No interesa a la UE: Pobreza y desempleo en la rica Italia
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Mucha algarabía se ha armado por estos días en el vislumbre de la presentación ante la Unión Europea (UE) del presupuesto por los partidos de diversas tendencias que controlan el gobierno en Italia, los cuales, no obstante, tienen puntos afines que los ha hecho coincidir en políticas comunes para mejorar la grave situación de la masa empobrecida, como pretende el Movimiento Cinco Estrellas (M5E) y de los pequeños y medianos empresarios, petición de la derechista Liga Norte.
No es fácil que entidades de distintos matices y tamices coincidan en un poder que lograron gracias a la mayoritaria decisión popular, independientemente de estilos populistas que contravienen los designios de Bruselas, desde donde se trata de torpedear el presupuesto para el 2019.
Para esto último se esgrime el fantasma de Grecia, donde fracasó el intento del partido Syriza de darle sentido a la vida del pueblo, que ha tenido que pagar la culpa de anteriores gobiernos corruptos sin que la UE interviniese para ayudar a solucionar la situación, por el contrario.
Para la UE no vale que la nación de más de 60 millones de habitantes y más de 200 por kilómetros cuadrado tenga la cuarta parte de sus pobladores con salarios muy por debajo de lo normal, con más de casi cuatro millones de seres en la extrema pobreza y cinco millones de familias en condiciones desesperadas, porque la propaganda señala que en una de las diez principales economías del mundo, sus habitantes tienen una alta calidad de vida.
Lo real es que pese a toda la amenaza de la UE y sus «tanques pensantes», se haya aprobado en Roma pensiones adecuadas para los más abandonados, así como la atención especial para disminuir el desempleo que aunque está oficialmente en el 10%, se estima sobrepasa el 15%, y es aún mayor en las empobrecidas zonas del sur.
Pero, subrayo, esto no interesa a la UE, y así lo expuso el comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, al advertir que el déficit del presupuesto italiano para 2019 acordado el lunes por su gobierno se sale de las reglas europeas, y afirmó que quiere negociar con Roma para evitar una crisis entre las dos partes.
Recordó que las sanciones contra Italia «son teóricamente posibles», pero no es eso lo que tiene en la cabeza, sino que «vamos a continuar el diálogo con las autoridades italianas» el próximo lunes.
«No tenemos interés en una crisis entre la Comisión Europea e Italia (...). Pero tampoco tenemos interés en que Italia no respete las reglas y no reduzca su deuda, que sigue siendo explosiva», comentó antes de recordar que supera el 130% de su producto interior bruto (PIB).
El comisario francés rechazó que el Ejecutivo italiano pueda defender su nuevo objetivo de un déficit del 2,4% en 2019, haciendo notar que será inferior al que se espera en Francia, del 2,8%, y eso por dos razones.
La primera es que Francia está en una dinámica de reducción del déficit, al contrario que Italia, y la segunda que Francia disminuye su déficit estructural, lo que redunda en un adelgazamiento de su deuda, de nuevo al contrario que Italia.
Insistió en que los países del euro se han fijado «unas reglas para que la deuda pública no aumente», porque si crece, «creamos una situación inestable para el momento en que la coyuntura marque una inflexión».
«Si los italianos siguen endeudándose, los tipos de interés van a subir», lo que significará que tendrán que consagrar más dinero al servicio de su deuda y por tanto tendrán menos fondos para los servicios públicos, recordó Moscovici.
El comisario europeo avanzó que no reaccionará «en caliente» y que va a esperar al 15 de octubre, que es el plazo para la presentación de las proyecciones presupuestarias y de déficit. Rechazarlas «es una posibilidad que está recogida en los textos», aunque «nunca se ha producido», indicó.
También subrayó que él no se pronuncia sobre el contenido del presupuesto, sino «sobre la estructura», y que se puede aumentar el gasto social, pero reduciendo otras partidas. El responsable europeo se refirió a que «hay contradicciones» en el interior del Ejecutivo italiano, en alusión a que el ministro de Economía y Finanzas, Giovanni Tria, había estado defendiendo limitar el déficit en el 2019 en el 1,6% del PIB, una cifra muy por debajo del 2,4% anunciado el lunes por la coalición que gobierna Italia.
Lo real es que, pese a elementos contrarios dentro del gobierno, en el plan de la economía para el próximo año aparecerá el ingreso básico universal (reddito di citadinanza), tema principal del programa del Movimiento 5 Estrellas, el cual fija en 780 euros el ingreso mínimo individual para personas necesitadas como pensionados y desempleados.
Asimismo, se incluirán también medidas a favor del impuesto plano, punto central para la Liga Norte, las cuales comenzarán a aplicarse a pequeñas empresas, para continuar en los próximos años con las personas.
El viceprimer ministro de Italia y líder del Movimiento 5 Estrellas, Luigi Di Maio, uno de los pesos pesados del gobierno, defendió este martes la aprobación de la ley de presupuestos para el 2019.
El otro aliado del gobierno, la derechista Liga, prometió la introducción de un «impuesto único», sobre la renta para personas y empresas, limitada al 15% y 20%.
Las dos fuerzas políticas también insisten en adelantar la edad de jubilación mediante la adopción de la llamada «cuota de 100» (40 años de trabajo y 60 de edad, por ejemplo), una novedad, que permitiría la salida anticipada de numerosos trabajadores.
Todas estas medidas cuestan decenas de miles de millones de euros al Estado, por lo que Di Maio ha explicado que no se puede cambiar todo en el primer año de gobierno. «Pero el salario de ciudadanía debe iniciarse el primero de enero», advirtió.
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