Cuba Libre gigante da bienvenida a cantineros de América
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Un vaso transparente de dos metros de altura sobre una tarima con su revolvedor negro dio cabida a 108 litros de ron Havana Club, 360 de refresco de cola local y 16 kilos de hielo que fueron arrojados por los jóvenes y veteranos expertos en tragos de la isla y de países como Uruguay, República Dominicana, Perú y Nicaragua.
La ceremonia llena de vítores y aplausos tardó más de una hora, antes de que la mezcla fuera ofrecida a visitantes y curiosos que se congregaron en un patio del Hotel Habana Libre, el anfitrión.
«Es una gran reivindicación de lo que somos: cubanos y libres», dijo a The Associated Press el maître Antonio Benítez, uno de los organizadores de la actividad con la cual también inició el XXII Campeonato Panamericano de Coctelería, que se realizará en la nación caribeña toda la semana y en el que participan dos centenares de profesionales. «Lo seleccionamos porque es uno de nuestros diez cocteles clásicos».
Aunque se desconoce la fecha específica de la creación del Cuba Libre, historiadores y especialistas coinciden en que se remonta a entre 1898 y 1900, cuando las tropas estadounidenses desembarcaron en Cuba para intervenir en la lucha de los independentistas isleños contra España.
El nombre del trago hace alusión a aquellos momentos de batallas épicas, los brindis que se realizaban y sus ingredientes iniciales —el ron refino de aquel entonces y la Coca Cola—, que muestran el impacto de la mezcla de las dos culturas. Tampoco hay claridad sobre el momento en que empezaron a agregársele unas gotas de limón —o una rodaja—, pero en general hay acuerdo sobre la importancia que cobró el hielo para el calor tropical.
Algunos consideran que la intención de los soldados estadounidenses también era moderar un poco el sabor del ron cubano, más fuerte y crudo que el whisky al que estaban acostumbrados.
Actualmente, la Asociación Internacional de Bartenders, organizadora de la competencia en La Habana, acepta cualquier refresco de cola —no necesariamente Coca— para la preparación de este trago, al que considera un clásico.
Benítez destacó, además, la amistad que une a los pueblos de Estados Unidos y Cuba, cuyos gobiernos han tenido fricciones desde hace décadas —Washington sancionó a La Habana para exigir cambios en su modelo socialista—. En 2014 comenzaron un acercamiento con las administraciones de los presidentes Barack Obama y Raúl Castro, pero se congeló después de que Donald Trump ascendió al poder.
Miembros de la delegación estadounidense de cantineros levantaron banderas de su país junto a la de Cuba en el momento de agregar cola al vaso gigante, que poco a poco se fue llenando.
«La gente piensa que es fácil de preparar, y eso es un error. Su secreto está en el equilibrio entre el ron, la cola, el limón y el hielo», dijo a la AP Juan Febles, el líder de la Asociación de Cantineros de la República Dominicana, quien encabezó una delegación de visita para el evento. «El Cuba Libre es un ícono de la coctelería y estamos en la casa de este trago; me siento muy honrado».
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