Rusia 2018: Alemania siempre inmensa, Bélgica al rojo vivo, el Tri impone su ley
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Con ese 2-1vencedor sobre Suecia se mantienen con vida en la lid, algo que casi todos celebran, pues en lo personal no concibo una instancia decisiva, de eliminación, sin la presencia de los tanques germanos, algo que de hecho, nunca ha sucedido en la historia. No creo que suceda.
Las caras en el graderío de Sochi eran un poema, más bien una tragedia, hasta que Kroos desató el frenesí de los hinchas bávaros, y de paso halló la redención, pues un error suyo, pocas veces le sucede, propició la diana de los nórdicos, que definió de maravillas Toivonen en balón cuchareado en vaselina que colgó a Neuer.
Corría el 32 y la preocupación se apoderaba de Löw y sus huestes, que quemaron las naves en pos de la igualdad. La cancha comenzó a inclinarse, pero no caía la diana del abrazo. Toques, balones filtrados, Jonas Hector y Müller alimentando por las bandas… disímiles variantes que no cuajaban.
Imaginen que necesitaron 34 remates al arco los alemanes para anidar su primera esférica en redes rivales.
Fue el de la igualada el premio al asedio. Llegaría salido de las piernas de Marcos Reus al 48, luego de un balón que centró Hector y una ligera confusión en el área chica.
Seguiría buscando el éxito la Mannshaft intentando taladrar la doble línea de cuatro en defensa planeada por los nórdicos. Esas selecciones plagadas de definidores con sangre fría no es la actual versión germana. Se prolongaba la agonía. Brandt, de cambio, estremeció con un zurdazo el palo izquierdo, Olsen le sacó un cabezazo endemoniado a Mario Gómez.
Con un hombre menos, luego de la expulsión por doble amarilla del central Jerome Botaeng, lejos de preservar el abrazo arreciaron en ataque hasta que el premio llegó: una genialidad dibujada de Kroos con su derecha, desde los linderos izquierdos del área, directo al cuadrante número 90 e inatrapable para Olsen.
Así llegó el adiós, con el cual se puso al rojo vivo la lucha por el pase a octavos, pues casi seguro los alemanes desbancaran a la eliminada Sudcorea, mientras Suecia y México se jugarán el todo por el todo en aras del ansiado pase. ¡Vaya tensión para la fecha conclusiva de grupos!
La endemoniada capacidad goleadora belga
De diablos temibles, así hay que calificar sin dudas a Bélgica, que si bien no vistieron de rojo versus Túnez, les endosaron cinco goles a los africanos para reafirmar su condición de once serio y ultra peligroso.
Nuevamente la genialidad de Eden Hazard, desde mi perspectiva el mejor jugador del Mundial hasta el momento de redactar estas líneas, afloró sobre el césped. El ariete del Chelsea se conjugó con Romelu Lukaku, para conseguir par de perforaciones ambos, cruciales en la goleada 5-2 definitiva.
Bélgica emana calidad, posee recursos ofensivos por doquier y carga efectividad goleadora. Hacia el descanso gozaban de ventaja parcial 3-1, y en el complementario redondearon la goleada, que pudo ser de escándalo si Ben Mustapha no hubiese protagonizado varias atajadas.
Imaginen si lo que digo es cierto, que hacia el 90, el ingresado suplente por Lukaku, Batshuayi, le colocó la guinda al pastel. Una clase magistral de buen fútbol y contundencia.
Por los tunecinos decoraron el marcador Bronn de cabeza y su estrella Khazri en el 93, de manera bien merecida.
Bélgica se afianzó como líder dela llave G y de paso igualó con Rusia en calidad de naciones máximas goleadoras, ambas con ocho perforaciones. En ese mismo apartado, Inglaterra debe pasar por encima de Panamá sin mayores contratiempos.
México: la confianza y rostro de CONCACAF
Siempre se consideran un equipo bien serio, trabajado en todas sus líneas y ahora en Rusia no es la excepción de esa imagen. México alcanzó su segunda sonrisa del certamen, al derrocar 2-1 a Sudcorea. La armada de Osorio dio otro paso firma rumbo a la siguiente fase, de la mano de Carlos Vela y Javier, El Chicharito Hernández.
Los goles llegaron a los minutos 26 y 66, como reflejo de un elenco capaz de convertirse en un verdadero dolor de cabeza para más de un favorito.
Los aztecas van a la carga con propiedad, se mueven y recuperan con calidad en el medio campo, encomendados a su experimentadísimo mariscal Rafael Márquez, donde se ganan gran parte de los duelos, y por si eso no bastara se relevan con milimétrica disciplina en las marcas, achiques de espacios, fundamentalmente en el sector defensivo.
Por los asiáticos, el gol del consuelo llegó en una genialidad de zurda de su hombre clave. Heungmin Son sacó un zapatazo cruzado desde las afueras del área, que no pudo detener Memo Ochoa, con lo que hubiera conseguido su segunda puerta cero de la cita, pues soportó estoicamente los 25 disparos germanos en la comparecencia inicial del Tri.
El festejo en el Zócalo ha de estar siendo apocalíptico, y merecido, pues su nave enrumba a octavos de manera convincente. Además, El Chicharito se convirtió en el tercer jugador mexicano capaz de marcar en res mundiales distintos. Le antecedieron Cuahtémoc Blanco, y el propio Márquez. Eso no es todo. Logró su perforación número 50, distinción reservada para unos pocos con sus selecciones a este lado del Atlántico.
Cierre a puro vértigo, con expectativas múltiples para la jornada dominical. La llave H vivirá desafíos de vida o muerte, cuando se vean las caras Senegal-Japón y Colombia-Polonia.
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