Si vuelves al pasado, perdónate a ti mismo
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En el año 1986, el poeta irlandés Yeats escribió The Stolen Child, un poema que, basado en una leyenda irlandesa, contaba cómo unas hadas intentaban engañar a un niño para llevárselo a su mundo. Tiempo después, la trama de aquel poema se convertía en una pavorosa realidad: en los años 50 del siglo pasado miles de madres solteras irlandesas fueron internadas en conventos y separadas de sus hijos por la iglesia católica, bajo la vieja excusa de la inmoralidad de tener hijos fuera del matrimonio.
Este es el dramático entorno del que parte la película Philomena, del cineasta Stephen Frears. Philomena Lee (interpretada siempre cabalmente por la grandísima Judi Dench) es una mujer que busca a su hijo, entregado a la iglesia décadas antes. Un periodista llamado Martin Sixsmith (actuado por un Steve Coogan que se esfuerza por estar a la altura de la Dench) prepara un reportaje sobre el tema. La relación entre estos dos personajes deviene la columna vertebral de la cinta. De hecho, el contraste de personalidad entre los dos, muy bien marcado desde el inicio mismo del filme, es la esencia dramática que impulsa la evolución de la película. Judi Dench, actriz consagrada, muestra una sensibilidad extrema con tan solo entornar los ojos. Su personaje, Philomena, asombrosa y conmovedora, no culpa a nadie de su pérdida: ella perdona. Su compañero en la road movie, Martin (Coogan), es todo lo contrario, aprovechado, hipócrita y pretencioso. Pero sobre todo, un mercenario de ideas: es un reportero cuyos intereses son puramente comerciales.
Representante británica a los premios Oscar del 2013, Philomena posee un enfoque sosegado, si bien directo. A pesar de tratar un tema altamente dramático elude por completo la épica grandilocuente; con muy buen tino utiliza el humor para moderar la tragedia. El director Stephen Frears, con un historial de hacer películas atrevidas, como lo fue la cinta de 1985 Mi hermosa lavandería (My Beautiful Laundrette su título original), en donde trataba peliagudos temas como son la homosexualidad y el racismo, está dispuesto con Philomena a destapar verdades de la sociedad británica. Para ello se vale del guión de Coogan y Jeff Pope, adaptación de la novela El niño perdido de Philomena Lee (The Lost Child of Philomena Lee), escrito por el periodista Martin Sixsmith en el año 2009.
El ambiente íntimo que logra Philomena hace que el final del filme (dura 98 minutos) nos sorprenda queriendo ver más. Una obra llena de dolor -y sin embargo- de armonía y paz, que, aunque destapa crudas realidades de la sociedad británica, no se centra en las culpas y arrepentimientos, sino que prefiere la reconciliación del ser humano con su pasado, y consigo mismo.
Director: Stephen Frears
Guionista: Steve Coogan y Jeff Pope
Basado en el libro The Lost Child of Philomena Lee de Martin Sixsmith
Productor: Steve Coogan, Tracey Seaward y Gabrielle Tana
Música: Alexandre Desplat
Fotografía: Robbie Ryan
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