Un laboratorio de EE.UU. tortura brutalmente a animales para vender su carne
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El Centro de Investigación de Animales para Carne es una institución federal financiada con el dinero de los contribuyentes estadounidenses cuya misión es conseguir "chuletas de cordero más grandes, lomos de cerdo con menos grasa y filetes más tiernos". Para lograr sus fines recurre a técnicas barbáricas de cirugía y de cría que tienen consecuencias mortales para el ganado y rozan el maltrato animal, informa 'The New York Times'.
Después de que se desatara una fuerte polémica sobre las prácticas del centro se ha iniciado una campaña en línea para cerrarlo. En un solo día la petición ha reunido casi 9.000 firmas.
El laboratorio, situado en el sur de Nebraska, "se limita a preocuparse por el aumento de la producción animal y le trae sin cuidado el bienestar de los animales", contó al diario el científico y veterinario James Keen, que trabajó en el centro durante 24 años. Otro científico, Sherrill E. Echternkamp, que se jubiló del centro en 2013, explica que las actividades del laboratorio tienen como objetivo "alimentar a una población en rápido aumento, que alcanzará los 9.000 millones en 2050". "Ser capaces de alimentar a esta población tiene un precio", aseguró.
Pero en este caso el "precio" es horrible, indica el periódico. Gran parte de las investigaciones se han centrado en el aumento de la tasa de natalidad de los animales de granja hasta niveles anormalmente altos como método para incrementar la productividad. El centro logró que cerdas dieran a luz a hasta 14 lechones en un solo parto, en lugar de los ocho naturales por camada. Como resultado, cada año más de 10 millones de esos lechones, demasiado desnutridos o con dificultades para moverse, son aplastados por sus propias madres debido a la falta de espacio en sus recintos, escribe el medio.
Los experimentos genéticos del centro para crear vacas más fértiles que den a luz a dos crías a la vez provocan defectos monstruosos en los terneros, que con frecuencia mueren durante el parto. Además, el 95% de las terneras que nacían junto con otra cría macho tenían deformaciones y eran infértiles. Pero los animales que reciben el peor trato, según el diario, son las ovejas del centro, que participan en experimentos todavía más mortíferos, mueren de desnutrición y reciben inyecciones hormonales que provocan anomalías y cambios genéticos.
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