“Cocodrilas”… a mucha honra

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“Cocodrilas”… a mucha honra
Fecha de publicación: 
18 Abril 2014
32
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Dice un amigo mío que el noventa por ciento de la afición del equipo de Matanzas son mujeres. No creo que tenga acceso a alguna estadística confiable para afirmarlo, pero de que somos muchas y muy fieles las “cocodrilas” no tengo dudas, por eso le dedico esta crónica “del día siguiente” a ese amplio segmento del que, orgullosamente, me siento parte.

Cuando se acabó el partido me preguntó mi esposo: ¿no te vas a deprimir porque perdió Matanzas, verdad? Respondí sin pensarlo dos veces: no. Ahora puedo confesar que no estaba tan segura de decir la verdad, pero me quedé viendo a Coco Chanel, tomé una ducha, conversamos sobre los planes y los sueños familiares… en fin… pensé en otra cosa casi hasta la hora de dormir.

Desperté y la vida no me dio chance de conectarme con el suceso del día anterior, salí a comprar aceite, culeros desechables, esas cosas de casa que te consumen el bolsillo y los sesos a veces, pero de regreso mi vecinita estaba allí, jugando en la calle con varios niños del barrio y llevaba puesto un pullover con el cocodrilo de Matanzas.

 

pelota matanzas mat-ind-17
La mamá "cocodrila" con sus pequeñas apoyando a su equipo

Entrando a mi casa sonó el teléfono y era Azalia que me decía afónica desde el otro lado de la línea: ¿qué te pareció lo de anoche? Yo he perdido la voz con ese juego de pelota. Le advertí a Hildita que no comiera antes del partido, se pasó la noche con mal de estómago, imagínate, era como para infartarse, pero bueno, lucharon y estuvieron ahí en el juego hasta el final, ahora la gente los critica, pero por lo menos se mantuvieron en el segundo lugar, no se echaron para atrás…”

Yo que estaba tratando de no pensar y las mujeres de Matanzas me perseguían con el mismo tema: a gritos, como suele suceder en el pintoresco barrio donde vivo, una mulata muy bien plantada le aclaró a aquel tipo que insistía en criticar a Víctor Mesa y al equipo: “oye papi, qué más tú quieres, a Víctor le dirán Compay Segundo, pero todos los que pasaron por ahí antes que él eran Compay 14, así que no te quejes y reza pa que no se vaya del equipo a ver si el año que viene podemos ganar ”. El tipo no pudo menos que reconocer que se le había ido la mano por la emoción y darle tímidamente la razón a su nada tímida interlocutora.

 

cocoEsta pequeña exhibe orgullosa su pullover de "cocodrila"

Y no es que falten hombres para aplaudir a un equipo que demostró con creces su valor durante todo el campeonato, que supo ser el mejor, que soportó ser el más criticado, que acumuló números grandes en todos los departamentos, que le regaló meses de alegría, una detrás de otra, a su afición y construyó fanáticos en una provincia donde para el béisbol quedaban muy pocas energías, pero han sido mis congéneres las que me han animado a publicar, ahora convencida, la razón que anoche le di a mi esposo para dormir tranquila.

Hay dos opciones para enfocar los sucesos de ayer en la pelota: los matanceros perdieron el campeonato o los matanceros ganaron el segundo lugar. Quienes se acordaron de que Matanzas tenía equipo hace tres años, cuando Víctor Mesa “lo metió en cintura” y lo puso a ganar, seguramente se quedarán con la primera y rumiarán de mil maneras la frustración.

Sin embargo yo, que cuando estudiaba en la Universidad de La Habana viajaba en botella al final de un día de clases y madrugaba al siguiente que también sería una jornada llena de estudios y responsabilidades en la FEU, para ver a un equipo capaz de perder 17 carreras por 0 frente la Isla de la Juventud, pero qué remedio, era mi equipo y “hombre por hombre” (me autocomplacía), tenía buenas posibilidades; yo, que vivía haciendo la historia del béisbol cubano desde Martín Dihigo hasta los Sánchez de Jovellanos, para demostrarle a mis amigos de la UH que los matanceros sí podíamos hablar de pelota; yo me quedo con la segunda opción, no porque me conforme, claro que quería el primer lugar, pero se trata de ser justa.

