Argentina: Venganza del culpable

Argentina: Venganza del culpable
Fecha de publicación: 
10 Diciembre 2017
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Cuando Mauricio Macri asumió la presidencia de Argentina comenzó a aplicar una política neoliberal que dejó a decenas de miles de personas sin empleo y a millones de argentinos frente a un alza desmesurada de los precios de elementos esenciales para mantener la calidad de vida.

Junto a ello, compró conciencias (malas, claro), entre las  cuales se encontraban importantes piezas del aparato judicial, al tiempo que aumentaba su control de los medios de comunicación, echando abajo leyes dictadas por el anterior gobierno.

Así, con la anuencia judicial y sin que una voz se hiciera sentir para incoar proceso alguno en su contra, “perdonó” a su familia el equivalente a 4 465 millones de dólares que la empresa Correo  Argentino debía al Estado por concepto de una deuda acumulada durante 15 años. Poco después hizo igual con su Aerolíneas Argentinas, aunque por “solo” medio millón de dólares.

En tanto, se mantenía la crítica popular contra el Presidente: “El gato ladrón se autoperdonó una deuda de 70 000 millones de pesos…, pero la prensa lo blinda y silencia”, pero nada pasaba con esto y otras cuestiones como el beneficio exagerado que otorgaba en obras públicas a sus testaferros Calcaterra y Caputo.

En medio de todo este descaro macrista, y con gran alboroto de los medios, se comenzaron a detener a decenas de integrantes del gobierno anterior, de una lista que se dice ronda los 500 nombres y, por supuesto, se esmeró en tratar de humillar a la ex presidenta Cristina Fernández.

Sin dudas, el pedido de desafuero y detención ordenada por un juez en su contra es un verdadero exceso que viola el estado de derecho, muy característico de la técnica utilizada por Macri para desacreditar a una posible candidata presidencial, quien acaba de ser electa senadora con la mayor cantidad de votos obtenida por un opositor.

La ex mandataria aseguró en una rueda de prensa que el presidente Mauricio Macri "es el máximo y verdadero responsable de una organización política y judicial para perseguir a la oposición" y consideró que la acusación de "traición a la Patria" en su contra es "un insulto a la inteligencia de los argentinos".

El juez federal Claudio Bonadio pidió prisión preventiva para Kirchner por supuestamente orquestar un plan para intentar encubrir a ex altos funcionarios iraníes imputados por el atentado al centro judío AMIA, que causó 85 muertos y 300 heridos en Buenos Aires en 1994.

Lo más sintomático de todo esto es que no había israelí alguno entre las víctimas y ese día la dirigencia del lugar se hallaba ausente, recordándome el atentado a las Torres Gemelas neoyorquinas, el 11 de septiembre del 2001, cuando en un día de trabajo ninguno de los 200 funcionarios israelíes que laboraban allí se encontraban presentes.

La ex mandataria, de 64 años, calificó de inventada la causa en su contra, denunció una "persecución política de la oposición, inédita en tiempos democráticos, de hostigamiento y humillación",  y puso al Presidente al frente de esa operación: "Mauricio Macri es el director de la orquesta y Bonadío ejecuta la partitura judicial".

Kirchner dijo que la firma de un memorando con Irán en 2012, aprobado por el Congreso, que buscaba indagar a los acusados en Teherán y conformar una comisión investigadora con expertos internacionales, fue "un acto de política exterior no judiciable".

"Desde el punto de vista jurídico es un despropósito, un verdadero exceso", insistió. Se trata de una causa judicial "armada e inventada", afirmó. Kirchner dijo que "posiblemente" recurrirá ante algún tribunal internacional la medida judicial.

"Lo que realmente se acordó (en el 2012 con Irán) fue lograr que se les pueda tomar declaración indagatoria a quienes estaban acusados de haber participado del atentado contra la AMIA"… "Llevamos 23 años y no hay ningún preso ni detenido por esto. En ese momento estaba la causa absolutamente paralizada, porque Irán no extradita a sus connacionales. Lo que hicimos era actuar en el marco del Derecho Internacional", agregó.

"Me quieren callada y con la espada de Damocles sobre mi cuello", dijo, y advirtió que son "presiones, amenazas e intimidaciones que no van a tener resultados".

En ese sentido, y de manera sorprendente, coincidió el periodista Mer Mergalit, del periódico israelí Haaretz:  “Las fuerzas oscuras del pasado regresan, deseosas de cosechar venganza sobre la familia Kirchner”, señaló, quien en una nota anterior ya había afirmado que la muerte de Nissman (fiscal en el caso AMIA) “apestaba a una conspiración derechista oportuna, en connivencia con los ex policías y oficiales del Ejército, para derrocar al gobierno y destruir la democracia en Argentina, aún débil después de 30 años”.

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