Sancti Spíritus: 498 años después (+ FOTOS)
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Quien recorra hoy la ciudad de Sancti Spíritus –en la región central de Cuba- difícilmente dejará de maravillarse ante las huellas dejadas por Diego Velázquez y los sucesivos “conquistadores” en instituciones, calles y plazas de la localidad.
Con 498 años de fundada, y en medio de un ajetreo inusitado para devolverle el esplendor a sus principales lugares de interés histórico, cultural y arquitectónico, la villa del Espíritu Santo deviene sitio de referencia para aquilatar un pasado colonial que distingue a los habitantes de la mayor de las Antillas.
Más allá de las consabidas disquisiciones que siempre se han establecido en torno a los primeros siete asentamientos de la Isla, investigadores cubanos sostienen que Sancti Spíritus fue fundado el cuatro de junio de 1514, en un sitio a la orilla del río Tuinucú aún por definir.
María Antonieta Jiménez Margolles, historiadora de la urbe, cuenta que en ese entonces Bartolomé de Las Casas es llamado a oficiar una misa del Pentecostés en una zona donde convivía abundante población aborigen.
La fundación de la villa no puede entenderse como un hecho aislado –refiere una de las más apasionadas defensoras del patrimonio- sino como un proceso que tiene en su centro la Fiesta del Pentecostés, una celebración que acontece indistintamente entre mayo y junio, y que en 1514 cayó el cuatro de junio; de ahí la aseveración.
El nombre de la naciente población vendría, entonces, de la tercera persona de la Santísima Trinidad: Espíritu Santo.
Pero su posición inicial muy pronto sería sustituida por otra en la margen izquierda del Yayabo, un cauce fluvial que marcó nuevos derroteros y desde donde creció el poblado hasta convertirse en la ciudad de Sancti Spíritus, a partir del año 1867.
Contrario a lo que sucedió con algunas de las otras localidades, la del Espíritu Santo careció de períodos de auge y decadencia muy marcados, y se limitó a un relativo desarrollo hasta mediados del siglo XIX cuando comenzó su verdadero despegue económico y social.
Tierra de grandes trovadores como Rafael Gómez Mayea (Teofilito), de patriotas como Serafín Sánchez Valdivia y de un rico imaginario cultural, Sancti Spíritus exhibe con orgullo su centro histórico -declarado Monumento Nacional en 1978-, su puente Yayabo y el Teatro Principal, uno de los más antiguos de Cuba que todavía se conserva.
Pero, al borde de los cinco siglos de existencia, la ciudad se resiste al paso de los años e intenta restaurar sus edificaciones y calles más emblemáticas mediante un ambicioso plan de conservación y restauración que sus gestores han denominado “Misión 500”.
A un año de la convocatoria de las autoridades locales para iniciar tamaña empresa, el Parque Maceo (o de La Caridad), la Casa de la Guayabera Quinta Santa Elena y diversas arterias del centro histórico, entre otros sitios, exhiben una nueva imagen y asombran a lugareños y visitantes.
Además, se trabaja en el saneamiento del río Yayabo, la Avenida de los Mártires y para los próximos años se prevé la rehabilitación, por ejemplo, del Parque Serafín Sánchez.
El arquitecto Roberto Vitlloch, director de la Oficina de Monumentos y Sitios Históricos, ha afirmado en varias ocasiones que la intención es festejar los 500 años de la villa del Espíritu Santo con una ciudad que preserve sus símbolos, esos que la distinguen y enorgullecen a sus hijos.
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