La falsa conspiración en las redes que provocó un tiroteo en Washington
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Él no lo sabía, pero se trataba de una falsa conspiración alimentada en las redes sociales durante la campaña electoral.
La policía no tardó en acudir al lugar de los hechos, afortunadamente nadie resultó herido y Welch tan solo alcanzó a disparar sin mayores consecuencias, pero sin duda sembró el pánico en el corazón de la capital estadounidense.
Según relata el informe policial, el joven, de 28 años y originario de Salisbury (Carolina del Norte), entró por la puerta principal del restaurante y apuntó con el arma a uno de los empleados, que consiguió huir y llamar a los agentes del orden.
En ese momento, Welch comenzó a disparar dentro del establecimiento, aunque la policía cree que para entonces los clientes que estaban en su interior ya habían huido. Después de 45 minutos, tras ser rodeado por la policía, el sospechoso salió de la pizzería y se entregó con las manos en alto.
Además del fusil de asalto, las autoridades encontraron una pistola Colt calibre 38, una escopeta y un cuchillo: el joven se había armado hasta los dientes.
En el episodio no hubo que lamentar víctimas, pero su origen es más que preocupante.
El dueño del restaurante y sus empleados ya habían recibido amenazas los días antes de la cita electoral a través de las redes sociales, después de que en ellas circulase una historia falsa, bajo la etiqueta "#pizzagate", que aseguraba que la campaña de Clinton dirigía una trama de prostitución infantil en su trastienda.
La historia inventada en la red corrió como la pólvora y la gente, especialmente los partidarios del presidente electo Donald Trump, se dedicó a difundirla sin miramientos, lejos de preocuparse por su veracidad.
De hecho, uno de ellos fue precisamente el general retirado Michael Flynn, a quien el mismo Trump ha elegido para formar parte de su equipo de Seguridad Nacional, y quien también compartió en sus cuentas en las redes sociales otra historia contra la exsecretaria de Estado que mencionaba casos de pedofilia.
Aunque ninguna de las historias era cierta, las amenazas contra los empleados y los dueños de Comet persistieron, y se vieron obligados a contactar al FBI, a la policía local y a varias plataformas de internet para que eliminaran los artículos difamatorios.
Sin embargo, sus intentos por frenar las amenazas no se detuvieron, e incluso afectaron a los negocios vecinos.
Matt Carr, dueño de la cercana cafetería Little Red Fox, dijo en declaraciones al diario The Washington Post que su negocio comenzó a recibir amenazas el fin de semana pasado, hasta entre 30 y 40 llamadas, por lo que decidieron dejar de contestarlas.
"Una persona dijo que quería alinearnos delante de un pelotón de fusilamiento", dijo Carr, quien pasó más de una hora encerrado con sus empleados el domingo tras el episodio en la pizzería.
"Hay algún viejo símbolo pintado en la marquesina que dicen es un símbolo internacional de pedofilia y dicen que hay túneles subterráneos. Hay un vídeo en YouTube que tiene casi 100.000 visitas y habla de mí, del dueño de la Red Fox, por mi nombre", relató.
Carr confesó al periódico que lo ocurrido este domingo fue precisamente lo que temían: "Que alguien leyera todo eso y llegara al barrio con una pistola".
El caso ha elevado las preocupaciones a nivel nacional, e incluso hoy el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, se refirió a lo sucedido.
"No hay que negar el efecto corrosivo que algunos de estos informes falsos han tenido en nuestro debate político, y que se refieren a un contexto político. Es profundamente preocupante que algunos de esos informes falsos pudieran llevar a la violencia", aseguró el portavoz.
"Esto es algo sobre lo que creo que todo el mundo debería pensar, sobre todo las personas en esta sala y la próxima Administración también va a tener que pasar algún tiempo pensando en eso", afirmó el portavoz en relación a la divisiva campaña liderada por el futuro presidente.
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