ENTREVISTA: Yorgelis reserva un lugar entre las «Hércules» del atletismo
especiales
Ese fue el primer avance de lo que sería completar las «siete tareas de Hércules» con una puntuación sin precedentes: 6 594 puntos, válidos para pulverizar su cota cimera y récord nacional anterior de 6 481. Eso, hasta que la guantanamera de 22 años (nacida el 25 de enero de 1995) se presente en otra competencia de envergadura suprema y vuelva a mejorar sus registros.
Lo del Mundial de atletismo de Londres constituyó su confirmación definitiva, pues Yorgelis estaba precedida de un título y subtítulo del orbe en la categoría juvenil en las ediciones de Barcelona 2012 y Eugene 2014. Ahora, en el estadio olímpico de la capital británica, el coral atlético antillano forjado por Gersin Luis y esculpido con rigor por Gabino Arzola tuvo una secuencia de: 13.60 s-1 036 puntos en 100 c/v; 1.95 m-1 171 en salto de altura; 13.45 m-757 en bala; 24.42 s-941 en 200 metros; 6.23 m-921 en longitud; 47.41 m-810 en jabalina, y 2:10.48 min.-958 en 800 metros. Para tener una idea más exacta de su empuje, cabe destacar que en tres de las siete pruebas culminó entre las ocho mejores y, además de la altura, estampó crono cimero en la doble vuelta al óvalo.
La cita del orbe vive aún su efervescencia y en medio de tiempos y marcas, rivalidades antagónicas y pasajes memorables, logré intercambiar vía electrónica con Yorgelis, cuando aún la euforia circulaba por su torrente sanguíneo:
El salto de 1.95, las nubes… ¿Lo esperabas?
«Ese salto de altura fue un resultado que durante la preparación nos habíamos planteado el profe y yo. Como práctica fundamental, hemos tratado de mejorar aquellos eventos en los que soy más fuerte y puedo ganar más de mil puntos (vallas, altura, longitud). Claro, sin descuidar el resto. Desde los entrenamientos, sabía que en algún momento iba a salir, me sentía muy segura, estaba bien. Lo que sí no me imaginé llegar hasta 1.95, pero sí hasta 1.92. De hecho, esta altura me emocionó un tanto más que los 1.95, por el hecho de que ya había roto la barrera que hace mucho estaba esperando. Me sentí súper emocionada y contenta, y lo mejor de todo es que yo le decía a Gabino y a Leonel que en el Mundial yo lo iba a saltar, y así fue».
¿Las vallas en la ruta de la secuencia?
«En las vallas, a pesar del tiempo de 13.60, cercano a mis 13.52 personales, me quedé por debajo de las potencialidades. Tenía para más, no me sentí a tope en la carrera. Es algo que me falta, seguridad en las vallas, porque técnica y físicamente he mejorado un 120%. Ya creo que es momento de bajar de esos 13.50 segundos».
Quizás influyó el hecho de ser la primera prueba y esa presión inicial o prearranque que siempre genera...
«Sí, siempre ha sido así. Es algo en lo que tengo que ganar, y de ahí en adelante vendrán mejores rendimientos».
Salto hacia los 800 metros y la dosificación de las fuerzas.
«Los 800 constituyen la prueba que más fuerza me da para terminar bien. Sin embargo, es la que menos me gusta, pero a la hora de correr, yo me pongo a pensar y siempre digo: Todo lo que trabajo en el año no se compara con esta carrera… Por eso salgo a darlo todo.
«Ahora en Londres tenía mucha confianza, porque el trabajo realizado con mi entrenador, Gabino, fue espectacular. Además, hubo algo que me dio las fuerzas para salir a correr, y fue la posibilidad de coger una medalla. Saber que lo di todo hasta el final… Eso sí, cuando se entrena bien, en la competencia tienen que salir bien, pero estoy feliz, muy feliz. Ha sido la mejor prueba de mi carrera hasta ahora, en lo personal. Los números no mienten».
De vuelta a la secuencia, tenías 6.50 en longitud, de junio último, en Bilbao. ¿Qué sucedió?
«Creo que me confié un poco, al saber que estaba muy bien. No tengo muchas otras explicaciones para esta prueba, porque la he mejorado cantidad. En lo adelante, creo que debo controlar la ansiedad y la desesperación por conseguir un rendimiento de primer nivel. La clave está en concentrarse; si lo logro, sale el resultado, porque el aspecto técnico de mi secuencia y la carrera, al decir de Gabino, los tengo casi perfectos».
¿Y con la jabalina?
«La jabalina es un poco parecida al salto largo. Creo que esos 58 m de la holandesa Anouk Vetter me sacaron de competencia, y eso no me puede suceder. Igualmente, había entrenado muy bien, como pudieron ver en esos dos fouls. Estaba un poco ansiosa por lanzar y la técnica la cambié por completo, pero en ninguno de esos momentos pensé que la batalla estaba perdida. Siempre luché hasta el final de cada prueba».
¿Sientes que ha crecido tu entendimiento con Gabino y Leonel?
«Claro que sí, y mientras pasan los años, la química es mayor. Estoy muy orgullosa de ellos dos, su presencia en cada competencia es muy importante para mí. Saben cómo actuar en cualquier situación, y más teniendo experiencia de tantos años en las pruebas combinadas».
¿Relaciones con el resto de las heptatlonistas de la élite?
«En verdad, mi relación no es tan abierta o profunda por la barrera del idioma. Eso sí, hay muy buena conexión entre todas las heptatlonistas. A la que más me he acercado es a Antoinette Nana, la francesa, muy simpática. Sin dudas, siempre hay una amabilidad de parte de muchas, y más de las que vienen conmigo desde los Juveniles. Creo que si aprendo inglés, me llevaría muy bien con todas».
Tras este golpe certero de rendimiento, ¿ambiciones?
«Bueno, siempre me digo: mientras vaya mejorando, mis ambiciones serán mayores. Voy a trabajar fuerte en cada sesión de entrenamiento, porque ese sueño de medalla que tuve tan cerca no se puede ir nuevamente de las manos. Con esas palabras lo digo todo; de más está decir que voy a seguir buscando mejorar mis marcas y poner ese récord nacional en lo más alto del mundo, así que a esperar lo mejor de mí y que no demore en llegar ese momento. Ojalá se hagan realidad en los próximos dos mundiales o en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020».
Así de simple, amigos míos. Londres destila grandeza, pese a que en muchas pruebas no se han estampado excelsos registros. Yorgelis, en medio de ese enjambre de estrellas, puso su brillo total. Si le queda asomo de duda alguna, baste preguntarles a las medallistas: la belga y reina Nafissatou Thiam (6 784), la alemana Carolin Schafer (6 696), y la mencionada holandesa Anouk Vetter (6 636 y tope nacional). Cierro con los registros cúspides de Yorgelis en cada una de las siete pruebas que componen el heptatlón, para vislumbrar su posible panorama evolutivo, de cara a lo que resta de ciclo olímpico y próximos retos supremos:
100 c/v: 13.52 segundos
Salto de altura: 1.95 metros
Impulsión de la bala: 14.64 metros
200 metros: 24.06 segundos
Salto de longitud: 6.50 metros
Lanzamiento de jabalina: 48.89 metros
800 metros: 2:10.48 minutos
Añadir nuevo comentario