¿O contra los terroristas o contra Rusia?
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La llegada de más aviones rusos para apoyar la lucha contra los terroristas que quieren desmembrar a Siria, se produce a pocas horas de haber enviado Moscú una moderna dotación naval al Mediterráneo, capaz de detectar cualquier intento del imperialismo de emprender una agresión a gran escala.
Aunque Estados Unidos dice que interviene en el conflicto sirio para combatir a los terroristas, lo cierto es que sus continuadas amenazas al gobierno legítimo de Bashar al Assad es un apoyo de hecho a los grupos que asesinan a diario a centenares de civiles, además de haberse comprobado en el terreno que ha suministrado armamento y apoyo logístico a los “terroristas buenos” que atacan a Alepo en coordinación con el Frente Al Nusra -cortejado por el Imperio-, aliado del Estado Islámico.
Desde el principio de su intervención, Estados Unidos, bajo el hipócrita manto de estar dirigiendo una variada coalición, ha instado al ejército sirio a frenar sus operaciones en Alepo y se ha quejado de la intensificación de los bombardeos aéreos rusos, incluso cuando en estos días se han determinado treguas para la evacuación de civiles, violadas por los opositores para tomar rehenes, rearmarse y fortalecer posiciones.
“No podemos describirlo de otro modo, sino como un apoyo ‘de facto’ a los terroristas por la actual Administración estadounidense”, ha subrayado la Cancillería moscovita, en tanto el presidente Vladimir Putin instó a Obama a decidirse, “si está contra los terroristas o contra Rusia”.
Así respondía a las declaraciones del miércoles del secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, quien amenazó con suspender los diálogos bilaterales con Rusia sobre la crisis en Siria, si las fuerzas sirias no cesan sus ataques en Alepo.
Otra de las recientes pifias estadounidenses es su repetido incumplimiento de sus compromisos sobre Siria, lo cual hace casi imposible la lógica y atinada solución por vía diplomática de un conflicto incoado hace cinco años por la inteligencia occidental y sionista, que ha causado entre 300 000 y 400 000 muertos y el desplazamiento y huida de varios millones de pobladores, muchos de los cuales han perecido ahogados en el Mediterráneo o sido maltratados en países europeos causantes de la trágica situación.
Pero el principal culpable sigue siendo Estados Unidos, que no tiene en cuenta los problemas humanitarios de los sirios y solo toma en cuenta sus intereses.
Lo cierto es que las amenazas y chantajes de Estados Unidos, el negarse a unirse a Rusia para garantizar una solución diplomática ha hecho aumentar la tensión en una zona donde Moscú ha tomado la iniciativa y no está dispuesta a dar un paso atrás en su justo empeño de evitar el extermino de la población siria y que, como se pretende hacer también con Iraq, desmembrar una nación que ha servido de freno a la expansión del principal aliado de Estados Unidos, Israel.
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