Jorge Drexler, de trovador a actor

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Jorge Drexler, de trovador a actor
Fecha de publicación: 
18 Junio 2012
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El cantautor uruguayo Jorge Drexler nunca había pensado en ser actor, pero aceptó la oferta del cineasta argentino Daniel Burman para protagonizar La suerte en tus manos porque «dejar de ser uno mismo es un regalo maravilloso», ha explicado en la presentación de la película hoy en Madrid.

Jorge Drexler, que ha ganado dos premios de cine como el Óscar y el Goya por sus canciones para Diario de motocicleta y Lope, respectivamente, no había coqueteado todavía con la interpretación en el séptimo arte.

Con la llamada de Burman, un director especializado en las relaciones personales, y el gancho de Valeria Bertucelli y Norma Aleandro como compañeras de cartel, el cantante decidió que había llegado el momento de ponerse delante de la cámara.

«Me corté las uñas de la mano derecha, algo que no hacía desde los 16 años. Parece una tontería, pero para mí era muy importante. E hice mi trabajo de actor muy gustosamente, porque me desvinculó de un trabajo tan narcisista como es escribir basándote en tus propias experiencias, poner tu cara en un cartel o subirte a un escenario a dar un concierto», ha asegurado.

La suerte en tus manos, que se estrena el viernes en los cines españoles, le saca de cualquier guiño a lo musical, pero también de ese dulce momento sentimental que vive al lado de la actriz española Leonor Watling.

Así, le coloca en el epicentro de la crisis de madurez a través del personaje de Uriel, un divorciado con dos hijas que se somete a una vasectomía para erradicar el miedo a seguir ampliando la familia, que miente compulsivamente y que, además, pasa sus ratos libres jugando al póquer en el casino.

«Me parecía interesante arrancar con una castración autoconsciente, quiere circuncidar su corazón, su alma», ha resumido el director que sorprendió al mundo con El abrazo partido -premio especial del jurado y Oso de Plata al mejor actor en la Berlinale de 2004- y que desde entonces ha seguido profundizando en los lazos familiares y en la sutil influencia de su cultura judía.

Ahora, con la crisis de los cuarenta, Burman quiere retratar al hombre «en ese punto en el que ha vivido muchas experiencias esenciales y ha fracasado en muchas de ellas, pero todavía puede volver a hacerlo de vuelta y está a tiempo de volver a fracasar», ha aseverado.

«Es ese punto en el que el miedo y el deseo están empatados», ha proseguido, y para ello ha tejido una metáfora, con esa suerte del título, en los tapices de las mesas de un casino. «El juego es un simulacro de la vida, pues uno va a un ámbito voluntario y es recibido por el azar, pero va con la intención de dominarlo, de dominar su destino», ha reflexionado.

La vuelta al mercado sentimental, la inmadurez que, aunque menos permitida a cierta edad, sigue estando más que presente, y la mentira como táctica de seducción, también pujan por meter baza en La suerte en tus manos.

«La percepción de la realidad no es neutra y la verdad absoluta no existe. En nuestra sociedad no se puede ir gritando a la gente lo que uno piensa y se trabaja con, como mucho, verdades parciales. Así que la película trata de qué cosas gravitan en una relación, las que importan y las que no, y con qué parte de esa alteración de la verdad podemos convivir», ha argumentado Drexler.

El uruguayo, que tuvo que adaptar su dicción al acento porteño, ha debutado también hace unas semanas como compositor de ballet en Montevideo con la pieza Tres hologramas para la compañía nacional de danza de Uruguay, dirigida por Julio Bocca, por lo que considera que 2012 ha sido de nuevas experiencias.

Pero Drexler no ha aclarado, en cambio, si cree que este es el principio de una larga carrera cinematográfica. «No tengo ni idea de si puedo hacer otra película, pero sí puedo decir que me gustó mucho hacer esta», ha concluido.

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