La Centralidad del Tablero: una antigua teoría anticubana
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En nuestro país, este disfraz, siempre ha sido una teoría anticubana, primero oponiéndose a nuestra independencia de España, a través de los cantos de sirenas de los autonomistas, luego haciéndole el juego y aplaudiendo de forma vergonzosa la intervención estadounidense, desde posiciones claramente anexionistas.
El texto “La centralidad del tablero es radical, demócrata, socialista e ilustrada” , muestra parcialidad a favor de un centrismo que es derechismo;…”. Entonces: ¿Cuál es el análisis objetivo e imparcial o de centralidad, si ataca intencionalmente el funcionamiento de la Asamblea Nacional del Poder Popular, que es el órgano supremo de Poder del Estado Revolucionario Cubano, con respaldo constitucional y elegido democráticamente, de conformidad con la Ley cubana?
En el fondo, no hay posiciones centristas en la política cubana. Aunque las personas se llamen así, al final responden o no a una de las dos grandes decisiones y posiciones de la actualidad: defender la continuidad de la Revolución o no defenderla.
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No hay “centralidad del tablero” en el autor, cuando alega una supuesta ignorancia, mal intencionada, afirmando que el “…Consejo de Estado… usurpa las competencias del legislativo y crea decretos a placer sin rendir cuentas a nadie…”. Ignora el autor la historia de las instituciones del Derecho Constitucional y del Derecho Administrativo comparado, cuando en diferentes países coexisten el Consejo de Estado y el Parlamento, cada uno con sus funciones específicas, complementarias, aunque la forma en que lo relata el autor del trabajo rebela su intención de desacreditar la institucionalidad del Estado, resultado de la Revolución Cubana y se aparta de su supuesta “centralidad”.
Tergiversa dos de los logros de la Revolución Cubana que son reconocidos por las Naciones Unidas y por innumerables instituciones y personalidades a nivel mundial: la salud y la educación. De igual forma dice que “rechaza al imperialismo” por sus “imposiciones”, como si no estuviera haciéndole el juego y contribuyendo con su accionar a respaldar iguales concepciones imperiales harto conocidas por el pueblo cubano.
El contenido del documento es una muestra palpable de la adulteración del concepto “Estado de Derecho” que dice el autor conocer. Cuba, con su proceso de institucionalización, ha ido perfeccionando el verdadero Estado de Derecho a favor del pueblo cubano, sin discriminación y en plano de igualdad, con las garantías establecidas en la Ley.
Otra muestra de supuesta ignorancia e incultura jurídica la manifiesta al referirse al “poder judicial”, cuando la organización de administración de justicia en Cuba es un sistema científicamente concebido y estructurado, pero fuera de las concepciones burguesas de la tripartición de poderes, ya que existe en nuestro país un solo poder, el revolucionario, que radica en los órganos supremos elegidos democráticamente de conformidad con la constitución y las leyes que los propios cubanos nos hemos dado.
El Estado cubano y todo su engranaje institucional ha obtenido los logros reconocidos a nivel mundial, por cumplimentar las ideas martianas “con todos y para el bien de todos”, lo que ha pretendido desconocer el autor del trabajo que comentamos, por su parcialidad a favor de las corrientes retrógradas que quieren acabar con la Revolución Cubana.
Quienes critican o desean reformar el actual sistema político de Cuba, desconocen o quieren desconocer que el Parlamento cubano se sostiene en cinco pilares de una democracia genuina y verdadera; pues el pueblo: propone y nomina libre y democráticamente a sus candidatos; los elige mediante voto directo, secreto y mayoritario de los electores; los revoca en cualquier momento del mandato; los controla sistemáticamente y participa con ellos en la toma de las más importantes decisiones.
La Asamblea Nacional del Poder Popular es el Órgano Supremo de poder del Estado. Representa y expresa la voluntad soberana de todo el pueblo, se compone de diputados elegidos por el voto libre, directo y secreto de los electores, en la proporción y según el procedimiento que determina la ley.
El Consejo de Estado es responsable ante la Asamblea Nacional del Poder Popular y le rinde cuenta de todas sus actividades. Es el Órgano que la representa entre uno y otro período de sesiones, ejecuta los acuerdos de ésta y cumple las demás funciones que la Constitución le atribuye.
Por tanto, no se puede hablar de “usurpación” de funciones por el Consejo de Estado, cuando éstas y la correlación de este Órgano con la Asamblea Nacional del Poder Popular, están claramente definidas por la Constitución.
En nuestra opinión, utilizar este tipo de expresiones, denotan o bien una falta total de conocimientos sobre el contenido de nuestro ordenamiento legal, o lo que es peor el deseo de confundir al lector no avezado, para denigrar la actuación de nuestras máximas instituciones estatales.
Tanto la Asamblea Nacional como el Consejo de Estado, están subordinados al poder soberano de nuestro pueblo que ejerce su autoridad desde la base a través de la nominación de candidatos, la elección de delegados y diputados, y la rendición periódica de cuenta de éstos ante las masas.
La Asamblea Nacional, el Sistema de los órganos judiciales y el Consejo de Estado son en nuestro país herramientas de gestión del poder y de justicia, precisamente porque se articulan bajo un consenso social donde todos tenemos los mismos derechos y las mismas oportunidades de acceder a ellos por diferentes vías.
A nuestro criterio, la Asamblea Nacional del Poder Popular cubana es una herramienta efectiva porque representa a todos los sectores del pueblo y territorios del país, y resalta por la presencia de la mujer, los jóvenes, el alto nivel educacional y su composición racial, en ella están representados todos los sectores de la sociedad.
Otra cuestión que llama la atención entre los desatinos del artículo que analizamos es la sugerencia de la “construcción de nuevos escenarios de debate”.
No queda claro a que escenarios se refiere el autor, ni cúales son los participantes que él quisiera ver en los mismos. A lo mejor no sabe que nuestro pueblo ha tenido desde el triunfo de la Revolución más escenarios de debate político que otros a través de la historia, lo cual no quiere decir que no podamos perfeccionar los existentes, lo que de hecho se hace.
Desde el 1 de enero de 1959, ha sido una práctica constante del gobierno revolucionario someter a la más amplia y profunda consulta popular los actos fundamentales de la vida política, social, jurídica y económica del país lo cual ha incluido desde la declaración del carácter socialista de nuestra Revolución hasta documentos recientes como los lineamientos de la política económica y social aprobados por el VI y VII Congreso del PCC, la Conceptualización del Modelo económico y social cubano y el Plan Económico hasta el 2030, en los cuales se definen de manera clara el futuro de la nación.
Los planteamientos consignados en el artículo no son democráticos, ilustrados, y mucho menos socialistas, porque atentan contra la voluntad de nuestro pueblo. Sí es reformista, porque ignora y trata de revertir el Estado de Derecho existente, sustituyéndolo por otro basado en posiciones rechazadas hace mucho por la mayoría de nuestra población.
Tal vez sus propuestas son radicales, en el sentido negativo, pues de aplicarse, facilitarían el viejo sueño de los enemigos de la nación: debilitar primero y derrocar después las conquistas de la Revolución.
Basta de intentar la siembra de la opción centrista y tratar de confundir a los lectores revolucionarios.
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