Trump belicoso y desatinado
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Falto de coherencia, desatinado, belicoso y contradictorio fueron algunos de los adjetivos empleados por medios, analistas y figuras políticas para referirse a su alocución del martes pasado ante la Asamblea General de la organización.
Se trató de un "discurso equivocado, en el momento equivocado, ante la audiencia equivocada", resumió luego la canciller sueca, Margot Wallstrom.
Hubo un momento en el que el republicano dijo no esperar que las diversas naciones compartan las mismas culturas, tradiciones o sistemas de gobierno. "En Estados Unidos no buscamos imponer nuestro estilo de vida a nadie", afirmó.
Tales palabras hubieran representado un cambio significativo en la política norteamericana si no se hubieran rebatido pocos minutos después, cuando Trump arremetió contra Estados que escogieron caminos con los que Washington no está de acuerdo.
El jefe de la Casa Blanca reiteró la continuación del bloqueo impuesto por su país a Cuba durante más de 55 años si el gobierno de la isla caribeña no cumple con "reformas sustanciales" exigidas por el territorio norteño.
Tal declaración la realizó en el mismo foro donde la abrumadora mayoría de la comunidad internacional se pronuncia año tras año por el fin de ese cerco, y donde Bolivia, Costa Rica, Guyana, Namibia, Ecuador y Sudáfrica, entre otros, volvieron a demandar ahora el levantamiento de esa política.
Las advertencias de Trump también incluyeron a Venezuela, al señalar que está preparado para tomar medidas adicionales en su contra; y fue altamente beligerante su tono sobre la República Popular Democrática de Corea, a la que amenazó con la total destrucción si Estados Unidos debe defenderse a sí mismo o a sus aliados.
Además, condenó nuevamente el acuerdo nuclear alcanzado entre Irán y seis potencias mundiales en 2015, al cual calificó como "una de las transacciones más unilaterales de Estados Unidos en su historia", pese a que las partes participantes en el convenio reconocen el cumplimiento de la nación persa de los puntos pactados.
Para la senadora demócrata Dianne Feinstein, de California, Trump empleó su intervención en las Naciones Unidas como escenario para amenazar con guerra en lugar de fomentar la paz y la cooperación global.
Analistas en política exterior, en tanto, consideraron que el discurso del republicano probablemente cimentó las opiniones de muchos líderes mundiales de que él no se preocupa en involucrar a la comunidad global más allá de para perseguir sus propios intereses.
Precisamente la intención de Washington de promover su visión del mundo y de lo que debe ser la ONU llevó a unas 70 naciones a no participar el lunes último en un foro de alto nivel ideado por Trump para abordar la reforma de la organización.
Si bien la mayoría de la comunidad internacional coincide en la necesidad de transformar el organismo, muchos países ven con preocupación la inclinación del republicano a erigirse en abanderado de una causa concerniente a los 193 miembros de la ONU.
Funcionarios de Rusia, uno de los territorios que no firmó la declaración de 10 puntos circulada por los estadounidenses, sostuvieron que la reforma de Trump es una señal hacia un mundo unipolar y hacia la reducción del papel de Naciones Unidas en la arquitectura internacional del siglo XXI. (Tomado de Semanario Orbe)
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