La Florida: Su nueva historia de horror
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Sobre el tema acaban de presentar un informe que narra atrocidades sufridas por niños en ese recinto penitenciario.
Al comentarlo este martes desde Miami, EFE y el Nuevo Herald afirmaron entre otras ideas las siguientes:
Se trata de uno de los capítulos más oscuros del sistema de justicia floridano de menores, “con muertes sospechosas, agresiones sexuales y desaparecidos”.
Ambos medios recuerdan que el informe de 168 páginas examina la recuperación de 51 restos de chicos hallados en fosas sin marcar del antiguo reformatorio Arthur G. Dozier.
Tal edificio estuvo asentado en la localidad rural de Marianna, al noroeste de la Florida.
El descubrimiento se realizó luego de transcurridos 36 meses de excavaciones y trabajos arqueológicos en el antiguo reformatorio, abierto en 1900 y clausurado en 2011.
Más de 100 expertos participaron en la investigación científica y las exhumaciones, llevadas a cabo por la Universidad del Sur de Florida (USF).
Esta última desde hace cinco años examinó y comparó los registros e identidades de numerosos pequeños enterrados en el colegio.
De acuerdo a una antropóloga de esa universidad, Erin Kimmerle, un total de siete cuerpos dieron positivo a las pruebas comparativas de ADN y se registraron otras 14 probables identificaciones de los 51 restos localizados en unos 1400 acres”.
El primer objetivo de la excavación e investigación consistía en “determinar la ubicación de los cadáveres de los chicos desaparecidos y enterrados en el reformatorio”, así como entregar sus restos a la familia.
Durante la pesquisa excavaron 55 tumbas donde enterraron a los muchachos que fallecieron confinados en este reformatorio.
EFE y el Nuevo Herald aclararon que entre ellos hubo también presos no solo por robo y asesinato, sino también por “ausentismo escolar” o “comportamiento incorregible”.
Esta situación, prosiguieron, convirtió al reformatorio Dozier, “que albergó incluso a niños de cinco años de edad”, en el mayor de Estados Unidos, con dos instalaciones divididas por sexo y raza.
Desenmascarado el caso, no se hizo esperar otro cañonazo político: a partir de 1901 se registraron casos de “niños atados a las paredes con cadenas que sufrían palizas”.
Esto, subrayaron, impulsó al menos seis investigaciones por parte de las autoridades estatales durante los 13 primeros años de funcionamiento.
Otro dato sombrío: La indagación antes referida demostró que casi no existe documentación oficial sobre el cementerio, la identidad de las victimas o en torno a la localización exacta de las tumbas individuales.
El informe presentado por la Universidad del Sur de Florida afirma que la “causa o forma de muerte de la mayoría de los casos es desconocida.”
Y puntualiza: ”Enfermedades infecciosas, neumonía, incendios, traumas físicos y ahogamiento“ aparecen como las causas más comunes de fallecimiento registradas”.
El documento también llama la atención respecto a un asunto muy delicado.
Se trata de lo que denomina pruebas sustanciales sobre deficiencias nutricionales, mal cuidado dental (la gran mayoría de los chicos presentan extensas caries y abscesos), pobre desarrollo óseo y crecimiento, además de infecciones de oído.
Asimismo se reveló la existencia de túneles en el sótano de un edificio del gimnasio del reformatorio, llamado “el cuarto de las violaciones”.
Entonces, al parecer, allí se abusaba y agredía sexualmente a muchachos reclusos, “algunos de ellos con solo 12 años de edad”.
Además era frecuente que las muertes de los chicos fueran notificadas a sus familiares días o semanas después de su entierro en el reformatorio.
La opinión de EFE y el Nuevo Herald sobre la tragedia es, sencillamente, abrumadora.
Este siniestro capítulo, escriben, se cierra ahora, aunque con muchas sombras todavía de cuando la denuncia y el miedo “eran moneda común”.
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