Vladia Rubio: “La cuartilla me queda chiquita” (Fotos y Video)
especiales
Bajo la elegancia y versatilidad de la tinta sus piezas nos muestran un tema virgen desde la plástica. Nos revelan a la mujer en sus sueños y pesares, en la belleza de lo prosaico y rutinario, en la lucha interna entre la responsabilidad que le impone la sociedad y las ansias de fuga, que en ocasiones experimenta.
Vladia retrasó por mucho tiempo su devoción por la pintura, al dedicarse durante años al periodismo. Muchos hemos disfrutado de sus excelentes reportajes en medios como Granma, Bohemia, en su blog y en las páginas de este periódico digital. “Quizás la cuartilla ya me queda chiquita”, nos dijo en entrevista con Cubasí.
Hecho en Casa permanecerá abierta al público hasta el 23 de junio, en el edificio Jerusalén del Miramar Trade Center, ubicado en Ave, 3ra. Esq. A 80, Playa, La Habana.
¿Por qué eliges la tinta, el blanco y negro?
Aun cuando estos dibujos son en blanco, negro y grises, también tienen color. Alguno es brillantemente magenta; otro, de un hondo verde musgo… Cada quien puede ponerle el color que se le antoje.
Esa ductilidad es una de las fortalezas que le encuentro a la tinta y la aguada, y que igual se traduce en su potencialidad para transmitir arrullos o alaridos.
A eso se agrega la sobria elegancia inherente a esta técnica y también cierto dramatismo que en ella puede agazaparse.
¿Por qué es una constante la temática de la mujer inmersa en sus tareas domésticas?
Creo que es asunto apenas abordado en la plástica, y que de por sí, en el caso de las mujeres cubanas se apunta un grupo de singularidades porque las carencias materiales que nos golpean vuelven bien complicadas esas labores haciendo de ellas en ocasiones casi un acto heroico, y más en el caso de aquellas que deben cumplir con una jornada en su centro de trabajo y no cuentan con el apoyo de otras personas en su hogar, por no hablar ya de compartir esas faenas. Acontece entonces una interesante ambivalencia: aun cuando cocinas o lavas o limpias desde el amor, también te acompaña una dosis de inconformidad, de rebeldía y también de angustia. Deseo atrapar en mis tintas ese conflicto íntimo en que coexisten belleza y fealdad, lo tierno y lo prosaico.
.
¿Existen puntos de contacto entre el periodismo y el dibujo?
Desde el periodismo, intenté como norma también visibilizar lo cotidiano, con sus hermosuras y fealdades –las mismas que conviven en el microentorno doméstico-, aunque restringida por las exigencias técnicas y de otros órdenes que impone ese oficio. El mundo de la cartulina en blanco no tiene apenas riendas y claro, es otra manera de comunicar.
El periodismo ya no me bastaba. Hay cosas que nunca van a poder ser dicha en su totalidad desde el periodismo porque no se pueden expresar con palabras frente a la pantalla de una computadora. Para ello hace falta la armonía del pincel, el color. Quizás, la cuartilla me queda chiquita.
Pero es importante recordar que un texto periodístico, aun apegado al lenguaje más objetivo y directo, puede resultar lo más alejado de la realidad; a la vez que un cuadro, repleto de símbolos, sugerencias, dichas y amenazas, puede situarse sorprendentemente cercano a la realidad.
¿Podría hablarse de ventajas del dibujo sobre el periodismo?
Son dos vías de comunicación bien diferentes. Pero mientras en el periodismo el lenguaje ha de ser directo y preciso, el discurso de una obra plástica es usualmente tan ambiguo que se presta a infinitas interpretaciones. Justamente en esa multiplicidad de significados –polisemia- es donde veo una interesante ventaja, porque cada cuadro se vuelve a dibujar cada vez que alguien se detiene ante él.
¿Influencias presentes en tu obra?
Desde niña mientras otros saltaban suiza a mi gustaba disfrutar de obras de Chagall, Matisse. También me gusta lo que hace Fabelo, pero reconocer a estos artistas como una influencia me es difícil.
Soy como dijo Enrique Pineda Barnet: “Ahora, la mujer se ha montado la bruja, y ya no los separa, no los reconoce. Bate y bate su chocolate místico, sacrílego, contestatario”.
A continuación CubaSí reproduce el texto que escribiera Enrique Pineda Barnet sobre la serie de dibujos Hecho en Casa, de Vladia Rubio:
Cuando lo cotidiano se vuelve extraordinario ocurre la eclosión. Las brujas revolviendo en sus cacerolas hacen estallar sus demonios, saltan las tapas de sus mejunjes borboteantes, vuelan en sus escobas chagalianas: gnomos, güijes, figuraciones inimaginables, fantasmagorías del humo cocinado. Quejidos ensordecidos en el batir y batir, para estallar en protestas poéticas de violines tripulados por ángeles despavoridos. La aguada salpicada por la tinta inventa sonoridades de color, significados freudianos, pesadillas no atrapadas.
-¡Qué misterio! ¡La niña sabe distinguir a Picasso de Chagall, con cinco años!- decía la madre sorprendida
Ahora, la mujer se ha montado la bruja, y ya no los separa, no los reconoce. Bate y bate su chocolate místico, sacrílego, contestatario.
Lo extraordinario se ha vuelto cotidiano.
Enrique Pineda Barnet, mayo 22 de 2014
(para Vladia Rubio Jiménez)
- Añadir nuevo comentario
- 873 lecturas
Comentarios
Alina
Frank
Manuel
soliloquio
Fanfarron
Añadir nuevo comentario