Este equipo, cada uno de ellos, incluidos los refuerzos como Eriel Sánchez que lo dio todo en el terreno cual si fuera cocodrilo de nacimiento, incluido, por supuesto y sobre todo, Víctor Mesa, son ganadores, para mí y para montones, miles de “cocodrilas” que me han inspirado esta crónica del día siguiente del partido en que Matanzas ganó, por segundo año consecutivo, el segundo lugar del campeonato cubano de Béisbol. De “cocodrila” a Cocodrilos lo digo: ¡Felicidades!

Comentarios

Para cubano cubano<br />Por qué no ganan los equipos de Víctor Mesa?<br /><br /> Domingo, 20 Abril 2014 08:32<br /> Escrito por Dubler R. Vázquez Colomé<br /><br />victormesasancionadoLa noche más importante del año, en la que se jugaba el todo por el todo y se definía la suerte de su obsesión por un título de Cuba, Víctor Mesa se vio obligado a depender de un abridor al que apenas unos días antes había llamado presunto "cobarde" y de dos relevistas orientales que en su opinión se "presionan" por proceder de "equipos perdedores".<br /><br />Luego, cuando todo pasó y el jonrón con bases llenas de Luis Alberto Valdés cerró el círculo que había abierto Ariel Pestano hace poco menos de un año con un batazo similar; mientras toda la alegría de Vuelta Abajo se retiraba rumbo al extremo occidental de la Isla y el bullicio del Palacio de los Cocodrilos iniciaba un silencio de meses, Víctor se habrá quedado solo con su dolor, intentando entender por qué el destino le tiende una trampa tras otra, alejándolo del único premio que le ha sido esquivo en más de cuatro décadas dedicadas casi por completo al deporte de las bolas y los strikes.<br /><br />Porque el pelotero más dado al espectáculo que ha pasado por las Series Nacionales es definitivamente un gran hombre de béisbol, un entrenador consumado que tiene el raro talento de convertir a sus equipos en máquinas de ganar juegos, que rescató del olvido y la inanición a la tierra donde nació la pelota cubana y transformó a un conjunto sotanero en el mejor del país. Sin embargo, no puede evitar mostrarse una y otra vez impotente cuando se enfrenta al último tramo, incapaz de dar un paso definitivo y levantar por fin el trofeo que nunca ha tocado desde que asumió la responsabilidad de dirigir.<br /><br />A estas alturas, después de probar suerte con dos equipos distintos y seguir con las manos vacías, el también mentor de la Selección Nacional debe entender que no se gana un título presionando hasta lo irracional a sus jugadores, que no es buena idea llamarles cobardes o perdedores si luego pretendes exigirles que entreguen más de lo que tienen; que no está bien señalarlos delante del público, como sucede a menudo con sus receptores, al parecer culpables de los batazos que reciben los pitchers después de lanzar lo que les indican desde el banco.<br /><br />Para tocar la gloria, no basta con resolver algunas de las muchas carencias materiales que sufren los atletas, finalmente seres humanos que necesitan otra clase de inspiración para rendir al máximo. Obviamente, tampoco ayuda en demasía el hecho de haber mutado de un pelotero objeto de culto al mánager menos querido de Cuba; o sostener una guerra sin cuartel en frentes tan diversos como el periodístico, el arbitral e, incluso, con peloteros de otras provincias.<br /><br />Hace solo unos días, después de una victoria de su equipo y tras no aparecer en la derrota, Víctor Mesa se mostró feliz ante una prensa complaciente que tuvo a bien no incordiarle con preguntas molestas. En la misma comparecencia ante la televisión nacional, el mentor matancero fustigó por irreverentes a los estudiantes de periodismo, sin conocer que algunos de ellos pueden ser considerados ya entre los mejores cronistas del país, olvidando que algunos de sus jugadores más jóvenes e inexpertos le han sacado más de una vez las castañas del fuego. Antes, su cruzada había tenido escaramuzas con profesionales de la talla del espirituano Oscar Castañeda o el holguinero Enrique Ajo, el primero culpable de hacer preguntas menos cómodas; el segundo, simplemente de vivir y trabajar en la provincia que fue testigo de su primer gran fracaso como director.