En esta oportunidad, después de una reunión con Díaz-Canel calificada de amistosa y constructiva por su homólogo ruso, ambos ofrecieron una conferencia de prensa en la que Putin dio a conocer que como resultado de la instalación en Cuba de una estación de mediciones para el sistema de navegación Glonass (equivalente al estadounidense GPS), “los socios cubanos tendrán acceso a las amplias posibilidades técnicas que ofrecen el sondeo remoto de la Tierra y los servicios de telecomunicaciones por satélite”.
También destacó la labor “exitosa” en Cuba de las compañías rusas del sector energético, mencionó que el intercambio comercial con la isla ascendió un 17 por ciento e indicó que aunque son índices modestos, los dos países tienen planes para superarlos. "Junto con Díaz-Canel -dijo- ordenamos a la comisión intergubernamental que mantuvo una nueva sesión esta semana en La Habana, elaborar medidas concretas para incrementar los flujos comerciales bilaterales y ampliar la cooperación en inversiones".
En presencia del responsable de la mayor petrolera rusa, Rosneft, Igor Sechin, y del presidente de Ferrocarriles de Rusia, Oleg Beloziorov, Putin le aseguró a Díaz-Canel que “el empresariado ruso está dispuesto a participar de manera activa en la realización de un programa de modernización de la economía nacional de Cuba”.
“Rusia ofrece a Cuba ayuda para la construcción de la infraestructura de transporte. Hemos hablado de la renovación de la red ferroviaria cubana”, señaló Putin y destacó la importancia de los suministros de hidrocarburos rusos a la isla. Rosneft ya ha comenzado labores de prospección en la plataforma terrestre de Cuba, cuyas reservas son estimadas en unos 20.000 millones de barriles, en tanto que la petrolera rusa Zarubezhneft y la cubana Cuba Petróleo firmaron un memorando para la realización de prospección geológica.
Por su parte Díaz Canel agradeció la disposición de Putin “desde el inicio de mi mandato de apoyar el proceso de modernización económica del país, que se ha concretado a través de una participación efectiva del Gobierno y empresas rusas en los planes de desarrollo económico y social hasta el año 2030 y en perspectiva”.
Agregó que “los proyectos económicos conjuntos en los sectores del transporte, la energía, la metalurgia y la biotecnología ocupan un lugar importante en nuestros planes de desarrollo económico y aún cuentan con gran potencial”.
De Rusia el presidente cubano voló a la RPDC. Desde allí mi amiga Arleen Rodríguez Derivet resume lo que significa este país para Cuba: La península asiática y el archipiélago caribeño, geográficamente ubicados del otro lado del mundo, separados… por idioma, tradiciones históricas, políticas y culturales muy diferentes, podrían tomar distancia, separarse pragmáticamente y desentenderse una del otro en nombre de que tienen poco que negociar y no son tiempos de solidaridad.
Lo que Cuba defiende en su relación con la RPDC no es sólo la suerte de un amigo histórico, es también su propio derecho a existir y ser diferente.
Twitter: @aguerraguerra
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