El fascismo reptante

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El fascismo reptante
Fecha de publicación: 
25 Febrero 2012
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La lista continúa creciendo. La Ley de Autorización de la Defensa Nacional (NDAA). Los ataques no provocados de la policía contra manifestantes, espectadores y periodistas en las protestas Ocupa alrededor de la nación. El continuo asesinato de hombres (en su mayoría jóvenes y negros) por los departamentos de policía en el país con poca o ninguna repercusión legal para los asesinos. El estado de vigilancia creciente y la negación de las libertades fundamentales a través de la legislación de emergencia en las ciudades que enfrentan protestas políticas generalmente de la izquierda. La permanencia de esa legislación aún después que las protestas han terminado. La búsqueda constante de “apoyo material” carga contra los activistas del movimiento anti-guerra y de solidaridad internacional involucrados en el trabajo contra las políticas de Estados Unidos y de Israel. El incipiente Estado policial norteamericano ya no está aprendiendo a gatear; ha aprendido a caminar y pronto estará pisando fuerte con sus botas en un vecindario cerca de usted.

Cualquiera que siga las protestas Ocupa desde el otoño pasado es bien consciente de la respuesta de las autoridades. Como mejor se le puede caracterizar es de brutal y con poco respeto por las libertades civiles. Este es el caso, a pesar de que muchos de los manifestantes eran/son blancos y provienen de la clase media. Es justo decir que este hecho demográfico les dio a los manifestantes más cobertura de prensa, mientras que también impidió que la policía llevara a cabo ataques aún más brutales. Jóvenes negros y latinos que viven su vida diaria generalmente tienen más que temer de la policía que los manifestantes Ocupa. Dicho esto, resulta útil echarle un vistazo a algunos comentarios recientes acerca de Ocupa Oakland, los ataques policiales contra el grupo y la respuesta de los funcionarios y otros.

En resumen, la respuesta al compromiso de los manifestantes de Oakland para defenderse contra los ataques de la policía ha causado algunas divisiones potenciales en el movimiento Ocupa. Esas divisiones han sido bien abordadas en este sitio y a través del universo de medios de comunicación. No es mi intención continuar esos debates aquí. En cambio, me gustaría postear una cita de una profesora de la Universidad de Justicia Criminal John Jay que explica ampliamente la percepción del cumplimiento de la ley de las tácticas de los movimientos Ocupa. Esta cita apareció por primera vez en un artículo del San Francisco Chronicle el 11 de febrero del 2012 discutiendo la táctica policial del encerramiento. Para aquellos no familiarizados con la táctica; esta en esencia implica rodear a un grupo de manifestantes en un área de donde no tienen ninguna escapatoria para poder arrestarlos. A veces los arrestos son precedidos por una serie de ataques con gases y varias agresiones físicas de la policía.

La profesora citada se llama Maria Haberfeld. La trayectoria de la carrera de la señora Haberfeld no es una que sugiera una fuerte creencia de que la policía debe proteger los derechos y libertades civiles de los manifestantes. Nació en Polonia y emigró a Israel como adolescente. De acuerdo con su perfil en el sitio web de la Universidad John Jay, Haberfeld sirvió en una unidad anti-terrorista de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) que fue creada para prevenir ataques terroristas en Israel. Después de eso, sirvió en la Policia Nacional de Israel y luego en la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos. Ninguna de estas agencias es conocida por su compromiso con las libertades civiles. De hecho, la mayor parte de su trabajo lo realizan en lo que podría ser mejor descrito como un turbio entorno jurídico y moral. Cuando se le pidió comentar las recientes tácticas de la policía contra la intención de los manifestantes de ocupar un edificio abandonado en Oakland –táctica que provocó una pelea entre la bien armada policía y los manifestantes desarmados –Haberfeld fue citada al describir la intención de los manifestantes: “Casi cae en la descripción de una amenaza terrorista.” Baste decir que, con una percepción de los manifestantes como terroristas, la policía seguramente se sentiría con libertad para impedir que tal protesta tuviera éxito. De hecho, probablemente algunos en el cumplimiento de la ley sientan que deben ser capaces de utilizar munición real en tales casos.

Recientemente, un joven afroamericano fue baleado y asesinado por la policía en el baño de su apartamento en el Bronx.  El joven, Ramarley Graham, tenía 18 años de edad.  La policía involucrada en el incidente explicó sus acciones alegando que Graham tenía un arma y que huyó de la policía porque estaba vendiendo marihuana. Los investigadores del propio NYPD (Departamento de Policía de Nueva York) no encontraron la pistola y tomas de video de Graham entrando en su edificio de apartamentos muestran a un chico de 18 años caminando tranquilamente por la acera hasta la entrada del edificio. Entonces, un grupo de policías con las pistolas desenfundadas es mostrado derribando la puerta a patadas y entrando en el edificio. Graham fue asesinado en cuestión de minutos, mientras su abuela estaba en otra habitación en el mismo apartamento.

