Christine
especiales
La muchacha era hermosa, inteligente y tenía 29 años. Abogaba por noticias con alma, que no fueran siempre dichas de una manera encartonada y ortodoxa. (Hay quien dice que su suicidio era para probar este argumento).
Por supuesto, la acción de esta periodista, de nombre Christine Chubbuck, llevó a su televisora a ser noticia nacional. Y ahora, con la película Christine, de Antonio Campos, la historia se desempolva y logra un interés cosmopolita.
Antonio Campos es un muchacho joven con un talento prodigioso. El primer largometraje de Campos, Afterschool (2008), debutó en el Festival de Cannes. El siguiente proyecto de Campos fue Simon Killer (2012), que tuvo su estreno mundial en el Festival de Sundance. Y su tercer filme, Christine (2016), debutó en el Festival de Sundance de 2016.
Christine es una cinta inquietante. También turbia. Hace sentir incómodo al espectador. Es su intención. Trata todo el tiempo de construir una posible personalidad para Christine, que sea coherente con el hecho de suicidarse delante de las cámaras. Nos cuenta que ella había sufrido depresiones, que era virgen, que vivía para su trabajo y no se divertía nunca. Todo en esta cinta deviene pinceladas de pistas que intentan entender el peculiar suicidio de la periodista. Pero no se entiende. Y la única persona que hubiera podido responder todas las interrogantes está ya muerta.
El centro de la cinta es Christine. El resto de los personajes de la película apenas se esbozan… pero no se siente demasiado. Además, es absolutamente intencional. El personaje de Christine Chubbuck está tan bien construido y tan excepcionalmente bien interpretado por Rebeca Hall, que acaso no importa nada más. (¿Se acuerdan de Rebeca Hall? Era la muchacha trigueña de Vicky y Cristina Barcelona (2008), una película estadounidense escrita y dirigida por Woody Allen, rodada en Nueva York, Cataluña y Asturias).
Por supuesto que el filme modifica un poco los hechos reales en los que está basado. Estamos ante un lenguaje cinematográfico, que requiere de determinadas artimañas para lograr su objetivo. Por ejemplo, en la cinta nunca se habla de que Christine tuviera un hermano, ni de su intento de suicidio anterior. Pero sí se toma al pie de la letra el cómo se suicidó en la televisora para la cual trabajaba. En ese sentido, la cinta es prácticamente un documental.
Sucedió así: Durante los primeros ocho minutos del noticiero para el cual ella trabajaba, Christine Chubbuck informó sobre noticias nacionales. Luego apartó su cabello negro y dejó al descubierto su oreja derecha. Tragó saliva y dijo: «De acuerdo a la política del Canal 40 de brindarles lo último en sangre y entrañas a todo color, están a punto de ver otra primicia: un intento de suicidio». Sacó una pistola del bolso y tiró del gatillo. Se oyó un golpe seco y salió una nube de polvo. Luego su cuerpo cayó hacia adelante. Y eso fue todo. El director y demás trabajadores de la televisora pensaron que era una broma. Solo cuando vieron la sangre brotando de su nariz y boca, supieron.
Christine (2016) es un estudio de personajes desgarrado y melancólico, tan sensible a las singularidades del colapso psicológico de Chubbuck como a la sumersión total que hace Rebeca Hall en el personaje que interpreta.
Añadir nuevo comentario