Ucrania: La otra invasión
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Luego que nazis, anticomunistas y otros reaccionarios tomaran el poder en Ucrania, bombardearan inmisericordemente zonas que no se han plegado a su mandato y abrieran las puertas para que tropas norteamericanas y de sus socios de la Organización del Tratado del Atlántico Norte se acercaran a la frontera con Rusia, se produjo una nueva invasión, tan amenazante como la anterior, y que está liderada por la multinacional Monsanto, que ha aumentado sus inversiones para superar a sus competidoras Cargill y DuPont.
Como se recordará, Monsanto y Cargill están presentes en la destrucción del medio ambiente en Paraguay y la primera es tristemente famosa por su contribución para defoliar y deformar y matar seres humanos mediante enfermedades como el cáncer en Vietnam, acción que continúa presente y sin que Estados Unidos se disculpe y pague compensación alguna a las víctimas locales.
En lo que concierne a Ucrania, se destaca la rápida extranjerización de sus terrenos, debido a la no costosa venta a entidades internacionales.
Como se ve, en el capitalismo los nuevos propietarios son los que mandan, y ello es más lamentable en una nación como Ucrania que, a pesar de los problemas políticos creados por la ultraderecha gobernante, sigue siendo el tercer exportador mundial de maíz y el quinto de trigo, con 32 millones de hectáreas de tierras de cultivo, un tercio de la tierra productiva total de la Unión Europea.
Ya el 75% de las tierras arables están en manos privadas, principalmente de las corporaciones agroindustriales europeas y norteamericanas.
Entre ellas descuella Monsanto, con una inversión multimillonaria, aprovechando el bajo costo y la fertilidad de las tierras negras, que las convierten en lugar ideal para cultivar alimentos genéticamente modificados y maíz para agrocombustibles.
Las pocas empresas norteamericanas descuellan sobre unas 40 alemanas que ya están en el lugar y a nadie le importa cuanto daño puedan hacer a la humanidad.
En este contexto, hay que recurrir nuevamente a Monsanto, al que más de 30 000 médicos y expertos de salud latinoamericanos piden la prohibición de sus productos, con el argumento de la reciente confirmación que el glifosato es causante de cáncer.
Monsanto desarrollo y patentizó este herbicida de amplio espectro en 1974, y aunque su patente expiró en el 2000, sigue siendo utilizado como ahora en Ucrania, sin que a las autoridades les importe.
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