Una hermana de Cervantes, su única familiar enterrada en un lugar conocido

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Una hermana de Cervantes, su única familiar enterrada en un lugar conocido
Fecha de publicación: 
17 Agosto 2014
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La identificación de los restos de Miguel de Cervantes mediante ADN no está en el guión de los investigadores que le buscan en una iglesia de Madrid porque su árbol genealógico prácticamente acaba con él y porque, además, solo se conoce dónde reposa una de sus familiares: su hermana Luisa.

 

Los restos de Luisa de Cervantes están en el convento de Alcalá de Henares donde fue sepultada en 1623, pero al tratarse de un osario sería prácticamente imposible identificar el ADN para después compararlo con el de su hermano, en el caso de que aparezcan los restos del ilustre escritor en la iglesia de las Trinitarias de Madrid, donde se buscan.

 

La hermana del genio de la literatura universal fue la segunda descendiente del cirujano Rodrigo de Cervantes y de su esposa Leonor de Cortinas. Nació en 1546 e ingresó a los 18 años en el convento de las Carmelitas Descalzas de Alcalá de Henares, el mismo en el que fue enterrada.

 

Luisa de Cervantes no siempre descansó en una fosa común. Al morir fue sepultada en una cripta individual, pero, debido a la falta de espacio para nuevos enterramientos, los restos de las fallecidas se fueron desplazando a un lugar colectivo, según cuenta el cronista oficial de Alcalá de Henares Vicente Sánchez Moltó.

 

"En la fosa habrá probablemente restos de casi dos centenares de religiosas, con lo que sería una imposibilidad total encontrar entre ellos a los de la hermana de Cervantes para después extraer su ADN", explica Sánchez Moltó.

 

De hecho, los propios investigadores que buscan los restos del padre de El ingenioso hidalgo Don Quijote de La Mancha en la iglesia de las Trinitarias de Madrid excluyeron desde el primer momento el ADN como un método de identificación, entre otras cosas porque no había posibilidad de compararlo, además de que tampoco es seguro que pueda extraerse.

 

"Si un día lo hacemos es simplemente por tener un perfil genético que se quedaría en una base de datos, no porque vayamos a hacer comparaciones", explica sobre este asunto el forense Francisco Etxeberría, que forma parte del equipo que busca los restos del ilustre escritor en la iglesia donde varios documentos prueban que fue enterrado.

 

Que los restos de la hermana de Cervantes no estén identificados no es extraño, ya que así sucedía siempre, excepto cuando se trataba de religiosas muy conocidas o a las que se había incluido en un proceso de beatificación. "También había enterramientos identificados a veces de fundadoras o religiosas de la alta nobleza", precisa Sánchez Moltó.

 

Ninguna de esas circunstancias se dieron con Luisa de Cervantes, quien fue en dos ocasiones priora y en una abadesa del convento de las Carmelitas —aún hoy en el mismo sitio, en la calle de la Imagen de Alcalá de Henares— y que coincidió dos veces con Santa Teresa de Jesús, fundadora de la orden y una de las grandes escritoras del siglo XVI.

 

Relata el cronista oficial de Alcalá de Henares que Luisa de Cervantes se vio muy poco —apenas nada— con su hermano Miguel. "De la casa en que Luisa nació al convento donde profesó hay 25 metros, pero las visitas eran excepcionales: una vez ingresaban, las religiosas se separaban de la vida exterior", indica.

 

Del paso de la hermana del genio de la literatura universal por su ciudad natal se conservan los documentos con sus nombramientos en el convento y una placa a la entrada del convento con la que el Ayuntamiento recuerda que ese es su lugar de reposo.

 

Y de allí no saldrá, asegura Sánchez Moltó, porque, aún en el caso de que se localicen los restos de su hermano, será "inviable" el cotejo con los de la religiosa.

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