Programación en vivo: ¿Solución productiva en la era digital televisiva?

Para defenderla se habla de los teatros, cuentos y dos telenovelas cubanas, más programas humorísticos y musicales que se hacían lustros atrás.

Los hacedores de aquellos espacios se merecen todo nuestro aplauso pero ¿funcionarían en la televisión actual?. Pensar que el gran público sólo tiene acceso a nuestros canales es una irresponsabilidad: con una memoria flash se trasladan de casa en casa programas de participación, telenovelas, películas y toda una variedad de lo que se produce hoy en  cualquier lugar del mundo, por desgracia en una buena parte de pésima calidad.

 Claro esos contenidos que van desde competencias denigrantes de participación hasta películas pornográficas, otros muy buenos para ser justos, están realizados con tecnología de punta por lo que son “bonitos” y acríticamente recibidos por una parte de los televidentes.

Las series que hoy caminan por Cuba en su gran mayoría no son filmadas en vivo, son grabadas porque su apareamiento con el cine así lo exige. ¿Se imaginan filmar Juegos de trono o Anatomía de Grey en vivo?. Sólo con una varita mágica.

Es más ¿creen que sería posible realizar en vivo Con dos que se quieran…?. El polémico espacio con guion y dirección de Amaury Pérez Vidal tiene un meticuloso trabajo de edición para lograr los momentos climáticos en las entrevistas. No hay que decir que las personas que se sientan frente a Amaury pueden ser o no carismáticas y telegénicas. Si no lo son, la edición buscará que lo sean porque el show televisivo así lo exige. Ese trabajo post entrevista es lo que hace de Dos que se quieran… un programa distinto, además, por supuesto, de la preparación del conductor, las luces y el exquisito ambiente.

¿Alguien puede pensar en serio en producir, por ejemplo, La otra esquina en vivo?. Realmente, me resisto a creer que alguna persona con sentido común defienda tal desatino.

 Recordemos un ejemplo que puso a pensar a más de un decisor de las transmisiones televisivas en los más disímiles países: La esclava Isaura, aquella telenovela brasileña producida en el primer lustro de los 80, hace TREINTA años, y que no fue hecha en vivo. Después del videotape (hoy tan obsoleto) es infantil, por no utilizar otro nombre, pensar que la programación en vivo produciría para resolver los problemas de la parrilla televisiva actual.

¿Qué programas se pueden hacer en vivo? NOTICIEROS, musicales, competencias…que necesitan –no nos llamemos a engaño- una puesta en escena, luces, sonido, cámaras… de alta calidad para que puedan acercarse en el empaque a lo que vemos en el famoso paquete. Hacerlo bien no es nada barato.

Una vez más escribo que para producir televisión hace falta dinero, del que no hay en suficiente cantidad para satisfacer las necesidades de nuestra pequeña pantalla, pero existen otras vías de las que también he hablado.

¿Cuándo el ICRT podrá comprar programas realizados por equipos de creadores, generalmente jóvenes, que producen clip, cuentos, documentales? ¿Cuándo desde la televisión  se podrá contratar los servicios de estos grupos creativos para que trabajen propuestas por encargo?.

Sólo apelando a una diversidad productiva habrá telenovelas, teatros, cuentos, teledramas, aventuras, musicales en cantidades suficientes para llenar los espacios de los cinco canales nacionales. Algunos, sólo algunos, podrían ser en vivo (y con los ingredientes que lleva), el resto para ser competitivos necesita todos los componentes de la televisión actual que no está al margen de la revolución tecnológica que significa la era digital.

Cuando se cumplen 65 años de la televisión cubana, el mejor homenaje a hombres y mujeres que hicieron posible aquel hito es realizar la que corresponde en estos tiempos. Ellos y ellas, pioneros de ese medio en América Latina,  merecen que sus herederos produzcan una señal que llene de admiración a los televidentes y haga sentir orgullo a sus progenitores.