Asia Pacífico, ¿región de próximos conflictos?
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Asia Pacífico se ha convertido en una zona de marcado interés por parte de los Estados Unidos, que intenta contrarrestar la supremacía de China. Recientes declaraciones del secretario de Defensa del Pentágono, Leon Panetta, ratificó lo que hace tiempo es voz populix: Estados Unidos afianzará su presencia militar en la región con la ayuda de sus principales aliados.
Panetta, en su visita a Singapur durante una cumbre de seguridad, informó que la fuerza naval redesplegará sus fuerzas pasando del actual 50/50 repartido entre el Pacífico y el Atlántico a una proporción de 60/40 por ciento entre esos océanos. Estas maniobras se realizarán antes de 2020 y forma parte de una nueva estrategia militar en Asia.
El plan incluye también más inversiones en cibertecnologías y sistemas bélicos no tripulados. Este aumento incluirá seis portaaviones, cruceros, destructores y submarinos. Actualmente, la Marina norteamericana cuenta con 285 buques, la mitad de los cuales se encuentra desplegada o asignada al Pacífico.
El responsable de seguridad aseguró que el plan se llevará a cabo sin que se vayan a construir nuevas bases militares y sí mediante acuerdos bilaterales con los países de la zona. Estados Unidos pretende reforzar sus actuales alianzas militares con Japón, Corea del Sur y Australia. De igual forma, va a equipar con armamentos y equipos de alta tecnología a los países del sudeste, especialmente a Filipinas, Tailandia y Singapur.
Las declaraciones de Panetta solo confirmaron lo que se viene denunciando desde hace meses sobre la permanencia y trasiego de tropas norteamericanas en el zona. Los últimos movimientos militares comenzaron el pasado mes de abril con la llegada al puerto australiano de Darwin de un primer contingente de marines de una fuerza estable de unos 2 500 que permanecerán en ese país.
Asimismo, se anunció la ejecución de varios ejercicios militares conjuntos con sus aliados. Un cable de prensa informó que tropas de Japón, Australia y Estados Unidos realizaron por espacio de tres días varias maniobras militares que consistieron en el seguimiento de submarinos y apoyo logístico; así como la participación de equipos aeronavales.
Debemos recordar que Washington mantienen algo más de 60 mil soldados en territorio japonés, sobre todo en la isla de Okinawa, donde se concentran dos tercios de las bases militares estadounidenses.
A raíz de estas declaraciones, la Agencia de Cooperación en Seguridad y Defensa divulgó la noticia de que Estados Unidos y Corea del Sur están negociando un acuerdo de venta de armas por un valor de 325 millones de dólares.
El organismo informó al Congreso la posible transferencia a Seúl de 367 bombas de racimo y partes asociadas, así como equipamiento, apoyo técnico y entrenamiento. La venta incluirá también 28 misiles tácticos CATM y siete misiles tácticos DATM.
Sudcorea explicó que pretende usar esas armas para “modernizar sus Fuerzas Armadas e incrementar su capacidad para derrotar un amplio abanico de defensas enemigas, como fortificaciones, vehículos armados y amenazas marítimas”.
Desde hace meses los expertos están advirtiendo sobre los movimientos militares que se están produciendo en la zona. Incluso, durante la conferencia celebrada a principios de junio en Singapur, las principales naciones reunidas alertaron sobre la preocupación que existe por la proliferación de submarinos. Se cree que para 2025 habría hasta 170 en la región. Muchos participantes en la reunión hicieron llamados por una mayor transparencia en su uso por parte de las naciones del área.
Analistas aseguran que existe una seria y alarmante preocupación por el crecimiento militar chino, y problemas locales como la piratería y el terrorismo; de ahí que se esté disparando una carrera armamentista de todo tipo en esa región que se dice es una de las de mayor vitalidad económica del mundo.
Según el Banco de Desarrollo de Asia, a mediados del presente siglo, la región podría representar la mitad de la economía global. El PIB total del continente aumentará de los 16 billones en 2010 a los 148 billones en 2050.
Punto de conflicto: El Mar Sur de China
A pesar de que Estados Unidos asegura que su nueva estrategia no tiene que ver con el empuje de Beijing en la región, todo apunta a que Washington está muy interesado en el control del Mar Sur de China.
