Ciclismo: salsa en la pista y la carretera
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Las ciclistas cubanas confirmaron su nivel y garra en los XXIII Juegos Centroamericanos y del Caribe, en los que una vez más se enfrascaron en dura porfía contra México, Venezuela y Colombia, más Trinidad y Tobago que se sumó al festín.
Arlenis Sierra y Marlies Mejías, las mejores pedalistas de la Isla en la actualidad, encabezaron el ritmo e inspiraron a sus compañeros, quienes igualmente pusieron salsa en la pista y la carretera para tributar la mayor cantidad de preseas posible, especialmente de oro.
«Era un compromiso muy grande el que teníamos, y en mi caso mayor porque me he beneficiado de la preparación y experiencia de integrar un club reconocido como el Astaná. Intervenir en distintas fases de la Copa del Mundo y en carreras por etapas como el Giro a Italia y la Vuelta a California tenía que rendir frutos», comentó la manzanillera Sierra.
Marlies, destacada en los clubes Shimano de Argentina y Twenty de Estados Unidos, también mostró su alegría por el aporte al ciclismo cubano.
«Siento una satisfacción especial, pues me gustan mucho los tres mil metros persecución individual y logré imponer nueva marca de 3:31.102, excelente en esta pista abierta. En un velódromo cerrado tengo récord personal de 3:29, hecha durante una copa del mundo, lo cual demuestra que me encuentro en excelente forma deportiva», apuntó la artemiseña.
Yudelmis Domínguez, la fornida granmense de 33 años de edad, no escondió su contentura por el aporte de más de una presea. En sus palabras prefirió «agradecer el esfuerzo de nuestro entrenador Leonel Álvarez, del equipo masculino y los másteres, de médicos, fisioterapeutas y directivos, porque todos de alguna manera contribuyeron a la preparación».
Una de las jóvenes figuras, Maylin Sánchez, también se sintió complacida con asumir la vacante dejada por la lesionada Iraida García. «Ese título en la persecución por equipos será siempre algo muy especial. Me sentí bien en la clasificación y mucho más en la final. Fue un honor correr al mismo y exigente ritmo de Arlenis, Marlies y Yudelmis, y responder en el momento preciso», sostuvo emocionada.
Otra que luchó en su reencuentro con las pistas internacionales fue Lisandra Guerra, quien tras dos años fuera debido a la maternidad que le trajo a Thiago, volvió al deporte en la que es multimedallista mundial.
«Siempre estoy dispuesta a los mayores sacrificios para darle a mi país muchos más triunfos, y una muestra de ello es estar aquí con apenas seis meses de preparación. Continuaré rumbo a los Juegos Panamericanos de Lima 2019, mi familia me apoya con el niño y aunque duela separarnos tengo compromisos con la Patria como atleta de alto rendimiento», dijo la recia morena de 33 años de edad.
Otras muchachas que enrumban su bicicleta al futuro son la velocista Mirta García, la de largo aliento Claudia Baró, y un grupo de varones que luchan por llegar al nivel de Pedro Portuondo, líder cubano en este sexo, o al del experimentado mediofondista Leandro Marcos.
Son ellos los veinteañeros Alejandro Carriles, Maikol Hernández, Alejandro Parra y Christian Pérez, fruto de las posibilidades de desarrollo que entre otros eventos les ha dado los oportunos clásicos nacionales.
«Queremos agradecer a la gente que nos apoya en la Isla y fuera de ella, que junto a la familia están al tanto por los medios sociales con esa palabra de aliento que nos anima a subir el ritmo y regalarle a los queridos compatriotas y seguidores del mundo lo mejor de cada uno de nosotros», expresó como en un sprint victorioso Arlenis, convencida del promisorio futuro del ciclismo cubano.
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