LA BIBLIOTECA: Cien años de La montaña mágica

LA BIBLIOTECA: Cien años de La montaña mágica
Fecha de publicación: 
16 Julio 2024
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La que muchos consideran la obra cumbre del escritor alemán Thomas Mann (1875-1955) fue publicada en 1924. Está considerada uno de los grandes clásicos de la literatura universal del siglo XX.

Ahora que muchos lectores reclaman textos muy cortos, ante el avasallador imperio del tiempo que impone la contemporaneidad, probablemente parezca una labor titánica completar la lectura de una novela monumental como La montaña mágica, de Thomas Mann.

Y sin embargo, no pocos especialistas la han identificado como uno de los textos imprescindibles del canon occidental de la literatura. A la hora de escoger las mejores cien novelas del pasado siglo, La montaña... está en casi todas las listas.

Convendría vencer la aprensión ante el volumen del libro, porque se trata de una obra apasionante y enjundiosa.
   
Aquí se abordan, en panorama rico e integrador, algunos de los grandes temas de la creación artística: la vida, la muerte, el tiempo, la enfermedad, y la naturaleza humana, con una estructura narrativa particularmente compleja, pletórica de simbolismo.

Pero no significa que haya que sufrir andanadas abrumadoras ni imágenes arduas. Y tiene que ver quizás con la capacidad para crear personajes sólidos, con los que el lector puede o no identificarse a partir de la diáfana expresión de emociones y pensamientos.

No estamos ante una obra de rupturas, porque Thomas Mann se inserta sin traumas en una larga tradición, pero el escritor utiliza con soltura y elegancia recursos literarios que marcaron a buena parte de la literatura posterior, especialmente el tan llevado y traído monólogo interior.

Al final La montaña mágica es una recreación incisiva de la sociedad europea de principios del siglo XX, en los tensos años previos a la Primera Guerra Mundial.

Muchas de las causas de ese gran conflicto se explicitan en los enconados debates de los personajes, criaturas que parecen atrapadas en un sanatorio en los Alpes, víctimas de afecciones respiratorias.

La montaña mágica es la cumbre del estilo de Mann, elegante y sofisticado, capaz de articular con donaire significativos referentes filosóficos y socioculturales, una vocación lírica y una trama pujante, que no obvia los altibajos del romance.

Sinopsis

Hans Castorp, un joven de 22 años, estudiante de ingeniería y de familia adinerada, va a visitar a su primo al hospital de tuberculosos de Davos, en donde su estancia, originariamente planeada para tres semanas, se convierte en una estadía de siete años. Pronto comprende que la lógica que rige en el hospital, situado a 1530 m de altitud, es distinta a la del mundo de los sanos.

Primera página

Un modesto joven se dirigía en pleno verano desde Hamburgo, su ciudad natal, a Davos-Platz, en el cantón de los Grisones. Iba allí a hacer una visita de tres semanas. Pero desde Hamburgo hasta aquellas alturas, el viaje es largo; demasiado largo, en verdad, con relación a la brevedad de la estancia proyectada. Se pasa por diferentes comarcas, subiendo y bajando desde lo alto de la meseta de la Alemania meridional hasta la ribera del mar suabo, y luego, en buque, sobre las olas saltarinas, por encima de abismos que en otro tiempo se consideraban insondables.

Pero el viaje, que tanto tiempo transcurre en línea recta, comienza de pronto a obstaculizarse. Hay paradas y complicaciones. En Rorschach, en territorio suizo, es preciso tomar de nuevo el ferrocarril; pero no se consigue llegar más que hasta Landquart, pequeña estación alpina donde hay que cambiar de tren. Es un ferrocarril de vía estrecha, que obliga a una espera prolongada a la intemperie, en una comarca bastante desprovista de encantos, y desde el instante en que la máquina, pequeña pero de tracción aparentemente excepcional, se pone en movimiento, comienza la parte que pudiéramos llamar aventurera del viaje, iniciando una subida brusca y ardua que parece no ha de tener fin, ya que Landquart se halla situado a una altura todavía moderada. Se pasa por un camino rocoso, salvaje y áspero, de alta montaña.

Hans Castorp —tal es el nombre del joven— se encontraba solo, con el maletín de piel de cocodrilo, regalo de su tío y tutor, el cónsul Tienappel —para designarle desde ahora con su nombre—, su capa de invierno, que se balanceaba colgada de un rosetón, y su manta de viaje enrollada en un pequeño departamento tapizado de gris.

Estaba sentado junto a la ventanilla abierta y, como en aquella tarde el frío era cada vez más intenso, y él era un joven delicado y consentido, se había levantado el cuello de su sobretodo de verano, de corte amplio y forrado de seda, según la moda. Cerca de él, sobre el asiento, reposaba un libro encuadernado, titulado: Ocean steamships, que había abierto de vez en cuando al principio del viaje; pero ahora yacía abandonado y el resuello anhelante de la locomotora salpicaba su cubierta de motitas de grasa.

Dos jornadas de viaje alejan al hombre —y con mucha más razón al joven cuyas débiles raíces no han profundizado aún en la existencia— de su universo cotidiano, de todo lo que él consideraba sus deberes, intereses, preocupaciones y esperanzas; le alejan infinitamente más de lo que pudo imaginar en el coche que le conducía a la estación. El espacio que, girando y huyendo, se interpone entre él y su punto de procedencia, desarrolla fuerzas que se cree reservadas al tiempo. Hora tras hora, el espacio determina transformaciones interiores muy semejantes a las que provoca el tiempo, pero de manera alguna las supera.

En el sistema de bibliotecas públicas del país se puede acceder a numerosas ediciones de La montaña mágica. En varios portales de internet se puede descargar de forma gratuita.

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