Wim Wenders, filmar con el Papa

    Wenders se refirió a "Papa Francisco. Un hombre de palabra", que se verá en Estados Unidos el 18 de mayo y cuyo anticipo se dio hoy en exclusiva en el quinto aniversario del pontificado del argentino Jorge Mario Bergoglio. La obra tomó impulso a partir de la voluntad del prefecto de la Secretaría para la Comunicación del Vaticano, monseñor Dario Edoardo Viganò, de realizar un documental que no fuera sobre el Papa sino con la participación de Francisco.

    El proyecto giró alrededor de un largo diálogo con el pontífice que se refiere a distintos temas ofreciendo respuestas a los principales desafíos del mundo contemporáneo: la muerte, la justicia social, la inmigración, la ecología, la desigualdad, el materialismo y el rol de la familia. Gracias a las particulares técnicas de filmación, realizadas en el Vaticano con la colaboración de Vatican Media, el Papa se dirige de modo directo al espectador instaurando una relación íntima con personas en diferentes circunstancias: trabajadores y agricultores, niños y ancianos, presos y refugiados, habitantes de barrios de emergencia y de campos de acogida.

    Particularmente atenta resultó también la búsqueda de imágenes de archivo, tomadas del patrimonio vaticano, que muestran al Papa en algunos momentos clave en el ámbito de sus numerosos viajes. "Pasó un tiempo antes de que mi idea tomase forma, que el financiamiento llegara a buen término y para organizar las tomas iniciales con Francisco. Desde la primera conversación hasta el fin de documental pasaron cerca de dos años, otras tres largas entrevistas y una filmación en Asís, la patria de San Francisco.

    Y luego meses y meses en la sala de montaje, hasta que el filme tuvo su forma definitiva", contó Wenders.

    "Responde plenamente a las altas expectativas que nos habíamos propuesto y esto es haber permitido al Papa Francisco hablar directamente a cada espectador y cada oyente de todos los temas y todas las preocupaciones que son importantes para él, casi en un cara a cara", prosiguió el director de "París, Texas".

    Wenders se manifestó "siempre muy impactado de cómo Francisco estuvo abierto a toda pregunta y de cómo siempre respondió de manera directa y espontánea. Y tras cada una de las cuatro largas sesiones de conversaciones se tomó el tiempo de estrecharle las manos a todos, sin hacer diferencias entre el productor, el director, el electricista o el asistente".

    "Ya tenía la más alta consideración por el Papa Francisco antes de conocerlo, sólo por verlo en televisión, haber leído sus discursos y sus encíclicas. Pero encontrarlo en persona y verlo y escucharlo cada día en la sala de montaje, en nuestras charlas y en sus discursos en todo el mundo a refugiados, prisioneros, políticos, científicos, niños, ricos y pobres, me mostró lo valiente y lo intrépido que es", afirmó.

    "Mi deseo para él es éste: que jamás pierda su inquebrantable corazón", concluyó Wenders.