Alicia Alonso revela el secreto de la vida
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Tiene 91 años y más planes que Marco Polo porque posee el secreto de la vida: gozarla y aprovechar su belleza. Alicia Alonso ha viajado por "enésima" vez desde Cuba a España para asistir al homenaje que mañana le rendirá el "resistente" Instituto Universitario de danza que ella fundó en 1992 en la Rey Juan Carlos.
Ataviada con su característico pañuelo en la cabeza, los labios pintados de rojo y unos movimientos elegantes que sólo frenan las dificultades visuales que padece desde hace casi 70 años, Alonso ha "supervisado" esta tarde en el Teatro de la Zarzuela el ensayo de la gala y previamente se ha reunido con los periodistas.
"Estoy muy excitada por verlos a todos y participar en el ensayo. Para un bailarín ver bailar a los otros y ser copartícipe es maravilloso, es la vida en sí. Siento que estoy bailando", asegura la artista, que siempre lleva un par de zapatillas en su bolso aunque nunca se las calce.
Sabe los movimientos que están haciendo en el escenario por un mecanismo "complejo" que tiene que ver con la comunicación, con lo que el bailarín transmite.
"Si el bailarín no llega al público, si se para, si su ejecución es fría, sin vida, sin nada" sabe que "aquello" hay que corregirlo, detalla la bailarina, directora y coreógrafa.
El homenaje de mañana, por el que "desfilarán" decenas de alumnos del Instituto Universitario de Danza Alicia Alonso, y bailarán 30 miembros del Ballet Nacional de Cuba y de otras formaciones europeas, es una ocasión "linda", dice, de mostrar "lo importante que es que la danza esté en la Universidad".
"Me siento feliz, es un honor, y muy bonito que un trabajo de 20 años haya sido muy resistente y que hayan creído en lo que se hacía. Ahora se recogen las flores y los frutos", ha subrayado Alonso, que ha apuntado que valora tanto su trabajo que "seguirá muchos años más".
La educación de un bailarín, ha precisado, "es la base de su carrera" porque "lo que uno aprende de chiquito no lo olvida en su vida. Me parece maravilloso que la danza esté en la Universidad porque el movimiento es lo primero que el ser humano aprende, antes que el habla".
Lo que le resulta más difícil, ha dicho, es elegir entre los papeles que ha hecho en su vida porque es como determinar "entre lo que uno más recuerda de su niñez: lo recuerda uno todo. Cada uno ha sido un placer, una dificultad y un éxito inmensos".
Ha bailado "muchos ballet y estilos diferentes" pero, acaba por revelar, su predilecto es "Giselle", "puro clásico, romántico, muy difícil. Ahora es todo tan práctico...", lamenta.
Cree que el ballet cubano "sigue su propio ritmo" lo que no significa que "bailen rumba" sino que tienen una forma especial de interpretar a los grandes clásicos, "sin violencia, siguiendo el sentido del movimiento de la danza".
Desde Madrid volverá a La Habana, donde reside, para preparar el Festival Internacional de Cuba, que se celebra entre el 28 de octubre y el 10 de noviembre, "un momento sublime en el que bailarines de todo el mundo se dan la mano".
Entre medias irá a Sudáfrica, volverá a España... "Yo no paro", se ríe la artista que atribuye su buena salud al simple hecho de "vivir" porque, por ejemplo, para hacer deporte, y hace los gestos de jugar al tenis o al béisbol, "no tiene tiempo".
"Hay que gozar la vida y de la belleza de la vida y aprovecharla. Para eso estamos los artistas. Eso es maravilloso", añade mientras se levanta para posar como su "adorada" "Giselle".
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Oliver de Armas
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