España tocará fondo en los primeros meses de 2013. Para entonces, 5,7 millones de personas, un 24,6% de la población activa, estarán en paro. A esa cifra se llegará destruyendo 2.000 empleos diarios durante 2012. Hasta el invierno próximo, se notarán los efectos de los ajustes de las administraciones públicas y las réplicas de los terremotos provocados por las tensiones financieras, que se notan tres trimestres después.

Este es el panorama previsto por el servicio de estudios del BBVA, que presentó ayer en Madrid su informe Situación España. La información recogida por los expertos del banco tiene una parte menos pesimista. Cuando España llegue a su peor momento, habrá comenzado la recuperación. En 2013, empezará a crecer y a partir del verano se volverá a crear empleo. Al final de ese año, España habría crecido un 0,6%, una décima menos que el año pasado.

El banco apunta también en el informe que la recaída económica podría no ser tan grave si se aplican de una forma "rápida y decisiva" las reformas financiera y laboral anunciadas por el Gobierno. Esto, dijeron los responsables del informe, "aceleraría la recuperación". El economista jefe de BBVA Research para economías desarrolladas, Rafael Domenech, considera en este sentido que es un error pensar que "la reforma laboral sin crecimiento económico no creará empleo".

En su opinión, la reforma será un incentivo para que las empresas puedan empezar a crecer y dotará a las compañías españolas de una mayor competitividad que servirá para aprovechar el tirón de una economía mundial que, en conjunto, seguirá creciendo a "un ritmo digno".

Entre los datos reflejados en el documento presentado ayer, los economistas han recalcado la necesidad de que la reforma avance en una mayor flexibilidad de jornada y salarial para evitar la destrucción de empleos durante las épocas de crisis. Como ejemplo de una reforma bien hecha en esta dirección citaron a Alemania, que durante el periodo 2007-2009, con una caída del 4% del PIB frente al 3% sufrido por España, logró seguir creando empleo a cambio de recortar la jornada anual media y las horas trabajadas. En España sucedió lo contrario.

El informe también se ocupa de los desequilibrios de las cuentas públicas de nuestro país. Según las previsiones que recoge, el déficit a cierre de 2011 podría situarse en el 8,2% del PIB, más de dos puntos por encima del objetivo fijado en el Programa de Estabilidad, y en 2012 se situaría en el 5,3%. Pese a que esta cifra no llega al 4,4% al que en principio aspiraba el Gobierno, los responsables del informe consideran que alcanzarla "sería suficiente" y no estaría en contradicción con el espíritu del anteproyecto de la Ley de Estabilidad Presupuestaria y del Pacto de Estabilidad y Crecimiento de la UE. Según Domenech, el recorte necesario para alcanzar el 4,4% de déficit supondría una caída de un punto adicional del PIB.

Subir impuestos

Sobre la forma de realizar un ajuste de esta magnitud, "prácticamente inédito en países desarrollados", los autores del estudio indicaron que la experiencia en otros países sugiere que el incremento de impuestos será casi inevitable. Esto daría la razón a quienes consideran casi ineludible la subida del IVA y la cautela de Rajoy hace menos de un mes cuando aseguró que no subiría más los impuestos, ni tocaría el IVA... por el momento, porque "nada es para siempre".

Por último, señalaron que, igual que el mundo en su conjunto crecerá este año un 3,5% mientras España decrece un 1,3%, no todas las comunidades autónomas sufrirán igual. Así, mientras el de Navarra se acercará al 0%, el PIB de Castilla-La Mancha caerá en torno al 2,3%.