Cuba toma sus plazas y sus calles
especiales
Las imágenes se repiten cada año al amanecer del Primero de Mayo. La gente abandona el sueño, quizás a media noche; toma lo indispensable para resguardarse del sol, aliviar la sed y prepara a los más pequeños de la casa. La familia se dispone a comenzar una jornada diferente y toma calles y plazas en las principales ciudades.
Se trata del Día Internacional de los Trabajadores que en Cuba se traduce en una gran fiesta y no solo del proletariado, sino también de los estudiantes, de los campesinos, de las amas de casa y de los afiliados al sector no estatal de la economía, quienes ya suman más de 500 mil en todo el país.
Foto: Roberto Carlos Medina
En la víspera presiento que este será un desfile conmovedor. No porque los medios masivos han “tocado el tema” varios días antes de la fecha y los principales dirigentes —desde el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, General de Ejército, Raúl Castro Ruz, hasta el secretario general de la Central de Trabajadores de Cuba, Ulises Guilarte de Nacimiento— han convocado a la población a asistir como una muestra de reafirmación a nuestro proceso revolucionario.
Esta vez muchas son las razones que convocan, que invitan al encuentro en un espacio plural y diverso, y a la vez único. La Patria es lo primero y a ello se suman efemérides trascendentales, como la celebración de los aniversarios 55 de la Campaña de Alfabetización, de la proclamación del carácter socialista de la Revolución y de la primera gran derrota del imperialismo yanqui en América Latina.
Como asegurara en una entrevista televisiva Guilarte de Nacimiento a pocas horas de la celebración, el acontecimiento tendrá una significación particular pues “es el primer acto masivo, popular, de movilización nacional a todo lo largo y ancho del país, después de realizarse el VII Congreso del Partido y, por lo tanto, para los trabajadores la principal motivación para asistir a ese desfile es justamente refrendar allí el apoyo mayoritario del pueblo, la expresión de unidad de los cubanos al Partido, al Gobierno, al proyecto social que genuinamente hemos elegido”.
Foto: René Pérez Massola
El cumpleaños 90 del líder histórico de la Revolución Cubana añade una inspiración especial, pues con humanidad y sentido de justicia Fidel ha conducido los destinos de una nación, ahora empeñada en actualizar su modelo económico para lograr una sociedad próspera y sostenible.
A la Plaza de la Revolución José Martí, en la capital, el pueblo irá llegando poco a poco, con los atuendos imprescindibles para “pasar una noche a la luz de las estrellas, pero alegres y comprometidos”, como me aseguró Pavel González, un jubilado, que cada año “arrastra” a los suyos hasta ese sitio histórico, testigo excepcional de grandes batallas.
Y no faltarán quienes desde muy lejos, movidos por las ansias de conocer un país y, en particular a la Revolución Cubana, muchas veces amén de situaciones económicas difíciles, acompañen a los cubanos para vivir la experiencia única de una marcha multitudinaria, colorida, alegre, patriótica, de la cual no tienen ni vivencias, ni otros referentes.
Foto: René Pérez Massola
Ester Primero de Mayo será, además, una oportunidad única para aquellos que en 1960 dejaron atrás la familia, incluso siendo muy jóvenes, y marcharon a los lugares más intrincados con cartillas y faroles con el objetivo de enseñar a leer y a escribir a los más pobres y necesitados.
En la Plaza de todos los cubanos, como se ha dicho más de una vez, estará la profesora universitaria Gilda Vega, quien con apenas 13 años, y en compañía de otros de su misma edad, alfabetizó en una cooperativa cañera en Camagüey, la “tarea más bella” que ha realizado en la vida, según su decir.
“Reafirmar la cubanía”, “apoyar los planteamientos emanados del VII Congreso”, “ratificar mi posición como patriota”, son en síntesis algunas de las expresiones más comunes escuchadas por estos días, y que llegarán a su punto culminante este domingo. ¡A la Plaza iremos todos!, ¿cómo negarlo?, si se trata de un llamado de la Patria.
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