Sabiduría y cubanía distinguen obra literaria de Virgilio Piñera
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Un arte literario complejo, lleno de sabiduría y cubanía caracterizan la obra de Virgilio Piñera (1912-1979), escritor y dramaturgo cubano cuya creación estuvo marcada por su fe y fino sarcasmo, expresó hoy aquí el ensayista y poeta Antón Arrufat.
En sus palabras inaugurales del Coloquio Internacional Piñera tal cual, el Premio Nacional de Literatura (2000) se refirió a la trascendencia literaria de este artista, quien pudo vaticinar el éxito de sus textos pese a la oscuridad en que estuvo sumergido los últimos años de su vida.
Al respecto, el también dramaturgo, novelista y cuentista cubano señaló que actualmente su vasta obra está al alcance de todos, al tiempo que se ha representado en varios teatros de la isla.
Arrufat agregó que el Coloquio constituye una suma de momentos creadores y justicieros, en los cuales se ha rendido homenaje a uno de los grandes de las letras cubanas, justo en el año de su centenario.
Con este encuentro, precisó, cumplo la promesa de cuidar su obra en los tiempos adversos y propicios, tal y como me lo pidió días antes de que su corazón dejara de latir aquel fatídico día (18 de octubre de 1979).
En este viaje de apertura, en el que Piñera regresó para quedarse y convertirse en persona y personaje, como apuntara el crítico y escritor cubano Norge Espinosa, también se abordaron otras aristas de interés como las cartas cruzadas entre el autor de la popular pieza teatral Aire Frío y su amigo Humberto Rodríguez Tomeu.
Sobre el tema, el profesor estadounidense Thomas Anderson ofreció detalles relacionados con la angustia vivida por Piñera en torno a la idea de traducir sus textos a varios idiomas, escepticismo que reflejó a través de las 86 misivas que le escribiera al también traductor cubano Rodríguez Tomeu entre 1960 y 1977.
Las cartas, custodiadas en la biblioteca de la Universidad de Princeton, en Estados Unidos, resultan un material de inédito valor que refleja el interés manifiesto de prestigiosas casas editoriales europeas de aquella época por traducir los escritos de Piñera, indicó el académico de la Universidad Notre Dame.
Por su parte, el investigador peruano Julio Ortega aseguró que el autor de La isla en peso (1943) es un poeta solitario de muchas voces, que se suceden a través del valor de su lenguaje, agudo y sarcástico, reflejo de su rebeldía, nostalgia del deseo, melancolía y conciencia de la muerte.
Hasta el venidero viernes, el Colegio Universitario de San Jerónimo, en el centro histórico de La Habana, será sede del Coloquio Internacional Piñera tal cual, que reúne a investigadores, escritores e intelectuales de Estados Unidos, América Latina, Europa y Cuba.
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