MIRAR(NOS): Amigos primero, así debiera ser

MIRAR(NOS): Amigos primero, así debiera ser
Fecha de publicación: 
10 Junio 2016
0
Imagen principal: 

A mis amigos, los de verdad.

 

¿Qué es más difícil, ser amigo o tenerlos? Le doy vueltas hace un rato a la interrogante y lo harto complicado me sigue pareciendo complacer al resto, a los que no tienen que ver con nosotros. Siempre cuestionan y se toman los asuntos ajenos como algo muy serio. Así, para ellos, que un hombre y una mujer puedan estrechar un lazo íntimo ajeno al sexo y al interés sexual es material de ficción.

La práctica ha demostrado dos puntos de vista sobre ese particular y pareciera que el siglo XXI sigue empeñado en desbaratarnos emociones, buenos momentos. Culpa de la velocidad con que se viven las 24 horas, so pena de que sean las últimas, so pena de que nos quedemos con algo pendiente. Al principio, yo también creía que después de ser pareja, ya dos no tienen nada por compartir. Mis enseñanzas de la aldea, o el Medio Oriente, como osan llamarle a mi provincia, en algún punto siguen moviéndome ante determinadas circunstancias.

Luego no hay nada que compartir, ya lo conocen todo y es imposible (sobre)vivir, hasta porque son pocas las rupturas de mutuo acuerdo. Eso es luego, pero ¿y antes? ¿Se puede ser amigos desde antes? Por lo menos la mayoría de las parejas que yo conozco, las más duraderas y a prueba de todo, han comenzado así, levantando primero banderines de compromisos amistosos, en el sentido más limpio de la palabra, con lo que se sabe que implica: compañerismo, oído atento y entrega sin límites, lo cual no debe resultar malinterpretado porque no significa anteponer las necesidades del amigo a las de uno ni callarse cuando aquel se equivoca.

Porque erróneamente el mundo piensa que criticar está de más, que cada quien nace, crece, se desarrolla, reproduce y muere teniendo los mismos defectos. Si así fuera, nadie tendría el derecho universal y plenipotenciario de ser mejor, de perfeccionarse sobre la base de sus equívocos.

En esta misma columna yo culpaba al siglo XXI por enterrar conceptos que mis abuelos defendían a capa y espada. Sin pretender ofender ninguna memoria, y menos la de ellos, pido disculpas, aquí no cabe apuñalar al modernismo o a los tiempos que corren. También ellos proscribían el «roce» entre una XX y un XY… por aquello de que llevaba al cariño (¿qué hay de malo?) y a yo no sé cuántas cosas más.

Defiendo el criterio de que la amistad entre un hombre y una mujer, si bien es cierto que puede dar lugar a segundas lecturas, incluso para alguno de ellos dos, las cartas sobre la mesa, si dan pie a alguna cosa, que sea a un amor pletórico de confianza y compromiso, del que tan escasos estamos ahora mismo. Porque —y también lo decía mi abuela— la gente de ahora aguanta menos; ante la primera diferencia… claudica. Ese ya es tema para otra columna, pero les adelanto: coincido plenamente.

Añadir nuevo comentario

CAPTCHA
Esta pregunta es para comprobar si usted es un visitante humano y prevenir envíos de spam automatizado.
CAPTCHA de imagen
Introduzca los caracteres mostrados en la imagen.