DE LA HISTORIA DEPORTIVA: Simón Chávez, único latinoamericano que venció a Chocolate
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Kid Chocolate hacia abajo, más por el daño sufrido fuera del ring que por los golpes de los contrincantes: esa vida licenciosa, en cubano, la demasiada rumbantela, le absorbió las fuerzas y de aquella maravilla le quedaba poco a quien conquistara dos títulos del mundo: el ligero junior, frente a Benny Bass, por fuera de combate en siete, Filadelfia , julio 15 de 1931; y el featherweight (versión del estado de Nueva York), destronando a Lew Feldman, por KO en 12 , octubre 13 de 1932, en cuadrilátero neoyorquino.
El negrito del Cerro, con una anatomía débil, debido a la miseria, había sido noqueado por las mujeres, los tragos y el desapego al entrenamiento, rematado por la sífilis contraída en una etapa sin desarrollo médico suficiente para contrarrestar la enfermedad, solo aletargada por el esfuerzo creativo de sus doctores pero dentro de él, caminando, caminando… A los 24 años de edad (nació el 28 de octubre de 1910) era un anciano para su oficio.
De contra, su desastrosa gira por Francia y España en 1933, no le aportaron ganancias económicas ni atléticas pese a las muchas mentiras de la prensa y las pírricas victorias sobre los mediocres Nick Bensa (por decisión en diez, 15 de julio en Madrid; y por nocao en diez, septiembre 29 en París) y Franz Machtens, (Barcelona, dos de agosto, decisión en diez). La gran dicha: su encuentro con Carlos Gardel en la capital gala que junto a la emoción exaltada y el enlace amistoso, sí le aportaría: farra tras farra tras farra… y mayor maltrato al cuerpo tan desmejorado de un hombre que se gana la vida arriesgándola entre las cuerdas.
Continuaron sus males. Al retornar a América, la contienda con un viejo conocido de luz propia en el mundillo de las coliflores pagadas: Tony Canzoneri, quien le ganó una decisión en los quince capítulos de la reñida batalla escenificada en Nueva York el 20 de noviembre de 1931, la corona del orbe de los ligeros en disputa. Los dos miuras se embisten otra vez en el Madison Square Garden en noviembre 24 de 1933. Las astas del ítalo norteamericano son demasiado para el Chócolo: sufre su primer nocao y su caída de frente a todo lo largo sobre el encerado es una lágrima imborrable para Cuba.
Poseedor del cetro feather, los negociantes, los mafiosos, lo obligan a ponerlo en juego, a pesar de la potente protesta de su manager, Luis Felipe, Pincho, Gutiérrez, uno de los pocos que ha mostrado alma en el sector de los puñetazos rentados. En siete rounds lo destrona el gris Frankie Klick, en Filadelfia, el 26 de diciembre. De ahí en adelante, el Kid será el clásico peldaño para los aspirantes a ascender en este medio.
En una tarde veraniega de 1979, en su casa del reparto habanero de Almendares, frente al parque Jose Raúl Capablanca, en la última entrevista de personalidad que se le realizó, me dijo:
(…) -. Un amigo sincero no tiene precio, a veces es más que un familiar. Para mí lo fue Pincho; ese blanco fue mi sangre, mi hermano, mi padre. Nunca tuvimos un contrato firmado: no hacía falta. Era un hombre entero. Hubo tempestades entre los dos; siempre nos hermanamos. En la calle era más boxeador que yo, no pasaba una. Montón de veces tuve que separarlo en broncas, hasta con magnates y bandidos. No le tenía miedo a nadie. Después de mi pelea con Jerome, en diciembre de 1938, me llamó y me hizo retirar. Me dijo tanta verdad: yo no era el mismo: pelear iba contra mi salud y mi moral de atleta. Yo sabía que estaba acabado desde que Canzoneri me noqueó en dos.
- ¿Por qué no se retiró ahí mismo?
- Porque era lo que aprendí: a boxear. Tenía que vivir de mi profesión. Aparte, es fácil comprender que uno va hacia abajo; lo difícil es decir adiós. ¡Eso es duro, compadre! Es como abandonar el amor estando enamorado, ¿comprendes?
