EE.UU.: Cifra de víctimas por alud aumentará "sustancialmente" en horas

EE.UU.: Cifra de víctimas por alud aumentará "sustancialmente" en horas
Fecha de publicación: 
28 Marzo 2014
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Las autoridades de EE.UU. prevén que este viernes aumente "sustancialmente" el número de fallecidos del fatídico desprendimiento de tierras ocurrido el sábado pasado en una zona rural del estado de Washington (costa oeste), en el nuevo balance que presentarán al inicio de la séptima jornada de búsqueda.

 

Así lo anunciaron las autoridades del condado de Snohomish en su última rueda de prensa del jueves, día en el que se mantuvo la cifra de 90 desaparecidos, mientras que la de fallecidos es de 25, con 16 cadáveres recuperados, entre ellos el de un niño de cuatro años, y el resto sólo localizados.

 

"En las próximas horas, a medida que los forenses vayan concluyendo los difíciles exámenes que tiene que hacer, vamos a ver estos números aumentar sustancialmente", explicó el jefe de bomberos del condado, Travis Hots.

 

Cuando está a punto de cumplirse una semana del trágico suceso, las autoridades reconocen que hay muy pocas probabilidades de encontrar supervivientes en una zona donde las tareas de rescate son muy complejas debido a la lluvia constante sobre la amalgama de casas destrozadas, árboles y lodo.

 

Esas condiciones también dificultan la estimación del balance de víctimas, aunque las autoridades trabajan sobre la base de que unas 180 personas vivían en la zona sepultada el sábado por una avalancha de tierra y lodo en el pequeño pueblo de Oso,a 60 kilómetros al noroeste de Seattle, uno de los principales centros urbanos del país.

 

El lunes, en menos de 24 horas, la cifra oficial de muertos pasó de 8 a 14 y la de desaparecidos de 18 a 108 y, poco después, a 176.

 

Las autoridades redujeron el miércoles el número de desaparecidos casi a la mitad, aunque admiten que desconocen la situación de otras 35 personas.

 

Los únicos supervivientes hasta el momento se hallaron en las primeras horas tras la catástrofe y desde entonces no ha vuelto a encontrarse ningún signo de vida en el área afectada.

 

Dadas las pésimas condiciones del terreno donde trabajan los equipos de rescate y la magnitud del derrumbe, las autoridades asumen incluso que algunos de los cadáveres nunca podrán llegar a recuperarse.

 

No obstante Hots, al que se le ha visto muy afectado en todas las ruedas de prensa que ha ofrecido, insistió este jueves en que la operación sigue siendo también de rescate: "Aunque sólo encontráramos a una persona viva, para mí habría valido la pena", dijo el jueves.

 

A medida que pasan las jornadas crece la angustia y la impotencia de las familias y vecinos de la zona, quienes se quejan de que la actuación de los equipos de rescate no fue suficientemente rápida tras el derrumbe, según relatan los medios locales.

 

Asimismo, también han protestado los que se ofrecieron a colaborar en la búsqueda de manera voluntaria pero no les dejaron las autoridades, al considerar que era una tarea demasiado arriesgada para no profesionales, por mucho que conozcan el terreno.

 

El presidente de EE.UU., Barack Obama, firmó el martes una declaración de emergencia para acelerar la respuesta ante este suceso en el que se han volcado los equipos de rescate, que trabajan sin descanso desde hace siete días y en condiciones muy duras.

 

Las autoridades consideran las lluvias torrenciales de las últimas semanas y la historia geológica de la zona como causas principales del suceso, que habría tenido consecuencias menos graves, según los expertos, si se hubiera prevenido a la población y si las viviendas de la zona estuvieran hechas de materiales de mejor calidad.

 

Aunque las autoridades han asegurado que el suceso fue "completamente imprevisible", el diario "The Seattle Times" ha sacado a la luz varios informes geológicos en los que se advertía de que el área corría peligro de un derrumbamiento similar.

 

En la zona del suceso las casas están distribuidas de manera dispersa en medio de la naturaleza, en muchos casos se trata de hogares prefabricados o incluso caravanas, y los vecinos tienen ingresos bajos o medios.

 

Sólo la mitad de las 49 casas destrozadas estaban habitadas de manera permanente, puesto que la población de Oso es variable, uno de los factores que alimentaban hasta ahora las esperanzas de las autoridades en que la cifra de reportados como desaparecidos incluya a personas que no estaban en la zona en el momento del suceso.

 

El desprendimiento de lodo que aplastó las viviendas de esta pequeña zona rural no pudo llegar en peor momento, ya que se produjo el sábado por la mañana, cuando la mayoría de los residentes estaban en sus hogares y no en el trabajo o en las escuelas, como habría ocurrido en un día laborable.

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