Recrean rostros a partir de señales cerebrales de los monos
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Hemos descubierto que este código es extremadamente simple. Uno puede imaginar aplicaciones en la medicina forense en la que uno podría reconstruir la cara de un criminal analizando la actividad cerebral de un testigo, afirmó la autora principal Doris Tsao, profesora de Biología e Ingeniería Biológica en la casa de estudios estadounidense.
Tsao y el investigador postdoctoral Steven Le Chang, el primer autor del documento, descubrieron que, en lugar de representar una identidad específica, cada célula de cara representa un eje particular dentro de un espacio multidimensional, al que llaman espacio facial.
De la misma manera que la luz roja, azul y verde se combinan de diferentes maneras para crear todos los colores posibles en el espectro, estos ejes pueden combinarse de distintas maneras para crear todas las caras posibles.
Los investigadores comenzaron creando un espacio de 50 dimensiones que podría representar todas las caras y asignaron 25 dimensiones a la forma -como la distancia entre los ojos o el ancho de la línea del cabello- y 25 dimensiones a aspectos de apariencia no relacionados con la forma, como el tono de la piel y la textura.
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