Se considera que esa zona posee el 30 por ciento de las actuales reservas chinas de petróleo. Algunos incluso lo llaman el segundo Golfo Pérsico, debido a su potencial en reservas masivas de petróleo y gas; además de ser el recorrido obligado para enormes riquezas pesqueras.
El Centro para Estudios Estratégicos Internacionales, con sede en Washington D.C, aseguró que por estas aguas transitan cada año más de 5 billones de dólares del comercio global, de eso, la cuota estadounidense es de 1,2 billones. Por lo que este mar es considerado por Washington una posición estratégica clave para mantener su influencia en Asia y, reducir el creciente liderazgo de China.
Recientes declaraciones del senador John Kerry, acerca de la importancia de firmar la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, evidencia las intenciones de Estados Unidos en el mar meridional de China.
Hasta el momento, la Casa Blanca se había rehúsado a suscribir el tratado que ha sido avalado por 160 países y por la Unión Europea. El deseo de integrarse ahora a la convención es un medio de encontrar un marco jurídico para que el país pueda interferir en este asunto; así como maximizar sus intereses estratégicos en las áreas política, económica y militar en todo el mundo.
Según especialistas en el tema, la razón por la que Washington se negó alguna vez a firmar el tratado es que sus disposiciones limitarían los derechos de navegación de los buques de guerra en las zonas económicas exclusivas de otros países. Sin embargo, la actitud está cambiando ahora.
La subdirectora del Instituto de China para Asuntos de Marina de la Administración Estatal Oceánica, Zhang Haiwen, afirmó a la prensa que el hecho radica en que la Administración norteamericana se ha dado cuenta de las desventajas de no firmar la convención, lo que ha perjudicado su papel como líder en los asuntos marítimos globales.
El propio senador Kerry dijo que ratificar el tratado sellará los derechos de navegación favorables de los que dependen las fuerzas armadas. También fortalecerá la mano del país contra China y otros países que están haciendo reclamos en el Pacífico, Ártico y otras partes.
De igual forma, ayudará a las inversiones de petróleo y gas de las compañías norteamericanas que podrían asegurar el futuro energético del país. Permite también el acceso a los minerales de tierra rara que necesitan para los sistemas de armas, computadoras y teléfonos celulares, entre otros productos.
China y su fuerza militar
En este complejo panorama que vive la región, China se reafirma como la primera potencia económica y militar. Beijing en los últimos años ha designado buena parte de su presupuesto para mejorar y perfeccionar sus fuerzas armadas. Este año ya declaró que su presupuesto militar será de 106 400 millones de dólares, un aumento del 11,2 por ciento. Esto por supuesto preocupa a países como Japón, Corea del Sur y a los propios Estados Unidos.
El incremento está en sintonía con lo declarado por el Gobierno de Beijing en 2009. En ese momento, las autoridades publicaron un informe que detallaba el interés chino en incrementar la mecanización militar y obtener avances en la informatización antes de 2020.
Se reveló que el país trabajaba en la creación y desarrollo de armas y equipos de alta tecnología; así como en la construcción de un sistema logístico moderno en todos los terrenos.
En los últimos años China logró alianzas importantes, entre ellas con Rusia, con una poderosa y moderna industria militar. Beijing y Moscú han realizado ejercicios militares conjuntos y más recientemente consolidaron su asociación estratégica durante la visita de Vladimír Putin a ese país para participar en la XII Cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS), realizada los días 6 y 7 de junio.
China insiste en que Estados Unidos intenta tergiversar la situación del gigante asiático y difunde el debate sobre "la amenaza militar china". El país ratifica que ha adoptado una política de defensa para la protección y promoción de la paz y la prosperidad de la región Asia Pacífico y de todo el mundo.
¿Qué podrá suceder en los próximos meses? Con los cañones de Washington apuntando cada vez más cerca, pudiera pensarse que la región será el escenario de nuevos enfrentamientos armados en un futuro cercano. Todo dependerá de la posición y estrategia que asuma China con respecto a la posible injerencia norteamericana. El Gobierno de Beijing ha expresado repetidamente su respeto hacia la presencia e intereses de Estados Unidos en la región y, espera que también se respeten sus intereses.
Por último, Beijing ha dicho que continúa creyendo que la búsqueda de la paz, la estabilidad y el desarrollo es la tendencia general y la aspiración común de los países del área. Pero sí ha dejado claro que los asuntos de Asia Pacífico deben ser manejados solo a través de consultas entre las naciones de esa región.
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