The Washington Post: Arañar a Cuba
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Como es sabido tuvo lugar a fines de enero en La Habana con la participación de casi 30 gobernantes, otros funcionarios de alto nivel y unos 700 periodistas.
Quizás su logro más destacado fue la Declaración de América Latina y el Caribe como una Zona de Paz, hecho acogido sin entusiasmo por Washington, que solo en Colombia tiene 7 bases militares.
Una de las mejores conclusiones hechas en La Habana respecto a lo sucedido estuvo a cargo del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, cuando la calificó de “histórica”.
Cuba desempeñó la presidencia pro-tempore de la CELAC durante 2013, gestión reiteradamente felicitada a lo largo de la Segunda Cumbre.
Ahora como pieza inseparable de la represalia fraguada, un editorial del periódico The Washington Post solicitó este lunes “no recompensar o fortalecer” al régimen cubano.
De manera contradictoria añadió, pese a los “fuertes deseos” que hay en Estados Unidos por normalizar las relaciones con La Habana.
Resulta aún más paradójico al admitir que eso último representa “algo que apoya la mayor parte de la opinión pública estadounidense”.
Sin embargo, desde su punto de vista, esos deseos no pueden sobreponerse al respeto por los derechos humanos y la libertad en Cuba.
¿A qué se vuelve a referir el Post? A la famosa encuesta solicitada por la Atlantic Council sobre las relaciones entre Cuba y Estados Unidos.
Su balance fue dado a conocer este 11 de febrero en Miami y también aborda los llamamientos públicos en ese país a favor de normalizar los lazos con la isla.
Abarcó a todo el país y arrojó como resultado que en este el 56 por ciento de los consultados favorecía normalizar los nexos bilaterales y el 35 por ciento estaba en contra.
El aspecto más comentado de la investigación fue que el 79 por ciento de los entrevistados de ascendencia cubana defendió la búsqueda de un acercamiento entre las dos partes.
También muy significativo que el 50 por ciento de los republicanos conservadores se inclinaran por la normalización y el 41 por ciento no.
En el caso de los demócratas e independientes, admitieron los encuestadores, “están abrumadoramente a favor de este cambio”.
Cinco días antes de revelarse el balance de esta encuesta, el ex gobernador de la Florida Charlie Crist pidió suspender el “embargo”, que antes promovía.
Dos integrantes del Capitolio, el senador republicano Jeff Flake, y el representante demócrata Patrick Leahy, habían solicitado lo mismo.
Uno de los pronunciamientos más volcánicos al respecto estuvo a cargo del magnate azucarero de ascendencia cubana Alfonso Fanjul, quien retando a las normas del “embargo” no descartó llegar a invertir en su nación de origen.
Otro multimillonario de igual procedencia, Jorge M. Pérez, dueño de un Museo de Arte de Miami, tampoco disfrazó su plan de ampliar los intercambios con La Habana.
La primera acción vengativa de Washington no ha sido casual, contra Venezuela, núcleo central de la causa progresista que se vive en la región.
Movilizaron a grupos ultraderechistas que iniciaron actos vandálicos en las calles, contra edificios públicos, simpatizantes del chavismo y hasta contra nietos de Nicolás Maduro.
Comprometedoras grabaciones e imágenes en videos acorralan a quienes alientan esa conspiración desde Estados Unidos.
Pero fueron aún más lejos y, como se denunció este martes en una concentración popular en Caracas, planearon el asesinato del hoy detenido jefe opositor Leopoldo López, para achacarlo al gobierno.
No se concretó gracias a la intervención del presidente de la Asamblea Nacional (parlamento), Deosdado Cabello, el cual -en sintonía con Maduro- se reunió y alertó a los padres y la esposa de López.
He ahí el tablero y una parte de sus jugadores, entre los que se incluye de manera sobresaliente el ex presidente colombiano Alvaro Uribe, por más señas un veterano paramilitar.
Aunque también, comenzando a presentar credenciales con sus techos de cristal, dos gemelos políticos, el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, y el de Chile, Sebastián Piñera.
Se continúa materializando la advertencia de que los enemigos del trascendental proceso reivindicativo que se vive en esta región harán todo lo posible para tratar de frustrarlo.
He ahí, como otro ejemplo, el editorial que publicó este martes The Washington Post con la intención de arañar a Cuba, porque, tampoco sabe hincarse de rodillas.
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Arturo Palma Vazquez
Robert
Darío
Arquero
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