Salón de Bellas Artes descubre arte cubano de inicios del siglo XX
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Escogidas entre las 90 piezas de la colección, la selección que ocupa la Sala Transitoria del Edificio de Arte Cubano propone una reflexión acerca del contexto creativos de inicios del siglo pasado, de ahí que se titulase Ardid para engañar al tiempo.
Con curaduría de Delia María López, Ardid apela al centenario como un recurso para reubicar a la Asociación de Pintores y Escultores como la contribución más relevante de la generación del cambio de siglo XIX al XX.
Con la muestra se levanta el velo sobre las vanguardias y el arte moderno y establece sus antecedentes en este movimiento.
La Asociación de Pintores y Escultores, dinamizó el movimiento artístico de la época al movilizar a los agentes implicados en la producción y distribución de la creación artística, que incluyó el coleccionismo.
En la selección, destacan títulos premiados en los Salones de Bellas Artes, de creadores establecidos como Leopoldo Romañanch y Esteban Valderrama, así como piezas primigenias de Amelia Peláez, Víctor Manuel y Carlos Enríquez, quienes integraron después las vanguardias del siglo XX.
Inaugurada el 8 de julio, Ardid para engañar al tiempo estará abierta al público hasta el 12 de septiembre próximo.
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