Libia en su laberinto

Libia en su laberinto
Fecha de publicación: 
9 Julio 2014
0
Imagen principal: 

Estados Unidos y su principal instrumento bélico, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), podrán blasonar de haber llegado, visto y asesinado en Libia -parafraseando una frase de Hillary Clinton-, pero sin haber «pacificado» a la nación norafricana y facilitado una anarquía in crescendo a tres años de haberla agredido y asesinar al líder árabe Muammar el Ghadaffi.

Veamos los más recientes titulares: El Gobierno libio despliega a las milicias en Trípoli Vuelve a reinar el caos en Libia; General disidente ataca el Parlamento de Libia La situación en Trípoli a estas horas recuerda a la de un golpe de Estado; Bengasi, zona de guerra.

Ello demuestra que la clase política que presuntamente dirige el país no lo ha logrado, y sí soportado lo que le depararon a Ghadaffi, esta vez de sus aliados, al ritmo de una práctica genocida.

Ahora se espera el arribo de marines estadounidenses que se unirán a los 12 000 militares que tiene Estados Unidos allí, luego de los combates de Bengazi entre facciones rivales, abundantes en un país destrozado, sin Constitución, con seis gobiernos consecutivos, algunos de los cuales han sufrido el secuestro de sus más altos dirigentes.

Cuenta el investigador Nazanin Armanián que el más reciente gobierno es respaldado por los Hermanos Musulmanes, lo cual provocó el enfado de los wahabitas, brazo armado religioso de Arabia Saudita.

El primer punto que habría que destacar es el peso de la herencia de Ghadaffi. Después de 42 años de un régimen complejo y particular, hay que reconstruir todo en Libia.

Siguen existiendo problemas en el área de la seguridad. El Ejército, débil, no logra hacer frente a las diversas milicias ilegítimas, que han sido «institucionalizadas» en el panorama político.

En realidad, son elementos paramilitares que practican el terrorismo a diestra y siniestra, que responden a jefes tribales que buscan autonomía política en las regiones donde operan y una renta de entre el 15% y el 20% del beneficio del petróleo.

Uno de esos grupos robó un barco y lo cargó con el carburante, pero fue interceptado por la Marina estadounidense.

Esta inseguridad externa vive de estos problemas políticos regionales, en lo que no se sabe si se quiere una Libia unificada, descentralizada o federal.

Como en Iraq y Afganistán, cada vez más ensangrentados, Estados Unidos ofrece tropas para estabilizar el país y entrenar a sus fuerzas de seguridad. A cambio, Libia tendrá que pagar 600 millones de dólares a los agresores para que formen 7 000 hombres en las bases militares norteamericanas en Bulgaria y España. Ellos, como en el territorio iraquí, se esmerarán en la custodia de oleoductos.

No es nada oculto ni mucho menos, porque el propio David Rodríguez, jefe del comando bélico norteamericano AFRICOM, declaró que «se está creando una fuerza militar a la medida de los propios intereses de Estados Unidos en Libia y África».

Han pasado tres años, subrayo, durante los cuales nunca se ha avizorado la paz. En aquel entonces, el embajador ruso ante la OTAN, Dmitri Rogozin, comentó que «la oposición libia no será capaz de crear un nuevo Gobierno estable, tras derrocar al enemigo; los rebeldes deberán afrontar las contradicciones internas», e insistió providencialmente a finales del 2011:

«Las intervenciones otanianas, la política y la militar, en la "primavera árabe", podrían tener como resultado un "caliente verano árabe", con todas las circunstancias que de ello se derivan para los demás Estados de la región». Los resultados están a la vista.

alt

alt

alt

Añadir nuevo comentario

CAPTCHA
Esta pregunta es para comprobar si usted es un visitante humano y prevenir envíos de spam automatizado.
CAPTCHA de imagen
Introduzca los caracteres mostrados en la imagen.