Barranquilla 2018: Vigilia desde las estadísticas
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Tan imprescindible como el entrenamiento, la competición y el control médico puede convertirse el seguimiento estadístico a los resultados de los rivales, sobre todo si en el horizonte se asoma una cita multideportiva.
En momentos como esos los pronósticos y la “vigilancia” a los contrarios toman mayor dimensión, se vuelven el centro de muchas conversaciones y generan innumerables polémicas.
Una situación así vive ahora mismo, con gran intensidad, el deporte cubano, que se prepara para retener el primer lugar por países en los XXIII Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla, condición que exhibe desde la edición de 1970.
De valorar las fortalezas y deficiencias de los nacionales, evaluar posibles fluctuaciones en el medallero, pero sobre todo de estar atento a lo que sucede con los atletas de Colombia y México —los más peligrosos rivales—, se encarga el Departamento de Estadística Deportiva del Inder.
El trabajo comienza desde el ciclo olímpico, se intensifica en el año previo a la cita y se convierte en un arma importante en las semanas más cercanas y durante los días de competencias.
Conocedor de esta realidad, JIT quiso acercarse al lugar en que se “cocinan” los pronósticos, y aunque está claro que no toda la información es pública, resulta interesante conocer cuáles teorías permiten adelantar las variantes de mayor probabilidad.
Mario Pérez, jefe del departamento, comparte la opinión de los estadísticos cubanos, quienes aseguran que por primera vez en la historia de estas lides tres países sobrepasarán los 100 títulos.
Tal premisa se basa en un programa que cuenta con 470 pruebas, 132 de ellas no incluidas en los juegos panamericanos y olímpicos, y que “ayudarán” a delegaciones como la anfitriona a multiplicar sus posibilidades ganadoras.
Para Colombia, las mayores opciones se centran en levantamiento de pesas, ciclismo, sky acuático, patinaje e individualidades del atletismo, boliche, tiro con arco, gimnasia artística masculina y natación.
«Muchos de esos deportes reparten gran cantidad de oros. Por ejemplo, entre las pesas, el ciclismo, el patinaje y el sky deben conseguir casi 60 títulos, de los 100 a 110 que se les calculan», adelanta Mayito, como se le conoce cariñosamente en el ambiente deportivo.
Esta previsión se basa —entre otras cosas— en la progresión mostrada por los cafeteros en los últimos años, y en que generalmente la sede gana entre un 25 a 30 por ciento más de medallas de oro.
«En Veracruz consiguieron una cantidad significativa de coronas (70) y luego crecieron en calidad en los Juegos Panamericanos de Toronto y los Olímpicos de Río de Janeiro», asegura el especialista antes de añadir que ahora se espera un aumento de entre 30-35 títulos.
«Con eso Colombia sobrepasará las 100 coronas», continúa Mayito, quien da por hecho que también lo harán Cuba y México.
Los aztecas saldrán como favoritos en disciplinas como taekwondo, gimnasia rítmica, natación sincronizada, clavados, arquería y con algunas figuras capaces de liderar varias pruebas del atletismo.
«En nuestra opinión, para México los Juegos —en cuanto a cifra de medallas— van a ser muy parecidos a Veracruz. Es un tanto paradójico porque obtuvo 115 oros como local, un rango que deben repetir ahora», señala tomando en cuenta otra vez el incremento de pruebas en el calendario diseñado para la ocasión.
«El problema es que con este programa se condiciona todo eso. En Veracruz fueron 432 pruebas, 38 menos que las previstas en Barranquilla», recalca.
EFICIENCIA ES LA CLAVE PARA CUBA
En cuanto surge la pregunta sobre los pronósticos para la delegación cubana, sobresale una palabra que parece clave: eficiencia.
Todos los conocedores del tema coinciden en señalar que será esa la única fórmula para conseguir el objetivo que anima al movimiento deportivo cubano.
Especialidades de combate como boxeo, judo y lucha deberán asumir su acostumbrado protagonismo, apoyadas en otras que no podrán desperdiciar oportunidades, como canotaje, remo y el siempre diverso atletismo.
A este último quizás no se llegará con la hegemonía de otras ocasiones, pero sí con figuras debutantes a este nivel, deseosas de comenzar a tejer su vínculo con la gloria.
Tampoco podrán dejar espacios abiertos los deportes colectivos. Se necesitan los reinados del béisbol, el hockey, el baloncesto rama femenina, el voleibol de playa y el de sala para hombres; los elencos del balonmano y otros que pueda aportar como el polo acuático.
Acercarse lo más posible a la cifra de 120 coronas parece lo ideal para reinar en una lid que se vislumbra de las más complicadas de los últimos tiempos, por la calidad de los adversarios.
Por ello, las urgencias de “afinar” cada paso preparatorio en esta última etapa, y de “vigilar” los movimientos de quienes acechan el trono que tanto ansiamos.
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