Donald Trump: ¿Fanfarrón de barrio?

Resaltó sus palabras cuando Trump afirmó que su posible contrincante en noviembre, la demócrata Hillary Clinton, “es cómplice de las infidelidades conyugales de su marido”, el ex presidente William Clinton.

Entrevistado trató de explicar su agresividad al decir que afirmaciones de ese tipo son parte del juego político desde que los Clinton se exhiben  juntos en la campaña presidencial.

Un día antes, Trump había dicho en Washington: ella se casó con el peor agresor de mujeres.

“Las trató de manera terrible, algunas fueron destrozadas, no por él, sino por ella, Hillary ha sido cómplice”, sostuvo el poderoso hombre de negocios.

Cuarenta y ocho horas antes, en el estado de Oregón, Trump arremetió de nuevo contra su rival, ella fue una cómplice “extremadamente malvada”, de las relaciones extramaritales de Bill.

¿Qué obtuvo a cambio? Su máximo interés, la televisión del país y las redes sociales acogieron durante sábado y domingo sus planteamientos.

"No voy a conducir una campaña rastrera. Voy a desarrollar una campaña sobre los temas que importan", dijo por su lado Hillary durante una entrevista difundida por la CBS.

Esta nueva fase de ataques personales, confirma la estrategia de Trump –experto en la materia- para cortejar el voto femenino, sector en el que no se considera fuerte.

Con ello pretende “matar dos pájaros de un tiro”, primero, exhibir a Hillary como insensible frente al sufrimiento de las mujeres y segundo, golpear su    imagen relacionándola al caso sexual de Mónica Lewinsky que impuso un juicio político a Bill Clinton.

No es la primera vez que el multimillonario explota esa cuestión, que las amantes del ex presidente han sufrido por tales aventuras, lo nuevo ahora es que el empresario intente convertirlo en argumento electoral.

Sucede cuando, apuntan los expertos, luego que Trump tiene asegurada de facto su candidatura y se dispone a matizar sus discursos, en aras de unificar a un Partido Republicano “en plena crisis existencial”. 
 

Así, por ejemplo, durante su entrevista con la ABC, dio a entender que no descarta  subir los impuestos a los más ricos.

"Yo estoy listo para pagar más. ¿Y sabe qué? Los ricos están listos para pagar más", dijo cuando fue interrogado acerca de su programa fiscal.

"Voy a asegurarme de que la clase media obtenga una buena reducción de sus impuestos", indicó.

"Pelearé muy fuertemente en favor de las empresas, (pero) para los ricos pienso sinceramente que los impuestos aumentarán".

¿Acaso un Trump inclinándose al centro? O la testaruda realidad salpica a un Partido Republicano que ya exhibió con creces su división?