Argentina y los fondos buitres: Precedente peligroso
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La más reciente conspiración financiera manejada desde Estados Unidos contra Argentina y sus posibles peligrosas consecuencias, hace necesario aplicar lo que se ha estado “cocinando” desde hace un lustro: la puesta en práctica del Banco del Sur y la prosecución de una nueva arquitectura que corte los tentáculos y todas las atribuciones de los entes especulativos contra los gobiernos y sus pueblos.
Los llamados fondos buitres compran las deudas de los países pobres y los no tanto, como Argentina, a bajo precio, y luego se la exigen a su valor inicial, con intereses desorbitados. Su método consiste en comprar en el mercado secundario de la deuda, a precio de saldo, las deudas de países en desarrollo a espaldas de estos, y a continuación obligarlos por la vía judicial a reembolsarlos a altos precios, es decir, el importe inicial de las deudas más los intereses, sanciones y diversos gastos judiciales.
En el caso de Argentina, la presidenta Cristina Fernández denunció en la reunión del Grupo de los 77 más China celebrada en Bolivia las prácticas dañinas del sistema financiero, y citó casos como el de los fondos de inversión especulativos, los ya mencionados “fondos buitres”, que compran deuda externa y estrangulan el crecimiento de los países.
En días pasados, la Corte Suprema de Estados Unidos rechazó el pedido de reconsideración del fallo a favor de los ’acreedores buitres’ de los tribunales de Nueva York. Esta resolución deja en firme un fallo de primera instancia del juez Thomas Griesa, que obliga a Argentina a pagar unos 1 500 millones de dólares a los acreedores externos en efectivo.
Resulta muy preocupante la sentencia del tribunal norteamericano sobre estos fondos especulativos, ya que obliga a Buenos Aires a pagar de diferente manera a los especuladores, y, de no hacerlo, evita que los restantes acreedores, el 92% del total, hagan efectivo el pago.
Lo peligroso del fallo de la Corte Suprema de EE.UU. es que ordena a un banco estadounidense que debite o penetre en las cuentas de Argentina y pague la deuda.
La jugosa tajada de estos ’buitres’ ronda, repito, los 1 500 millones de dólares, que serían los inmediatos beneficiarios de la decisión del juez de Nueva York; pero se desconoce el monto total de los demás acreedores (de buena y mala fe) que podrían beneficiarse de la sentencia de ese juez; ya que algunos analistas dicen que serían entre 10 000 y ¡120 000! millones.
Antecedentes
En el 2005 y en el 2010, Argentina propuso unilateralmente renegociar sus pasivos internacionales. Muchas de estas deudas externas, al igual que las de muchos países latinoamericanos, fueron adquiridas en forma ilegítima e inmoral por las dictaduras militares y por los gobiernos de la “década perdida” del 80. El 92% de los acreedores accedió a la renegociación y el resto acudió a la justicia norteamericana a demandar el cambio unilateral de condiciones y exigir que se respetaran las condiciones de endeudamiento y pago originales.
Como era lógico, los valores de mercado de ese 8% de papeles de deuda se desplomaron. Apareció una empresa financiera que los compró, aprovechando la situación y apostando a la decisión de la justicia norteamericana, la cual, arrogándose jurisdicción universal, decidió contra Argentina.
Poco antes un hecho similar, había ocurrido en Ecuador con la demanda de Chevron: Lewis Kaplan, juez superior de la Corte Federal para el Distrito Sur de Nueva York, anuló la sentencia impuesta por la justicia ecuatoriana y ratificada en todas las instancias contra esa empresa transnacional, debido a los daños sociales y ambientales ocasionados en su operación en territorio ecuatoriano. Pero, además, esa misma empresa ha exigido al gobierno argentino que sus eventuales diferendos por la inversión en operaciones hidrocarburíferas sean discernidos en un tribunal extraterritorial europeo.
Ahora, la sentencia del juez neoyorquino a favor del capital financiero especulativo coloca en igualdad de condiciones a las personas y a un Estado soberano como Argentina.
Tuvo razón quien bautizó como “fondos buitres” a los entes financieros cuyas mentes las corroe la codicia y la usura. Son los que, como Paul Singer, presidente del fondo buitre NML Capital Ltd, filial de Elliot Associates, sin ningún asomo de moral, despojaron de gran parte de sus reservas monetarias a naciones para entonces en arruinadas económica y socialmente, como Perú, que, tras haber superado la crisis, debió pagarle a Elliot por esos papeles, varias veces más del valor que los compraron.
Ahora Singer pretende desangrar económicamente a Argentina, luego de haberse recuperado de la peor crisis económica y social de su historia, gracias a las políticas que en esas áreas impulsaron sucesivamente Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner, reconocidas incluso por detractores.
El apoyo solidario de pueblos y gobiernos progresistas se ha hecho presente, y señalado a Buenos Aires que no está solo en una batalla tan difícil que, si se pierde, sentará un peligroso precedente.
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Juan Victor Capuñay Paz
Lisniel Aleman Fundora
rafael garcia faure
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