Eduardo Torres Cuevas: hay que educar el respeto a la diferencia
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Recientemente tuvo lugar la primera Jornada Cubana contra la Discriminación Racial, organizada por la Articulación Regional Afrodescendiente para América Latina y el Caribe y en la clausura, una conferencia del Doctor Eduardo Torres Cuevas nos brindó la oportunidad de conversar sobre el tema con ese profesor e investigador minucioso de la historia de Cuba.
¿Qué importancia tiene hablar en Cuba de discriminación racial donde, por decreto, hace más de 50 años que fue eliminado ese flagelo?
“El problema es que los decretos no resuelven los problemas, normalmente lo que resuelve los problemas o los agrava son las mentalidades, entonces es la educación, es la comprensión, es la conciencia, es el trabajo en todos los sentidos dentro de la sociedad, entre los seres que conviven en ella, donde realmente se pueden eliminar esos problemas.
“Ya cuando tú puedes decir que un país prescribe o condena el racismo, la discriminación de género, cualquier forma de discriminación, es una batalla ganada, pero eso no evita que determinados ciudadanos lo ejerzan y justamente hay que trabajar desde la educación, desde la cuna, enseñar la hermandad, la comunicación entre los seres humanos, el respeto a la diferencia, o sea, que es un proceso que no se resuelve con aspectos jurídicos, independientemente de que es importante que las leyes lo condenen…
“Toda sociedad es un organismo vivo y un organismo vivo se puede enfermar, se puede curar, puede estar sano y puede ocurrir su desarrollo en muchas cosas y nosotros estamos en un momento en la sociedad cubana de grandes cambios, en los cuales elementos que pueden agravar determinadas tendencias pueden surgir y encontrar caldo de cultivo, entonces es muy importante mantener una visión sobre estos problemas.”
¿Cómo han afectado las discriminaciones que subyacen en determinadas mentalidades individuales a la manera de contar nuestra propia historia, de escribirla y enseñarla?
“El primer problema es que nosotros hacemos una historia esencialmente económica y política y por tanto la historia social está ausente y la historia cultural está ausente. Yo no doy clases si no hablo de la música, si no hablo de la poesía, si no hablo de los barrios marginales de La Habana. Hoy se pueden poner las imágenes de La Habana de los 50, pero tú tomaste en esa época la imagen reluciente de La Habana, no de los lugares marginados, entonces a través de esa imagen tú puedes hacerte la idea de que La Habana es eso y sin embargo, ninguna cámara va a los barrios más pobres a tomar esas imágenes y así se ha ido creando a veces una imagen un poco ficticia que no explica por qué hubo una Revolución en Cuba y hubo una Revolución en Cuba por los problemas sociales, los problemas incluso de discriminación cultural, social de muchos sectores.”
El fusilamiento de los 8 estudiantes de medicina, por ejemplo, es un hecho aparentemente archiconocido por los cubanos, sin embargo, hace muy poco se divulgó la participación de un grupo de abakua que intentaron rescatarlos cuando estaban encarcelados… ¿Cuánto hay de hechos mal contados o no contados?
"Hay muchas cosas de nuestra historia que no están dichas, que no están en los libros, que los estudiantes no conocen, que incluso muchos profesionales no dominan y que son trascendentes y ese es uno, pudiéramos hablar de las consecuencias de la guerra de los Independientes de Color, de las ciudades divididas, es decir, muchos temas que están en la historia, pero no están escritas ni se conocen…"
Las diferencias existen y no son el problema, el problema es no entenderlas, no reconocerlas, ahí es donde nos perdemos la oportunidad de enriquecernos y crecer como sociedad. Las leyes cubanas no tienen acápites aparte para blancos y negros, las universidades, las escuelas de arte y deporte, los teatros… les abren a todos los cubanos, sin distinción, la misma puerta hace más de cincuenta años, el camino que falta por conquistar está en la mente y el corazón de cada ser humano.
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