Ya como escalón y busca los frijoles, se bate durante 1934 en once ocasiones: 8 triunfos, un revés y dos tablas. El resplandor, por ningún lado. Y…
EN LA OTRA ESQUINA, UN ÍDOLO VENEZOLANO
Al excampeón le hace falta dinero. Las bolsas ya bolsitas, muy por debajo del ritmo de existencia acostumbrado. Una proposición desde Caracas. Discute a propósito de ella con Pincho. Se disgustan. Rompe con él, para allá se va solo, ya no lo tiene en su esquina.
Y en la otra lo espera Simón Chávez Regalado, nacido el 28 de octubre de 1912, en Maiquetía, estado de Vargas, hijo de un hogar muy pobre; progenitores, Martín y Ángela. Su muchacho buscará eliminar la pobreza y subir muy en alto gracias al intercambio de trompadas por plata.
No es una estrella internacional, pero tiene potencia, deseos, ambiciones, este púgil sobrenombtado el Pollo de la Palmita y que es, para no pocos, el primer ídolo del deporte en el hermano país. Historia repetida al máximo: en su caso, deja la escuela de Artes y Oficio caraqueña para inventar en cualquier labor, y así agarrar unos pesos y aliviar la situación de la familia.1929. Empleado como mandadero y barredor en una farmacia; le ven condiciones físicas y de carácter, lo convencen y a fajarse allá arriba.
Rápido paso por el amateurismo y a cobrar por el oficio de romper caras y dejársela romper. Mientras más sangre, mejor. Debuta entre los pro el 15 de marzo de 1930, doblega a Rafael Cedeño por votación. Faena dura en esos 365 días: once peleas más, mantiene el invicto.
En 1931 reta al llamado Firpo Zuliano, el establecido José de la Trinidad González: brindan dos peleones, una victoria para cada uno. Le importan al prospecto par de contrarios, el estadounidense Phil Tobías y el puertorriqueño Carlos Flores, y los vence. Por la faja nacional pluma frente Enrique Chafardet: lidia tan reñida que termina en tablas (24-1-1932) No cambia de testa la corona, pero ante el resultado, Enrique renuncia.
Río revuelto: el Firpo local se hace del cinturón. Chafardet y Simón se enfrenta en pos de discutírselo. Gana el de Maiquetía quien despoja de la alegría al de Zulia, el 17 de abril de 1932 por unanimidad. 1933. Los hijos del tirano Juan Vicente Gómez se hacen de esta joya: le sacarán ganancias y servirá de cortina de humano ante las indignidades de la dictadura Él no lo sabe pero lo usan cual droga contra su pueblo, dormido en la refulgencia de la idolatría. No es ni será el único gladiador….1934. Hacia Europa. Será el primero de su nación en actuar sobre el cuadrilátero profesional allá.
Regresa pletórico del recorrido. Topa con el Chócolo. Las frases en la prensa, noveleras, alejadas de la profesionalidad. Cantan a un deportista no existente. A esa sombra supera el del patio el 18 del tercer mes de 1935 por las vía judicial en 10. El mayor brillo de la pelea: solo en las páginas deportivas morochas. Mientras el cubano seguiría participando en diversos programas basado en el nombre para extraer algo, cada vez menos; el venezolano se aferraba al ensueño, cartel tras cartel, con el objetivo de mantenerse, aun avanzar. Jamás llegó a la estatura de su víctima de aquella noche de marzo.
El popular Pollo de la Palmita resulta el primer boxeador de su patria que subió al Madison Square Garden aunque cayó derrotado por decisión frente el norteamericano Peter Scalzo cuando mostró cierto cansancio; llamémosle de esa manera. En su última confrontación (7-7-1946), José Alberto Díaz, lo puso a dormir. Decidió retirarse y comenzó a trabajar como maestro de educación física, el bolsillo lejos de la comodidad, Su hoja de servicios: 81 combates, 50 triunfos, 24 reveses y 7 tablas.
Exaltado al Salón de la Fama del Deporte Venezolano en 1971, Simón Chávez murió en Caracas el 27 de enero de 1994. Eligio Sardiñas, Kid Chocolate, considerado uno de los más destacados boxeadores de todos los tiempos en el planeta, grande entre los grandes de las lides cubanas del músculo, falleció en La Habana el 8 de agosto de 1988.
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