<br /><br />En su abultado prontuario, coexisten insólitas expulsiones en medio de la discusión de las reglas del juego, salivazos a los pies de árbitros, disfraces de cocodrilo para dirigir desde el terreno tras una expulsión y arranques de furia luego de una derrota que le han llevado, incluso, a dejar esperando a autoridades políticas de renombre.<br /><br />Todo eso, y más, es hoy Víctor Mesa, el mismo que se hace llamar "profesor" y no acepta otro apelativo, el hombre que vive y sueña con el béisbol, enfermo de muerte por la absurda obsesión de querer controlar cada detalle en el juego más complejo que existe. En su afán, no solo ha arrastrado peloteros, aficiones y directivos de todos los niveles, sino que tras él y su errática e instintiva manera de entender el béisbol anda ahora todo un país: concluida la 53 Serie queda abierta una temporada internacional en la que a los cubanos nos gustaría no tener que cuestionarnos nuevamente por qué le hemos hipotecado, por cuatro largos años, el presente de nuestro deporte nacional.
Cubana-cubana; Por cuantos lados me vas a poner el mismo comentario , ya te respondi por otro articulo de aqui mismo. buscalo.
Hay que ser un tonto para no ver Sol<br />Grupo buena Fe <br />Habrá quienes sostengan que no se gana una plata, sino que se pierde un oro, que ganar lo es todo, que tanto remar para morir en la orilla. Todas estas frases encierran verdades y frustraciones, pero solo a medias.<br />Este segundo lugar de los COCODRILOS se gana en un país donde la fórmula I aburre, el futbol es aun distante para muchos y los deportes de inviernos son más bien un refrescador de pantallas para los aparatos de televisión. Una isla donde cada padre sueña con un hijo varón para enseñarlo a jugar pelota o simplemente para llevarlo al estadio.<br />Si hay gloria en un segundo escaño, sobre todo cuando se ha dejado el alma en el terreno, derramando lágrimas por más de una derrota y pedido jugar a pesar de lesiones y familiares queridos enfermos. <br />No perderemos las perspectiva que el camino es siempre más largo que la meta y que en este equipo desde hace ya tres años nos devolvió la capacidad de soñar en grande y en familia<br />Que cayó en la orilla?, es cierto, pero ante un grande y sin sacar bandera blanca. Toda Cuba vio sus rostros de dolor ante cada strike injusto o no, en cada intento fallido en pos de ayudar a su equipo.<br />Puede ser que su timonel sea especialista en naufragios, pero tiene el valor de navegar, y lo hace bien. Cuando dirige una nave, esta infunde respeto y desata pasiones. Cuando lo llaman loco, siempre me viene a la mente el Quijote contra molinos y vientos y gigantes, porque lucían todos los equipos de esta Serie Nacional antes de la llegada de Víctor Mesa a mi tierra.<br />Así que CABALLERO NARANJA DE Matanzas y de Cuba un abrazo para usted y su equipo, cargado de admiración sincera y una invitación a seguir andando. Almas a la obra y comience desde ya a reparar y preparar navío que por muy turbulentas que hoy sean las aguas después de la derrota ustedes nunca más navegan solos. <br />Atentamente
Victor de todo corazon el pesamo, es una tristesa , para ti pero una real ralidad, no no tienes extirpe de director de campeon, cometiste muchas pifiada, el pueblo se tre viro porque fuiste muy indisciplinado , cometiste muchas buradas,te sujiero que te dediques a pallaso de cumpleaño eso si das bien y ayudaras a la formacion de la escurela de pallaso del deporte en cuba.<br />lo lamento fuiste un buen pelotero , pero un mal director estas a tiempo de retirarte....es lo mejor
Claro a los matanceros no les queda mas remedio que defender a Victor Mesa ahora porque el equipo de Matanzas está en el segundo lugar, pero sino fueran matanceros miraran desde otra optica, defiendan, defiendan mucho a Victor mesa que cuando se las deje en los callos con otro equipo entonces ya veremos jajajajaja

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