El asesinato de Graham fue el tercer baleo fatal de un hombre negro en la ciudad de Nueva York en una semana. ¡Una semana!  Nueva York no está sola en esta epidemia de asesinatos. La policía baleó a más de cuarenta personas en Chicago en 2011, con al menos 16 muertos entre las víctimas de disparos. Esta evidencia, aunque anecdótica, es representativa del papel que juega la policía en el Estado policial. El hecho de que la mayoría de los asesinatos es considerada justificable ofrece más pruebas para el argumento de que el Estado policial está creciendo. Si no hubo una campaña dirigida desde los más altos cargos políticos en Manhattan contra los fumadores y proveedores de marihuana en la ciudad de Nueva York, la probabilidad de la muerte de Graham disminuye considerablemente. Como desde hace décadas, la "guerra contra las drogas" continúa proporcionándole a las autoridades una excusa para vigilar, arrestar, encarcelar y a veces matar a los residentes pobres y de la clase trabajadora de los Estados Unidos.

Chicago es también el sitio de una serie de ejercicios de Estado policial. Más importante, entre ellos está la continua investigación de activistas anti-guerra y de solidaridad internacional por el Departamento de Justicia. Para aquellos que no pueden recordar, el 24 de septiembre de 2010, el FBI allanó varias casas y dos oficinas en Minneapolis/St. Paul, Chicago y Carolina del Norte con el pretexto de buscar pruebas de que las personas que vivían en esas casas estaban involucradas con organizaciones que "proporcionaron apoyo material a terroristas."

El 1ro de febrero de 2012 el fiscal federal auxiliar Barry Jonas, del norte de Illinois, le dijo a la prensa que la "investigación continúa" en el caso. La designación de Jonas para el caso proviene, fundamentalmente de su papel anterior en el juicio de los acusados de la Fundación Tierra Santa. Este juicio se centró en cinco funcionarios de lo que una vez fue la caridad musulmana más grande en los Estados Unidos. La misión de la Fundación fue proporcionar ayuda humanitaria al pueblo de Palestina y otros países. En 2001 sus oficinas fueron allanadas y cinco personas relacionadas con la caridad fueron acusadas en el 2004. El primer juicio terminó con un jurado en desacuerdo. El segundo juicio terminó con convicciones y los acusados fueron condenados hasta 65 años de prisión. Uno de los individuos que está siendo investigado, Jess Sundin, le dijo a la prensa: "Que Barry Jonas esté involucrado en nuestro caso ahora es un desarrollo inquietante. Él es famoso por uno de los ataques más atroces a los derechos civiles y democráticos en la última década: el juicio de los cinco de Tierra Santa".

De acuerdo con Mick Kelly de FightBack News, el juicio de Los 5 de Tierra Santa incluyó “testigos secretos”: la defensa nunca llegó a averiguar quiénes eran los testigos – el uso de testimonios de oídas y la introducción de pruebas que no tenían nada que ver con los acusados en el caso, tales como mostrar un vídeo de Palestina de manifestantes quemando un americano bandera, como un medio para predisponer." El miedo al terrorismo lo supera todo y el Estado no teme acariciar ese miedo a fin de mantener su poder.

La otra instancia del asalto del Estado policial a los derechos y libertades civiles lo podemos encontrar también en Chicago. Este mes de mayo, la ciudad acoge las reuniones de la Cumbre de la OTAN/G8. Esta reunión de los gobernantes capitalistas del mundo y su mayor fuerza armada convertirá a Chicago en el sitio de lo que espero que sean algunas de las mayores protestas contra las intenciones imperiales de Washington desde principios de este siglo. La intención expresada de los organizadores para protestar va acompañada con un ataque concertado contra los manifestantes y sus motivos proveniente de los medios de comunicación y los políticos de la clase gobernante, mientras que la ciudad de Chicago está cambiando sus leyes para impedir que las protestas atraigan a los miles que potencialmente pueden atraer. Como Charlotte, Carolina del Norte y Tampa, Florida –los sitios de las convenciones políticas del mayor partido norteamericano en el 2012– la ciudad de Chicago ha establecido una serie de ordenanzas que hará más fácil para la policía y otros organismos encargados de hacer cumplir la ley atacar las protestas y limitar su efectividad. Aun más, estas ordenanzas no desaparecerán después que termine el llamado "estado de emergencia" provocado por los acontecimientos en estas ciudades. Más bien, se convertirán en permanentes, restringiendo esencialmente el derecho a protestar para siempre.

Habiendo alcanzado la mayoría de edad políticamente en la época de Nixon, comparo la situación actual con el asalto a los derechos y libertades civiles en los Estados Unidos que ocurrió entonces. Una lista incompleta de ese momento incluye la acusación contra decenas de organizadores de conspiración (los más notables, Los 8 de Chicago, Los 21 Panteras y Los 7 de Harrisburg) y otros cargos; los brutales ataques contra los manifestantes en las protestas grandes y pequeñas; los asesinatos de los Panteras Negras, Latinos y miembros del Movimiento Indio americano; los asesinatos por los encargados de hacer cumplir la ley en People’s Park, Kent State and Jackson State, la cárcel de Áttica y en las zonas urbanas afroamericanas y latinas en toda la nación; el juicio de Angela Davis, Bobby Seale y Ericka Huggins; etc. La represión fue clara y en todas partes. Sin embargo, no siempre tuvo éxito. ¿Por qué?  Sobre todo porque hubo un movimiento masivo que la combatió. Los destaques de este movimiento fueron sus éxitos: las absoluciones de Angela Davis, Bobby, Ericka y Los 21 Panteras, así como el fracaso de la acusación en el caso de Los 7 de Harrisburg.

Fuente: CounterPunch
Ron Jacobs es el autor de The Way the Wind Blew: a History of the Weather Underground and Short Order Frame Up.

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