Miami: Trifulca entre connotados enemigos de Cuba
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Un periodista del Nuevo Herald, Jay Weaver, hizo un comentario este lunes sobre el juicio que se sigue al ex jefe de despacho del congresista demócrata Joe García.
Este se nombra Jeffrey García, quien no pertenece a la familia de su jefe.
Según Weaver cabe esperar que lo sentencien por violar leyes supuestamente destinadas a la limpieza de sus procesos electorales.
El comentario agrega que deberá responder ante una corte federal de Miami por “fabricar” un candidato del ultraderechista Tea Party.
¿Cuándo y para qué? Lo hizo durante las elecciones al Congreso de 2010 con el objetivo de ayudar a su jefe, Joe García, quien competía frente al republicano David Rivera.
El abogado defensor de Jeffrey, Henry Bell, anunció estar buscando una sentencia de libertad provisional y de prisión domiciliaria “que apoya la Fiscalía Estatal” debido a la cooperación que prestó García” a las pesquisas.
“Estos dos últimos años han sido una dura experiencia para Jeffrey”, escribió Bell en un documento que entregó a en la corte.
“Pasó de ser el jefe de despacho de un miembro del Congreso de Estados Unidos a ser blanco de una investigación federal y estatal por violación de las leyes electorales” subrayó.
Jeffrey García, escribió Jay Weaver, quien primero trabajó como administrador de la campaña de Joe García y luego fue su jefe de despacho, “ya tiene antecedentes penales”:
En 2013 cumplió 65 días de cárcel tras comprobarse que ilegalmente presentó solicitudes de boletas para votantes ausentes en las elecciones parciales del 2012.
Luego de aceptar su responsabilidad en dicho caso, Jeffrey García admitió el papel que desempeñó en la campaña del 2010, dijo Bell.
En junio último reconoció ante una corte de Miami que entregó dinero a un falso candidato del Tea Party, José “Roly” Arrojo, destinado a quitarle votos a Rivera en la contienda de un quinquenio antes.
Arrojo, viejo e intimo amigo de García, también admitió su culpa ante las autoridades.
Ambos fueron acusados respectivamente de haber conspirado para hacer llegar unos 25 000 dólares a la cruzada artificial de Arrojo.
La fiscal federal Kimberly Selmore aseguró que Jeffrey García depositó en secreto los 10 440 dólares que el falso candidato necesitaba para figurar como supuesto contrincante de Rivera en las elecciones generales del 2010.
La condena comprende hasta un año de cárcel, pero después que los dos se declararon culpables, García, de 42 años, y Arrojo, de 41, “podrían recibir una condena menos severa”, que no excluiría la libertad provisional”.
El periodista Weaver recordó que Joe García perdió la contienda por el Congreso en el 2010 ante Rivera.
Asimismo puntualizó que el legislador demócrata ha repetido ignorar la estrategia ilícita de su ex administrador de campaña para buscar un candidato fantasma.
Sin embargo, observadores hicieron alusión a correos electrónicos de febrero de 2010 donde Jeffrey García le explicaba sus planes al respecto.
“Si consigo un candidato del Tea Party en la contienda, eso podría mejorar tus posibilidades de ganar”, le escribió Jeffrey García a su jefe.
Y en abril del 2010 hizo saber al candidato Arrojo que “el plan Roli ya estaba en camino”.
Ese otoño, Rivera terminó ganando las elecciones por el Congreso, aunque dos años más tarde perdió su escaño frente a Joe García.
Cuando en noviembre y diciembre de 2010 hubo investigaciones, este último formuló declaraciones falsas acerca de las contribuciones a favor de Arrojo, así como respecto a su identidad.
En resumen, toda una muestra del pantano electoral que exacerbó aún más la característica de su contrincante, el legislador republicano David Rivera. (hoy defenestrado)
Sobre este último baste recordar que la policía floridana lo investigó durante año y medio a Rivera y de sus pesquisas brotaron en su contra graves y muy comprometedores señalamientos.
Así como que un memorando de fiscales de Miami-Dade afirma que como integrante de la Legislatura de la Florida vivió durante casi una década de los fondos de sus campañas, pagó hipotecas de cuatro propiedades y “viajó por todo el mundo”, sin tener un empleo a tiempo completo.
Según otros datos de esa misma policía, Rivera fungía como tesorero de esos ajetreos electorales y como tal adulteró fechas a sus desembolsos para fingir que se hicieron antes del momento real.
En sus tiempos de esplendor militó en el grupo de los “histéricos” del Congreso que entre otros forman Ileana Ros-Lehtinen, Mario Díaz-Balart y Marco Rubio.
Juntos representan con diploma de oro lo que más deambula en la política de Estados Unidos, tal y como demuestran hasta la saciedad esos rutilantes corruptos de Miami que son Joe García y David Rivera.
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