EN GALERÍAS: Cubanidad en el Memorial José Martí
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Con su particularísimo sentido de la técnica y del color, amén de su capacidad de equilibrar las composiciones, el joven creador de la plástica Francis Fernández Trujillo expone en el Memorial José Martí un conjunto de obras recreadas en disímiles asuntos relacionados con la idiosincrasia y la cultura nacionales de manera tal que, en su amplia diversidad temática, trascienden fuertes destellos pictóricos que nos identifican con esa cubanidad que según el eminente etnólogo, antropólogo, jurista, arqueólogo y periodista Don Fernando Ortiz Fernández (La Habana, 1881-1969) “no está en la sangre, ni en el papel ni en la habitación”, sino “es condición del alma, es complejo de sentimientos, ideas y actitudes...”
“La juventud ha de ir a lo que nace, a crear, a levantar a los pueblos vírgenes, y no estarse pegada a las faldas de la ciudad como niñotes que no quieren dejarle a la madre el seno”, con tales palabras José Martí definía —entre otros muchos conceptos y criterios expresados por él en diferentes momentos de su fecunda vida— el papel de los jóvenes en la sociedad, frase que identifica a este bisoño y prolífico artífice quien ha llevado al solemne sitio que perpetúa la memoria del Héroe Nacional una parte de su más reciente obra, exhibida allí bajo el título de Destellos de Cubanidad en ocasión del 20 de Octubre, Día de la Cultura Nacional.
Ante estos cuadros, la mayoría de ellos realizados durante este año —algunos especialmente concebidos para esta muestra—, el espectador podrá dialogar con diversos discursos adscritos a un rico y abarcador realismo insular contemporáneo, recreado ante todo en la calidad y la cualidad de lo cubano, en nuestra forma de ser, de vivir, de pensar y de actuar.
En este conjunto de piezas —óleos y acrílicos sobre lienzo—; este creador graduado de la Escuela de Artes San Alejandro (2004) ofrece una obra bien resuelta, pletórica de eficacias que igualmente dejan constancia del sentido de lo bello, de la resuelta identificación del pintor con trascendentales valores de identidad que establecen fácil comunicación con el espectador.
Con absoluta libertad artística, en Destellos de Cubanidad, él nos insta a disfrutar de una amplia diversidad temática: desde sentimientos y emociones sociales hasta determinados juicios, inquietudes y expresiones individuales, resueltas de manera muy intimista, con ciertos toques líricos, fundamentalmente mediante la recreación de personajes extraídos del entorno en que vive el artista, suerte de fusión del dibujo académico, la abstracción y la figuración expresionista a través de la cual logra una síntesis dramática del trazo y el uso minimalista del color, en cuadros de mediano y grandes formatos.
En estos trabajos generalmente contrapone el color y el uso de collages a dibujos con marcado simbolismo expresivo, en tanto otros emanan del impulso personal, al crear formas abstracto-figurativas inspiradas en algunos oficios y condiciones humanas, tales como la niñez, la juventud, la danza, la agricultura, la maternidad, el mestizaje criollo, la música auténticamente cubana y otras manifestaciones de la vida insular, entre las que sobresale la remembranza hacia la emblemática y universal personalidad del Apóstol. En muchas de estas obras el dibujo, la figuración y la abstracción se rozan con frecuencia hasta hacer imprecisos sus límites.
Francis utiliza un lenguaje que pudiéramos calificar de “idiosincrásico”, compuesto de analogías, de cosas que, con sentido universal, tienen que ver con Cuba y con los cubanos, para de tal modo convocarnos a meditar sobre nuestra cubanidad, la cual principalmente es, según Don Fernando Ortiz, “la peculiar calidad de una cultura, la de Cuba”.
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